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INFORMALIDAD

Como es posible que en la zona comercial conocida como “La Cachina” funcionen galerías que ni siquiera tienen nombre? Esto es lo que pudieron verificar los funcionarios de la Municipalidad Provincial del Santa y el Fiscal de Prevención del Delito que llegaron la mañana del domingo a este emporio comercial y constataron que existen instalaciones que no se quemaron y siguen funcionando en medio de una espantosa informalidad, esa misma que el pasado viernes dio lugar a un dantesco incendio que acabó con 80 puestos de otra galería. Los periodistas que acompañaron a los funcionarios pudieron ver que estas galerías en realidad no son tales, se trata de inmuebles que han sido acondicionados con ese objetivo y en donde los puestos de venta de ropa y otros productos se han levantado en base a madera y triplay, es decir, que son altamente inflamables. Allí mismo las fotografías nos mostraron la impresionante maraña de cables que se cruzan unos entre otros para dar luz y energía a diversos puestos, son conexiones informales que se han hecho con empíricos, no existe un proyecto eléctrico que permita que las conexiones se encuentren debidamente protegidas con canaletas y todas salgan de un solo tablero de llaves térmicas. Además de ello, en la medida que no son inmuebles construidos para albergar una galería comercial los pasadizos son sumamente angostos, lo que representa una verdadera bomba de tiempo. Por ello es que los funcionarios ediles les otorgaron un plazo de 5 días para que estos comerciantes puedan regularizar su situación y de esta manera impidan que se les clausure sus establecimientos.

CONTRADICTORIO

Esto es lo que llamó la atención de los periodistas anteayer por la mañana, que los funcionarios ediles lejos de disponer la clausura por semejantes infracciones a las normas, lo que hicieron fue hasta cierto modo avalar esta escandalosa informalidad. Por ejemplo ¿Cómo regularizar la ubicación en un lugar que no está construido como galería sino que es un predio cualquiera? Eso será imposible de poder regularizar. En cinco días jamás se podrá subsanar las precarias instalaciones eléctricas que existen en el lugar, ello requiere de un proyecto, de inversión y eso no se consigue en menos de una semana. Lo más grave es que mientras existe esta suerte de vacilaciones de parte de la autoridad edil, la mañana de ayer el emporio de La Cachina siguió funcionando como si nada hubiera ocurrido en una parte de ella, los escombros de los 80 puestos calcinados han sido retirados y los demás no se inmutan y siguen operando a pesar que presentan las misas y graves deficiencias que dieron lugar al siniestro la semana pasada. Hay que tener mucho cuidado porque de presentarse una nueva emergencia serán las autoridades las que carguen con la responsabilidad.

INDOLENCIA

A propósito del funcionamiento de “La Cachina”, desde hace muchos años la gente que concurre a ella advierte que funciona en precarias condiciones y que jamás ha tenido siquiera un certificado de defensa civil y menos alguna licencia de funcionamiento. Muchos recuerdan que hace unos 10 o 12 años atrás se registró otro incendio de similares características, empero, los comerciantes levantaron sus puestos nuevamente de las cenizas y retomaron su actividad comercial en las mismas y precarias condiciones. Esto es lo que no se entiende de esta gente que no escarmienta, que es consciente que se expone a un grave peligro pero sigue trabajando en las mismas, condiciones. Nos preguntamos ¿no es mejor para los comerciantes invertir en un proyecto de seguridad y en instalaciones más seguras no solo para garantizar la integridad de sus clientes, sino para proteger la vida de ellos mismos que se ve en grave riesgo en estas condiciones?. Eso es por el lado de los comerciantes que son los más afectados, empero, por el lado de las autoridades la pregunta que se cae de madura es ¿Cómo han permitido que a lo largo de todos estos años este emporio comercial funcione en estas deplorables condiciones? ¿Cómo es que se ajustaron a otros mercados y establecimientos con cierres o amenazas de cierre y en La Cachina se permite que funcionen establecimientos sin la más mínima medida de seguridad? Aquí no existe explicación que valga, se ha dejado una parte importante del núcleo comercial del centro urbano de Chimbote a su suerte y el siniestro registrado el pasado fin de semana es producto de esa indolencia. Hay que sacudirse de esta desidia e indiferencia en ambos lados que expone la vida de cientos de personas que acuden a puestos de venta que funcionan sin seguridad alguna.