Editorial

Editorial: ::: ACUSACIÓN EN CIERNES :::

Pasado mañana jueves, el Colegiado “A” de la Sala Penal Nacional deberá deslindar en audiencia pública el retiro de los cargos incriminatorios que ha formulado la fiscalía de criminalidad organizada, contra seis procesados por el alevoso crimen del ex consejero regional Ezequiel Nolasco Campos.

Esto ante el retiro de la acusación que ha formulado el representante del Ministerio Público al iniciar la formulación de su requisitoria oral, tras una larga y prolija Investigación en audiencias continuadas que han consolidado el juicio oral contra los acusados por tan cobarde asesinato.

Algunos se mostraron sorprendidos por estos pedidos de archivo, sin embargo, evaluando caso por caso se entiende la posición del Fiscal en razón que tiene la necesidad de “limpiar” su requisitoria de aquellos casos que quedan virtualmente en el aire y que fueron comprendidos por la estrecha vinculación que tienen con los acusados.

Por ejemplo, el Fiscal ha pedido el retiro de los acusados Eric Henry Cruz Alejos, alias “papaya” Carlos Reynaldo Pacheco Saldaña, Lesli Lizet Robles Ríos, Elvira Julia Mayo Vega, quienes están comprendidos por delito de asociación ilícita para delinquir.

Además, el Ministerio Público retiró su acusación en contra de Juan Manuel Garay Obregón alias “huachanito” y Cesar Pedro Lazo Araujo, alias “marranito”, por lo que el juez de la causa deberá, merituar si esto es factible en la medida que el procurador anticorrupción, por ejemplo, ya dejó sentada su oposición a este pedido y demanda que se formule acusación contra todos.

Sin embargo, quienes conocen de la praxis judicial saben y comprenden que en una acusación fiscal se incluyen a todos cuanto tienen que ver o están relacionados con el delito que se investiga, es como si un pescador lanza una red y al extraerla caen en ella algunos peces que no pueden ser extraídos y los devuelve al mar.

Y es que los nombres que ha mencionado el Fiscal Superior son conocidos en nuestro medio y, efectivamente, no están vinculados al crimen de Ezequiel Nolasco, por el contrario, son los mismos que fueron comprendidos por su vinculación con la mafia vinculada al caso La centralita.

En efecto, Eric Cruz Alejos es un sujeto que forma parte de la banda “Los Patecos”, una gavilla de maleantes que ha sido procesada por otros hechos delictivos y quien fue vinculado al asesinato de Jorge Boyascki Paredes, junto a Carlos Reynaldo Pacheco Saldaña, Lesli Liset Robles Ríos, Elvira Julia Mayo Vega.

Estos últimos fueron los que estaban con Boyascki en el vehículo en el cual fue “centrado” por la dos mujeres y el otro era el chofer del mismo, son aquellos que para la fiscalía formaron parte de esta suerte de emboscada a la que sometieron a Boyascki Paredes, quien para entonces era uno de los personajes que la mafia de la corrupción de Ancash le había puesto la puntería en la medida que se unió a Ezequiel Nolasco y comenzó a denunciar los casos de corrupción regional.

Por lo menos en Chimbote lo recordamos cuando micro en mano y una cámara filmadora, recorrió la carretera Moro – Pamparomás, en la cual se había adjudicado un mantenimiento de obra de más de 100 millones de soles y en aquel entonces se acusaba a la administración Álvarez de sobrevalorizar estas obras para lucrarse a costas de las golpeadas arcas regionales.

La tesis de la fiscalía fue que Boyascki fue asesinado por la mafia de la corrupción, sin embargo, ese caso no tiene nada que ver con el crimen del ex consejero, por ello aquellas mujeres, el chofer y el sicario están respondiendo en otro juicio mas no pueden ser comprendidos en una acusación por el crimen del ex consejero regional.

Lo mismo ocurre con Juan Manuel Garay Obregón alias “huachanito” y Cesar Pedro Lazo Araujo, alias “marranito, dos maleantes naturales de la ciudad de Huacho que fueron los que convocaron a Jorge Malca Valencia, más conocido como “Chino Malca” porque el primero de ellos necesitaba vengar el ultraje y muerte de su conviviente y su hija por parte de tres delincuentes de esa ciudad.

Para ello llegó a Huacho el “Chino Malca”, de quien se sabía en el mundo del lumpen que reclutaba a sicarios, por ello llevó al jovenzuelo Christian Cruzate Pereda (a) “Colombiano”, sin embargo, cuando estos delincuentes estaban en un restaurante de esa localidad apareció Ezequiel Nolasco que había decidido hacer un alto en su viaje que lo llevaba de Lima a Chimbote, fue entonces que el “Chino Malca”, sabiendo que la cabeza de ex consejero tenía precio en Chimbote, hizo las llamadas para verificar si aún querían eliminarlo.

El cobarde asesinato de Nolasco Campos se negoció de esta circunstancial manera, sin embargo, los dos sujetos que contrataron a los sicarios en Huacho y que promovieron un triple crimen un día después del atentado a Ezequiel Nolasco, no tienen relación alguna con la muerte del ex consejero regional, por ello el Fiscal superior ha creído por conveniente solicitar su apartamiento a efectos de no entorpecer los cargos que estará formulando contra quienes deben responder por este alevoso homicidio.

Lo que ha hecho el representante del Ministerio Público es allanar su camino a la requisitoria oral que estará formulando en breve, ha limpiado ese tránsito retirando a los que, efectivamente, no tienen vinculación alguna con este caso, ni siquiera como miembros de una organización criminal que se prestó al asesinato y posterior encubrimiento de este crimen que cambió el rumbo de la historia de Ancash.

No se puede soslayar que hace solo un par de semanas hemos escuchado la sentencia final de la Juez del Primer Juzgado Unipersonal Nacional que ha condenado a César Álvarez Aguilar y otros miembros de la cúpula regional por el caso de la sobrevalorización de la carretera Chacas San Luis, de allí que no sorprende que el mismo ex titular de Áncash haga frente a otra drástica requisitoria, pues el Fiscal está demandando para Álvarez Aguilar nada menos que 35 años de carcelería.

Pasado mañana jueves el colegiado debe resolver esta incidencia y tras ella ya se conocerá los cargos formales que estará haciendo la Fiscalía contra todos los que han sido investigados a lo largo de estos cuatro años por el alevoso asesinato de quien fuera un tenaz opositor del ex presídete regional César Álvarez Aguilar. En Ancash ya no quepa duda alguna que su muerte tuvo móviles políticos, ahora la justicia deberá declarar si esto ha sido así y sancionar no solo a los que lo ordenaron y los que jalaron el gatillo, sino a todos aquellos que de una u otra manera contribuyeron a la impunidad de este caso. Es cuestión de esperar solo unas semanas más.