La comunidad limeña se vio conmocionada la semana pasada luego que se diera cuenta que un sujeto que había sido detenido en flagrante delito de tráfico de drogas, había conseguido escapar de manos de la Policía cuando fue trasladado a una dependencia policial del distrito de San Isidro.
Se trata de Carlos Alberto Sayán Díaz, alias “mono”, quien el sábado antepasado fugó del Complejo Policial de Aramburú en Lima luego de haber sido arrestado por agentes de la Depincri de Breña y Pueblo Libre, y luego trasladado a la sede de criminalística en la avenida Aramburú, para pasar los exámenes de rigor, sin embargo, terminó escapando, luego de pedir permiso para ir al baño.
Fue entonces que se inició toda una redada para dar con su paradero, la policía tenía un reto por delante en la medida que había quedado en ridículo luego que un detenido se les escape con el cuento más antiguo en relación a la actividad policial, es decir, el viejo truco del detenido al que se le afloja el estómago y pide permiso para dirigirse al baño, y, una vez en los servicios higiénicos buscaba la manera de escabullirse.
En verdad llama poderosamente la atención que sujetos detenidos y quienes deberían llegar al Penal para cumplir la orden de aprehensión puedan eludir esa medida judicial con un cuento tan trillado como el del “pedido para ir al baño”.
En la mayoría de casos este es solo un pretexto para que los agentes que tienen la misión de llevarlos a disposición de la autoridad competente, se distraigan para aprovechar ese momento y escabullirse.
Sin embargo, los servicios de inteligencia pronto recibirían informes relacionados con el paradero del prófugo y una de ellas los llevaba nada menos que a Chimbote, pues el delincuente contaba con familiares a nuestra ciudad.
Fue entonces que agentes de la Dirección Nacional de Inteligencia y el Departamento de Investigación Criminal de Chimbote realizaron un exhaustivo seguimiento y pudieron recapturar al sujeto cuando salía de su escondite para vender droga en una invasión cercana a la urbanización Nicolás Garatea de Nuevo Chimbote. Tenía en su poder 327 gramos de cannabis sativa- marihuana, es decir, que dedicaba a la misma actividad delictiva por la que fue inicialmente aprehendido en Lima.
Al margen de las coartadas que esgrimía el detenido y de las negligentes circunstancias en las que se registró su evasión, lo importante es que las autoridades cumplieron con poner nuevamente a buen recaudo al individuo.
Sin embargo, este enojoso pasaje deja muchas experiencias y muchas lecciones, a lo mejor nos viene a confirmar a muchos las sospechas que siempre se cierne sobre aquellos sujetos que viven al margen de la ley, quienes se encuentran prófugos y es que el tiempo pasa y las autoridades no pueden dar con su paradero.
Hay que tener en cuenta que casi la mayoría de estos personajes que evaden a la justicia son aprehendidos en sus propios domicilios, en viviendas de sus familiares o en inmuebles cercanos a los lugares en donde residen sus parientes más cercanos, esa es una constante y se ha corroborado una vez más con este individuo identificado como Carlos Sayán Díaz, quien apenas ganó las calles al burlar la custodia de los efectivos policiales y emprendió viaje hacia Chimbote donde vive su familia.
Quizás esto fue lo que le costó el poco tiempo de libertad al sujeto porque lo primero que hicieron los agentes es verificar, a través de efectivos de investigación criminal de Chimbote, es verificar si efectivamente en la vivienda de los familiares del sujeto se adviertan movimientos extraños.
No demoraron los Policías en comprobar que sus sospechas tenían asidero y por ello se trasladaron de inmediato a nuestra ciudad y cumplieron con aprehender al individuo que se había burlado de ellos y que los había dejado muy mal parados.
Entonces podemos colegir que muchas de las personas que se encuentran al margen de la ley, muchos de los prófugos que existen en Chimbote pueden hallarse ocultos también en viviendas de familiares o amigos, no han conseguido salir de la ciudad y siguen huyendo de la ley con el apoyo de los suyos.
Esto tiene asidero si partimos de la premisa que varios, entre ellos la ex alcaldesa Victoria Espinoza, el ex alcalde Julio Cortez y Valentín Fernández, tienen jugosas recompensas por sus cabezas y solo el apoyo familiar no permite que fueran delatados.
De allí que tras la captura de Carlos Sayán Díaz se ponga un poco de atención al entorno de los prófugos de la justicia, es posible que allí detecten movimientos extraños que los lleven a cumplir con el mandato judicial que reclama que los internen en el Penal de Cambio Puente. La casa propia o de la familia es la guarida ideal.
TRISTE DESENLACE
No cabe duda que la lucha social se construye a partir de sus protagonistas y, entre ellos, quienes no dan rienda suelta y no se rinden ante la obstinación de las autoridades que lejos de corregir errores o malos hábitos, lo que buscan es amedrentarlos y perseguirlos.
Uno de ellos ha sido el Presidente de la Asociación de APAFAS de la provincia del Santa, José Lizárraga Ascate, quien sabe uno de los más conspicuos fiscalizadores de la labor educativa en todos sus niveles, no solo a nivel de enseñanza sino en los programas que lo benefician, como Qali Warma en los desayunos escolares.
Lamentablemente, el destino no quiso que complete la labor estricta que había implementado y nos llegó la triste noticia de su deceso como consecuencia de una penosa enfermedad que no pudo superar.
Su fallecimiento en el hospital III de Essalud al cual había sido trasladado, ha consternado a muchos sectores de la ciudad, especialmente al periodismo con el cual pudo emprender verdaderas campañas moralizadoras y con los cuales puso contra la pared a muchas autoridades y funcionarios.
La lucha contra la corrupción extrañará a José Lizárraga, lamentablemente siguió la senda que nos depara el destino y nos dejará un enorme vacío. De todas maneras nos quedamos con el grato recuerdo de su lucha tenaz contra la corrupción y la fiscalización a fondo de las actividades de entidades públicas. Descansa en paz verdadero luchador.