Editorial

Editorial: ::: SOPRESIVA REVISIÓN :::

Hace ya varias semanas, el alcalde de Nuevo Chimbote Domingo Caldas Egusquiza, solicitó al entonces Director de la UGEL Santa, Robert Iturria, una reunión de emergencia a efectos de madurar medidas que eviten hechos lamentables al interior de los centros educativos, incluso, convocó para ellos a los miembros del CODISEC, que es el comité de seguridad ciudadana del distrito sureño.

La pretensión del alcalde pasaba por el planteamiento de una medida que en ese momento generó rechazo no solo entre autoridades sino de un gran sector de padres de familia como es la revisión de las mochilas escolares pues consideraron inconveniente hurgar entre las pertenencias de sus hijos, aunque existe otro grupo que está de acuerdo.

Y es que estos planteamientos se hicieron apenas unos días después que en un centro educativo de la capital de la república se suscitara un trágico incidente cuando un alumno fue alcanzado por un disparo de bala dentro del aula, pues otro compañero de clase había decidido llevar el arma que encontró en su vivienda para muéstrarsela a sus amigos.

La manipulación indebida del arma generó que ella se dispare e impactara en la cabeza de su compañero desatando de esta manera una tragedia que generó la inmediata reacción de las autoridades en la medida que no era posible que un estudiante llevara un arma de fuego, más aun cuando este la había cogido de un cajón en donde la guardaba su padre que la tenía por razones de trabajo.

Lo más grave es que ese incidente se dio en medio de la clase, es decir, cuando el docente estaba dictando sus materias y es evidente que los alumnos no le prestan la mas mínima atención, están jugando, conversando o, como en aquel caso, manipulando un arma de fuego, lo que nos permite concluir que las razones de la mediocridad en la educación del país pasa por la irresponsabilidad del estudiante y la desidia de un docente que no se hace respetar en el aula para que le presten atención.

Sin embargo, luego de este incidente saltó la pregunta que muchos se hacen ¿Qué es lo que llevan los alumnos en sus mochilas?.

La interrogante se hizo necesaria en la medida que en los últimos tiempos han sido constantes las intervenciones de alumnos que llevan droga al colegio, que las esconden en sus mochilas e inducen a otros a fumar un estupefaciente que lo único que les genera es atrofiarse el cerebro, caer en el vicio y perjudicarse a ellos mismos.

Los casos de hallazgos de droga se registra en todos los planteles del país, de allí que la pretensión del alcalde sureño no caía en la exageración y menos en un acto que atente contra los estudiantes, por el contrario, primero debe estar por delante la seguridad de los alumnos y su integridad.

Lamentablemente, esas conversaciones no llegaron a nada, quedaron allí y seguramente se retomará el tema cuando se registre algún incidente que esperamos no tenga correlatos trágicos como el ocurrido en Lima.

Sin embargo, la semana pasada la Policía de Huaraz decidió incursionar en algunos centros educativos de esa ciudad, con la autorización de los directores y atendiendo a una inquietud de los padres de familia, con la finalidad de revisar las mochilas escolares en cada una de las aulas.

La sorpresa que se llevaron fue mayúscula pues hallaron de todo, especialmente droga, alcohol y hasta a un alumno en estado de ebriedad, lo que pone de manifiesto que el relajo y la indisciplina ha llegado a límites insospechados en la ciudad sede de la Región y los propios padres de familia se han visto empujados a autorizar una intervención que ha tenido muy buenos frutos.

Aun cuando las pertenencias de una persona son solo de su dominio y nadie puede hurgar en ellas sin que exista un previo mandato judicial, lo que ocurre con los escolares es un tema distinto, ellos portan mochilas para llevar sus cuadernos, fólderes, lapiceros, etc., mas no para portar armas blancas, celulares, droga o alcohol, quien hace eso está faltando los reglamentos y debe ser sancionado o advertido porque al colegio se va a estudiar, no se acude a hacer vida social o enviciarse.

No sabemos si en Chimbote las autoridades lleguen algún día a adoptar esta medida, sin embargo, nos parece acertado que en Huaraz se haya iniciado un control extremo pero necesario, allá se había llegado a extremos y solo de esa manera se pueden evitar secuelas lamentables y se puede comenzar a “separar la paja del trigo” en los propios planteles.

DOBLE VIDA

El obispo de la ciudad, monseñor Ángel Francisco Simón Piorno, ha destacado en su homilía de la última fiesta patronal el rol que deben cumplir las autoridades y su calidad de hombres públicos que debe ser ejemplo para una comunidad porque al llegar al cargo dejan de tener una vida privada y ella queda al escrutinio de todos.

“Su vida privada (de los gobernantes) es pública y por lo tanto tienen que ser un referente para la comunidad, principalmente para los jóvenes que necesitan un modelo de ciudadanía y honestidad (…) Hay algunos que creen que pueden engañar a la comunidad llevando una doble vida: una vida pública impecable y una privada cargada de inmundicia y corrupción”, dijo el pastor de la Iglesia chimbotana.

Las palabras del prelado dibujan lo que ha ocurrido en nuestra provincia y nuestra región en los últimos años, con autoridades que se llenaban la boca hablando de honestidad y transparencia, que se presentaban como inmaculados pero que han terminado en la cárcel o perseguidos por la justicia.

Sabias palabras del obispo que deben calar en las autoridades y funcionarios en ejercicio, están dirigidas a ellos y busca que llamar la atención y entiendan que si solicitaron el respaldo popular, si obtuvieron las preferencias mayoritarias es porque la población confió en ellos para que hagan una gestión ejemplar u transparente mas no para que se aprovechen de los cargos. La prensa siempre estará pendiente de los actos funcionales de las autoridades, esperemos que esa vorágine de denuncias y encarcelamientos cese de una buena vez y se escuche las palabras de nuestro pastor.