Hace poco más de dos años, los chimbotanos quedaron conmocionados al darse a conocer que un desfalco había esquilmado los recursos del Ministerio Público del Santa, que empleados de la propia entidad habían sacado a relucir las uñas largas y con anuencia o no de sus autoridades se habían aprovechado de fabulosas sumas de dinero.
Lo grave y delicado de todo ello era que esta denuncia no la había difundido un medio de comunicación o que correspondía a una acusación de algún abogado resentido con el accionar de la Fiscalía, por el contrario, quien formulaba los cargos era nada menos que el Fiscal de la Nación de entonces, Pablo Sánchez Velarde, quien no vaciló en llegar a nuestra ciudad para disponer que se inicie una investigación a fondo y se encarcele a los responsables.
La sorpresa no podría dejar de ser mayúscula en la medida que estaban defraudando nada menos que al organismo acusador, a la entidad que debe denunciar a los malos y de pedir que encarcelen a los delincuentes, empero, ahora estos estaban en sus propias entrañas.
Y esa sorpresa fue creciendo en la medida que al cabo de las primeras pesquisas se pudo conocer que quien estaba al frente de este desfalco era nada menos que el Administrador de la Fiscalía, Gino Reyes Roggero, que en Febrero del 2017 fue detenido y trasladado al Penal de Cambio Puente al ser sindicado como el cabecilla de una organización que se dedicaba a cobrar trabajos fantasmas y comprar facturas en blanco de proveedores a efectos de justificar egresos que no se hacían, por el contrario iban a los bolsillos de los mafiosos,.
Esa primera investigación involucró a quien era el encargado de Caja Chica y por cuyas manos pasaron los pagos fraudulentos, Fernando Sergio Sotelo Valenzuela, quien a diferencia de Reyes Roggero se puso a buen recaudo y prefirió mantenerse en la clandestinidad para evitar la prisión.
Los medios de comunicación fueron testigos de la manera como se fueron descubriendo los descarados hechos cometidos desde las oficinas administrativas del Ministerio Público del Santa, aparecieron los proveedores que desmintieron que hayan realizado los trabajos que se registraban en las facturas que se ingresaron a la Contabilidad de la Fiscalía y otros que no vacilaron en reconocer que habían entregado facturas en blanco con la finalidad de quedar bien con los funcionarios y ganarse la adjudicación de otros servicios.
Lo cierto es que por entonces quedó claro que se habían efectuado trabajos fantasmas y que se había orquestado todo un tinglado que permitió defraudar por más de medio millón de soles al Ministerio Público, por ello es que mantiene hasta la fecha en calidad de recluso al ex administrador Gino Reyes.
Sin embargo, en el marco del juicio oral que lleva adelante el Juzgado Penal Colegiado, la Fiscal Superior Nancy Moreno Rivera, quien en la época que ocurrieron los hechos fue la Presidenta del Ministerio Público del Santa y quien fue en determinado momento involucrada e investigada, ha declarado como testigo y le ha dado un extraño giro a este proceso, al extremo de contradecir las imputaciones que en su oportunidad hizo su superior, es decir el Fiscal de la Nación.
Frente a los magistrados y en abierta contradicción a lo que la Fiscalía sostuvo todo este tiempo, la Dra., Nancy Moreno ha señalado que los trabajos de cambio de cortinas en su despacho si se realizaron y que cuando tomó conocimiento de los hechos los puso a consideración de sus superiores y de la Contraloría General de la república para que intervengan.
Lo curioso y extraño que los jueces deberán dilucidar es que esta testimonial de la entonces Presidenta de la Junta de Fiscales, se contradice abiertamente con lo que han declarado los proveedores y los testigos presenciales de la defraudación, se contrapone a los documentos que descubrieron un descarado festín de facturación fraudulenta por tratarse de comprobantes que fueron entregados en blanco y luego fueron llenados para justificar gastos inexistentes.
¿Cómo podría entenderse que a estas alturas, después de dos años y medio de pesquisas, la Fiscal Superior venga a decir que no hubo nada extraño en los trabajos ordenados por la Fiscalía? ¿Por qué no lo dijo en su debido momento para impedir que se gaste tiempo y dinero en una pesquisa que ha dado mucho que hablar?
Eso será motivo de investigación, lo que no se puede soslayar es que respecto a este escandaloso caso del desfalco en la Fiscalía, la misma Fiscal Superior Nancy Moreno ha recibido acusaciones sumamente delicadas por parte del ex Tesorero y prófugo Fernando Sotelo Valenzuela, quien a través de audios dio a conocer a ciertos medios de comunicación, desde la clandestinidad, que la referida magistrada lo acosaba con la finalidad de sustraerla de los cargos.
De allí que hay mucha tela por cortar en este caso, hace solo unos meses la defensa del ex Administrador sostenía que no existían garantías de imparcialidad en una investigación que estaba a cargo de un subordinado de la Fiscal Nancy Moreno, empero, ahora, de manera sorpresiva, ese mismo ex administrador resulta el mas beneficiado con los testimonios de la misma Fiscal Nancy Moreno, incluso, su propia patrocinadora ha considerado que con estas testimoniales se está exculpando a su defendido en la medida que se afirma que no existió desfalco en la Fiscalía.
Ojo que todo esto no es parte del guion de alguna novela o película, es parte de nuestra realidad que sorprende cada día que pasa, que nos dice a los chimbotanos que después de habernos estremecido con una grave denuncia por un desfalco al interior de la fiscalía, ahora nos quieran decir que no hubo nada malo y que tal vez las acusaciones responden a la mala leche de algunos resentidos.
No creemos que la justicia se trague una leyenda urbana en medio de tan grave acusación, existen en los actuados otros elementos probatorios que habrán de merituarse y que, de acuerdo a todos estos antecedentes los encargados de impartir justicia habrán de establecer cómo es que se perpetró este desfalco que fue denunciado por el mismísimo titular del pliego.