Editorial

Editorial: ::: LA EDAD DE CRISTO :::

Cuando leíamos con atención los reportajes de nuestro colega Carlos Carpio La Rosa, relacionados con la aparición de este medio de comunicación, allá por el 06 de octubre de 1986, nos invadió de inmediato la memoria con aquellos difíciles y complicados avatares de la preparación de la edición N° 1.

Y el relato que extrajo de Don Eduardo Pérez, “el chino”, reflejan lo que realmente sucedió aquella noche del 05 de octubre, cuando el reloj avanzaba y los nervios se alteraban, no salía una película, se malograba una placa, se equivocaba un texto con el otro, etc, un ajetreo propio de la preparación artesanal que se estilaba en aquellos tiempos.

La diagramación se hacía a pulso, las tijeras, el scocht, los cúter eran herramientas indispensables en la elaboración del montaje de un periódico y se tenía que hacer con el arte y la destreza de las manos.

Claro hoy en día basta un clic para tener mil y una alternativas para mejorar una diagramación pero hace 30 años atrás no existía nada de eso, las fotografías se preparaban en una enorme maquina fotomecánica que se operaba con una manivela y ni qué decir del revelado de placas porque se necesitaba apelar a placas recuperadas para sostener costos.

Lo cierto es que las correrías del Chino Pérez, los monitoreos de nuestro fundador Wilfredo Peláez, los esfuerzos der todos aquellos que esa noche invadieron el taller en la primera cuadra de Elías Aguirre, tuvieron sus frutos al promediar la medianoche, cuando la impresora empezaba a soltar los primeros ejemplares preparando la edición inicial.

Como dice nuestro colega, fuimos testigos de un parto, doloroso pero sumamente feliz, había nacido una criatura y ella se confundía en las calles de Chimbote y representaba solo un primer y cortísimo paso, todos los que celebramos esta primera edición nos fuimos a la cama pensando que ya teníamos que hacer la segunda uy así sucesivamente.

Desde entonces ha pasado lucha agua bajo el puente, lo importante es que en todo este tiempo, al alejamiento natural de nuestro fundador que siguió el camino inexorable de la vida y partió a la eternidad, quienes asumimos el compromiso de mantener viva esa llama de la verdad y objetividad, no podemos sentirnos tan jubilosos hoy que hemos llegado a la edad de Cristo, cuando celebramos nuestro cumpleaños número 33 en medio de las complicaciones que arrastran hoy por hoy los medios impresos, cuando la tecnología le gana la carrera a cualquiera pero siempre firme en la necesidad de entregarle al pueblo una verdad objetiva, una información seria y transparente, lejana de los arrebatos y deslicea infelices u anónimos de las redes sociales.

Y es que esa satisfacción, aquella que se confunde con las imágenes que se nos vienen a la cabeza de la esforzada jornada aquella del 05 de octubre de 1986, nos encuentra de plácemes, firmes y decididos a seguir dando la lucha y, fundamentalmente, respetando siempre esa línea infranqueable que nos legó nuestro fundador y que se ha mantenido incólume a lo largo e todos estos años.

Esto lo saben nuestros lectores, nuestros adversarios, las autoridades y los funcionarios que nos siguen a diario porque entienden que nuestros contenidos no responden sino a una realidad que puede ser amarga y agria para algunos, sensatas y equlibradas para otros o incompletas y triviales para un sector.

Lo cierto es que en este medio de comunicación nos podemos regocijar y alardear frente a otros que nuestra línea no ha cambiado y jamás cambiará, estará siempre al servicio de la vedad y objetividad, estará siempre al servicio de los beneficios para la ciudad, estará siempre al servicio de quienes quieran luchar firmemente contra la corrupción, estará siempre al servicio de quienes repudien a los arribistas y politicastros que quieren sacar provecho solo para su bolsillo, estará allí siempre al frente defendiendo lo que le corresponde a nuestro puerto.

Así como un niño crece y va entendiendo cuál es su rol en esta vida, así como el chico crece y va adquiriendo mucha experiencia en la vida, así como el hombre traduce los valores que le han enseñado en casa y que responden al equilibrio de su comportamiento frente a los demás, así como aquel niño pasa a la adolescencia y llega a ser un adulto, el “Diario de Chimbote” ha superado también esas etapas en las cuales ha bregador duro y parejo para entronizarse en el corazón de los chimbotanos, para posicionarse y recordarle al hombre que ha nacido en esta tierra y que la defiende hasta los tuétanos, que tiene en este pequeño pero pujante periódico a un aliado con el que ha de bregar juntos por el futuro de nuestros hijos y paisanos.

Ahora, consolidando nuestra adultez queremos compartir con nuestros lectores la felicidad que nos genera el hallarnos otro 06 de octubre vigentes y fortalecidos después de 33 años de aquella noche que nos describía el “Chino Pérez”, después de haber emprendido muchas u difíciles campañas en defensa de las banderas de nuestro pujante puerto no solo ante el atrevimiento político de los diferentes gobiernos que han  pasado en estos años sino promoviendo la moralización en nuestras instituciones, rechazando los despojos de nuestras instituciones, exigiendo la ejecución de obras emblemáticas y demandando que la justicia haga su papel cuando los corruptos han sido puestos al descubierto.

Claro que nuestra labor no ha terminado, no sabemos cuándo terminará porque nuestro fundador nos señaló cual era el camino para mantener viva la llama del medio de comunicación, cuando quienes estamos al frente ya no tengamos la fuerza suficiente para seguir en el timón, cuando los naturales repliegues del paso de los años nos toquen la puerta, habrá una nueva generación que seguirá avivando esa llama que mantiene encendido el “Diario de Chimbote” en el corazón de todos los chimbotanos.

Y en este escenario no queremos dejar de reconocer el rol que juegan nuestros colaboradores, nuestros reporteros y periodistas, nuestros continuos articulistas, nuestro montajistas, diagramadores e impresores que hacen posible que estos 33 años se conviertan en 50, 80 ó más. FELIZ DÍA DIARIO DE CHIMBOTE.