Editorial

Editorial: ::: EXTRAÑO MUTISMO :::

No cabe duda que uno de los casos que ha generado mayor revuelo en este año en el ambiente político es el relacionado a las coimas que pagó la empresa brasileña Odebrecht a ex funcionarios o ex autoridades por el proyecto de saneamiento P-25, el mismo que hasta el momento genera marcada expectativa entre la población.

Y es que, al margen de los alcances que se ha conocido a través de los medios limeños que están informando permanentemente los alcances de las pesquisas del equipo Lavajato del Ministerio Público, existe la necesidad de conocer quienes fueron los receptores de tan impresionantes cantidades de dinero sucio y que se enriquecieron a costa de uno de los acariciados proyectos que se ejecutaron en nuestra ciudad.

Ocurre que dentro de este abanico de nombres que han ingresado a la licuadora de probabilidades, apareció el del Ingeniero Manuel Rodríguez Senmache, quien fuera gerente de la empresa Sedachimbote, justamente,  en los años que, a decir del informe evacuado de la División de Operaciones Estructuradas de la corrupta empresa brasileña, se cancelaron los sobornos a los codinomes “Pescador”! y “gordo”.

Sin embargo, el mentado ex gerente de SEDACHIMBOTE, Manuel Rodríguez Senmache, rechazó la semana pasada tener relación alguna con estos sobornos y manifestó que durante su periodo como gerente general de SEDACHIMBOTE, entre el 18 de diciembre del año 2008 y el 25 de enero del año 2011, su despacho no recepcionó ni autorizó la recepción de la obra de agua potable (lote 4) que ejecutó la empresa Odebrecht en nuestra ciudad.

Explicó que nunca se reunió con funcionarios brasileños ni nacionales de la empresa Odebrecht, ni tampoco recibió presiones ni pedidos para que recepcionen la obra. Si reconoció, sin embargo, que actualmente dicha obra es administrada por la empresa paramunicipal.

Hay una parte que es muy cierta en este relato del ex funcionario cuando señala que al ingresar al despacho la obra ya estaba terminada y esto lo sabemos porque en la gestión anterior se había rechazado la recepción de la misma en razón que en su ejecución  advirtieron irregularidades que el gigante brasileño se negó a subsanar.

Justamente, lo que se tiene que diferenciar es que una cosa es que la obra se haya terminado y otra que se haya recepcionado, pues para que esto ultimo suceda se tiene que liquidar, levantar observaciones si la hubieran y admitirla con documentos tal cual está.

Ahora bien, lo que quedó claro es que hasta antes que llegue el gerente Manuel Rodríguez la obra del P-25 no se había recepcionado, arrastraba la cerrada negativa de los funcionarios colocados en la gestión municipal de Estuardo Díaz y se presume que por ello Odebrecht se vio precisado a llegar a un nuevo contubernio, un acuerdo bajo la mesa con quienes deberían hacer la recepción de la misma.

De otra manera no podía ganar un arbitraje de esos sospechosos que se planteaban y ante el cual no había Estado que se defendiera, de tal suerte que gracias a que alguien recepcionó la obra terminaron cobrando 8 millones de dólares más, por encima de los 27 que ya se había pagado por este proyecto.

De allí que lo que se requiere saber, en este momento, es quien recepcionó la obra del P-25, qué funcionario o funcionarios de Chimbote o de Lima, fueron los que firmaron los documentos, incluso, ellos tendrán que justificar las razones por las cuales aceitaron la obra a pesar de hallarse serios cuestionamientos y, en su caso, tendrán que sindicar o precisar que autoridades o personajes presionaron para que se recepcione en esas condiciones.

Pero quien puede ayudar a descubrir todo este misterio es la propia empresa Sedachimbote, ella debe contar en sus archivos con los documentos con los cuales se concretó la recepción de la obra y quienes participaron en ella.

Justamente, cuando los periodistas llegaron hasta el mismísimo Manuel Rodríguez Senmache, éste mostró un oficio que había presentado a sedachimbote a efectos que le proporcione las copias de los documentos relacionados a ese megaproyecto y que se expidieron durante su periodo de gestión, es decir enjere los años 2008 al 2011, pues aquel afirma y sostiene que en ellos se podría advertir que cuando estuvo al frente de la empresa no se recepcionó esta obra.

Las dudas surgen en razón que todos los que han declarado en este peliagudo caso, y que han ocupado las gerencias en la línea de tiempo han negado que hayan recepcionado la obra, comenzando por el abogado Denis Montoro García, que desempeñó el cargo en los años 2003-.2005, de la misma manera lo ha negado el ingeniero Alberto Williams Roque que desempeñó el mismo cargo en los años 2006 al 2007 y Manuel Rodríguez entre el 2008 al 2001, han rechazado de manera reiterada que ellos hayan recepcionado la obra.

Entonces la pregunta de los 64 mil soles es ¿Quién entonces recibió la obra de manos de Odebrecht? ¿Cómo se ha manejado este tema en la empresa de saneamiento?

Ahora bien que todos entienden que la única llamada a despejar dudas es la empresa Sedachimbote, son ellos los que cuentan con la información fidedigna, son ellos los que saben quiénes intervinieron en la ejecución y en la recepción de la misma, sin embargo, pese a que existe una gran polémica en torno a esta información no ha proporcionado los detalles y las precisiones que todos desean.

Nadie entiende esta absurda posición, si hay alguna situación que riega de dudas e incertidumbre a mi empresa, si existe algo que pone en tela de juicio la integridad de quienes forman parte de ella, la obligación de quienes la representan en este momento es aclarar el escenario en que se encierra y entregar información no solo a las personas o los organismos que investigan, sino a la opinión pública en general que ha comenzado a deshojar margaritas con justificada razón.

Estamos ante un extraño mutismo, un silencio que nos deja margen para pensar muchas cosas, pero que, esencialmente, nos hace pensar que podría estar encubriéndose a alguien y eso es lo que no se puede permitir. Aún estamos a tiempo de conocer que es lo que pasó con este controvertido y millonario proyecto de saneamiento y es Sedachimbote quien debe colocar la pieza que le falta a este rompecabezas de la corrupción que nos ha legado Odebrecht y todos los que tomaron parte en esa oscura negociación.