El Gobernador Regional Juan Carlos Morillo ha puesto énfasis en algunos temas de desarrollo para priorizar su agenda de trabajo los cuales, de acuerdo a la perspectiva de Ancash, resultan encomiables y plausibles, empero, no se advierte una escala de prioridades que debería anteponer en su gestión de cuatro años.
Por ejemplo, comenzó por gestionar partidas presupuestarias para emprender el proyecto especial Chinecas, consiguió interesar en este tema al Presidente de la República, aprovechó muy bien el acercamiento del ejecutivo ante las emergencias registradas por las lluvias en los primeros meses del año y obtuvo resultados.
El mismísimo jefe de estado ha confirmado que el ejecutivo entregará 200 millones de soles a efectos de mover el proyecto Chinecas, en el entendido que el Gobernador les ha comunicado que esa es una cifra estimada para poder retomar los trabajos del canal principal, pues su objetivo es llegar con el agua hasta la vecina provincia de Casma.
Esto lo anunció el Gobernador en esa localidad y también en Chimbote, su decisión no había comenzado por la cabeza de Chinecas sino por los pies, pues todos esperaban que se defina el diseño que se debería elegir y comenzar a buscar el financiamiento correspondiente ante el mismo gobierno o por cooperación internacional.
Sin embargo, el gobernador quiere terminar el canal principal sin definir las tomas de agua y por ello se ha ganado las primeras escaramuzas de los dirigentes agrarios que en su última protesta nacional han incluido el tema de Chinecas y vienen emplazando al Gobernador a tomar decisiones conjuntas, informar a los agricultores que, al final de cuentas, son los que saben de este proyecto.
Asimismo, el gobernador ha llegado a Chimbote con un grupo de empresarios Chinos que tienen interés en invertir en el Terminal Portuario de Chimbote, existen conversaciones en torno a la modernización del Puerto y el objetivo es que un gobierno extranjero se encuentre en condiciones de hacerlo seguramente bajo el sistema de las concesiones.
En Huaraz y la sierra de Áncash el Gobernador también viene trabajando con el Ministerio de Transportes con la finalidad de concretar los corredores viales que tanto se necesitan para que nuestra región se integre al comercio de regiones vecinas.
Ya se han suscrito convenios para la ejecución de carreteras, todo lo cual habla bien de las gestiones que se han realizado en coordinación con el ejecutivo y luego que el propio Presidente de la República se viera precisado a llegar a los pueblos altoandinos ante las lluvias, deslizamientos y desbordes que generaron serios estragos.
Sin embargo, hay un tema que se viene arrastrando desde hace mucho tiempo y que estaba en la agenda del ex gobernador Luis Gamarra Alor pero respecto al cual no se pudo hacer mucho y es el relacionado a la anemia, un rubro de salud al cual el actual Gobernador no le ha puesto el punche como en otras problemáticas como los hemos descrito.
Desde el año pasado se estuvo alertando respecto a los elevados índices de anemia en nuestra región, no solo en la zona sierra sino en la zona urbana, pues los porcentajes bordeaban el 50% y eso era realmente preocupante.
Inclusive, si la memoria no nos traiciona, se puso en tela de juicio el rol que cumplen los programas sociales del gobierno, como el Qali Warma que provee de desayunos a los escolares de las escuelas públicas, sin embargo, los tamizajes realizados en ellas por organismos municipales, había detectado que en esos centros educativos el nivel de anemia seguía siendo elevado.
Si esto era así, algo estaba fallando porque se supone que estos programas sociales se implementaron., precisamente, para cubrir ese déficit que existe en la alimentación de los niños que acuden al colegio porque no cuentan con medios para tomar un desayuno reforzado en proteínas en sus hogares.
Empero, además de esta problemática, que ya es preocupante, existe otro rubro que es afectado por la anemia y es el relacionado con los niños menores de 3 años de edad, es decir, aquellos que no han recibido las nutrientes necesarias durante la gestación y en los períodos de lactancia y los primeros meses de alimentación.
La semana pasada estuvo en Chimbote la Directora Regional de Salud, Katya Loyola Moreno, quien informó que después de mucho tiempo habían conseguido oficializar las cifras de la anemia en los niños menores de 3 años de edad y ella llegaba en promedio al 42.8% de niños afectados por este mal.
La funcionaria dijo que lamentablemente cuando asumieron el cargo no encontraron cifras y estadísticas debidamente promediadas, existió un trabajo sumamente informal y ni siquiera se contaba con los insumos en laboratorios para poder realizar los tamizajes, razón por la cual han debido ordenar este trabajo y por ello han podido conseguir finalmente la cifra oficial que es, igualmente, tenebrosa.
Ella indica que 43 de cada 100 niños menores de 3 años a nivel de toda la región padece de anemia, una estadística que debería movilizar a los promotores de la salud a nivel regional para los efectos de delinear las políticas que orienten un trabajo destinado a disminuir semejantes cifras que afectan seriamente a la población infantil.
Eso no se ve en el trabajo diario de la Región, por lo menos no se puede notar en el mismo despliegue y ganas que se observa en el gobernador cuando se refiere a otros tenas como el puerto, las carreteras y otros, que sin dejar de ser importantes, no pueden estar por encima de un tema de salud.
El pasado mes de abril el gobernador ha puesto en marcha el Plan Regional de Lucha contra la Anemia en donde más de 11 mil niños recibirán galletas a base trigo, kiwicha y cañihua y fortificadas con hierro.
Este es un programa destinado a niños que ya están en los colegios pero se incurre en el mismo error de pensar que una “supergalleta” mitigará la anemia cuando experiencias anteriores en el Qali Warma han demostrado que los productos que no agradan a los escolares no los ingieren, los regalan, los llevan a sus casas o los comparten pero no los comen, entonces de nada vale el esfuerzo si el producto no llega al estómago del escolar.
Se requiere de programas más inteligentes, que lleguen realmente a los niños, para ello urge una agenda prioritaria en la que se convoquen a todos los sectores antes que esos porcentajes se incrementen mucho más.