Editorial

Editorial: ::: CERCA AL OBJETIVO :::

Los cuestionamientos a la administración edil provincial se acentuaron en los primeros meses del año debido a la deficiencia del servicio de limpieza pública, uno de los servicios sensibles y que afecta siempre a la ciudad, con mayor razón cuando en la transición de un gobierno a otro se generan desfases complicados de solucionar.

Uno de ellos para la actual gestión del alcalde Roberto Briceño es el de la limpieza pública, muy vista a menos antes que concluya el primer semestre del año como consecuencia de un desfase en la flota vehicular para el recojo de la basura.

Al asumir el cargo el alcalde solo contaba con una flota de 5 camiones compactadores operativos y otros 6 en reparación, lo que representó una de las primeras complicaciones a pesar que, paradójicamente, había sentado sus esperanzas en la buena Administración de este sector de limpieza pública en el entendido que está estrechamente relacionado con la salud pública y con el bienestar de la población.

No se puede soslayar, en ese sentido que el alcalde Briceño inició su gestión poniéndole la puntería al Botadero de Coishco, ese inmundo foco infeccioso que se implementó desde hace varios años en la medida que los alcaldes de turno no encontraron mejor salida al problema de la eliminación de la basura que lanzarla temerariamente sobre estos arenales que se ubican a pocos metros del túnel de Coishco.

Al fin y al cabo a los ex acaldes les resultaba más económico llevar la basura a solo un par de kilómetros antes que lanzarla en la zona de La Carbonera, que es donde se ubican los terrenos que se ha destinado en el Plan Director como la zona en donde se deben construir los rellenos sanitarios para los distritos de Chimbote y Nuevo Chimbote.

Excepción hecha del alcalde Valentín Fernández Bazán, ninguna otra autoridad edilicia se molestó siquiera en verificar si era posible instalar el relleno sanitario o, por lo menos, acondicionar la zona para convertirla en un Botadero.

Precisamente, en la zona ya se lanza la basura de Nuevo Chimbote, muchos deben recordar que durante su primer periodo de gobierno edilicio el ex alcalde Valentín Fernández comprobó que el tema de la limpieza pública era inquietante en la medida que existía un botadero en Garatea, sin embargo, este ya estaba totalmente colapsado y ya llegaba a la zona urbana, por lo que tenían que desaparecerlo.

En esos año es que Valentín Fernández demandó la entrega de los terrenos de La Carbonera, y, entretanto habilitó vías de acceso para llevar la basura del distrito, mientras que paralelamente inició gestiones ante el Gobierno Japonés para que, por intermedio de una de sus grandes corporaciones, (JICA) financie la instalación de un relleno sanitario y se complemente con un servicio de recolección  eficiente para el cual se requerirán de nuevas unidades.

Este convenio ha tomado muchos años, Valentín Fernández debió esperar retomar el cargo para consolidarlo y el distrito ya tiene algunos de los beneficios del mismo, como carros compactadores, programa de limpieza y un proyecto para implementar las primeras celdas para la eliminación de la basura y la instalación de una planta de residuos sólidos.

Esa ha sido también la idea que llevó el alcalde Roberto Briceño al despacho de alcaldía cuando accedió al mismo en enero de este año, y, por ello es que a solo unas semanas de su gestión anunció la eliminación del Botadero de Coishco y suscribió para el efecto un convenio con el MINAM, portafolio del ejecutivo que se ha mostrado bastante dispuesto a apoyar las acciones y los objetivos del Alcalde, especialmente en su meta de concretar todo un proyecto de limpieza que termine con la informalidad vigente desde hace muchos años en este rubro.

Justamente, una de las medidas que forma parte de este programa que ha previsto el alcalde es la compra de una flota de vehículos de limpieza, una operación que ha costado mucho por lo meticulosos y engorrosos que resultan estos procedimientos en la administración pública pero que, finalmente, vio la luz el pasado mes de agosto y por ello en los próximos días ya debe concretarse la entrega de esta primera parte de vehículos que deben aliviar las hornadas de recojo de basura.

Para ello el alcalde ha viajado la semana pasada a la capital de la república en donde se viene efectuando el ensamblaje de las unidades por parte de la empresa que ganó la buena pro de proceso licitador y se ha observado que se trata de unidades modernas, equipadas y nuevas, razón por la cual no solo se espera que el tiempo de vida y trabajo de estas unidades se prolongue en el tiempo, sino que cumplan el objetivo de aliviar la limpieza de la ciudad.

Inclusive, se sabe que luego de esta primera licitación la municipalidad estará lanzando otra más para la compra de la barredora mecánica y los contenedores de basura, se trata de un programa bastante ambicioso que se complementa con la instalación del futuro relleno sanitario para lo cual cuenta con el aporte técnico del MINAM.

Seguramente, el hecho que el alcalde no haya implementado un plan de emergencia para sostener la limpieza de la ciudad en los primeros meses ha generado ciertos cuestionamientos a su gestión, empero, el tiempo le está dando la razón, se advierte que siempre estuvo trabajando por mejorar este rubro de la limpieza pública y que sus medidas forman parte de un programa de largo aliento que redundará en beneficio de la colectividad.

Hay que tener en cuenta que paralelamente la Municipalidad evalúa la adjudicación de una concesión para la eliminación industrial de la basura, es decir, para la fase final de este circuito en la que se descarta la basura que se recolecta en la ciudad y para ello cuenta con un proyecto de una empresa rusa que representa un cierre de circuito que será perfecto para los objetivos que se ha trazado el alcalde provincial.

Enhorabuena estas gestiones salen adelante. Que la próxima llegada de los carros compactadores represente un primer y efectivo paso a la regulación del sistema de la limpieza pública de Chimbote y supere las deficiencias que padece a la fecha. Quienes escuchamos atentamente al alcalde en campaña electoral podemos convenir que, en efecto, hasta el momento está cumpliendo y está cerca del objetivo.