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FUGA

La reciente intervención de los efectivos de la compañía de Bomberos, de la Policía nacional y del Serenazgo, en un grifo de la localidad en donde se registraba una fuga de gas, es un hecho que las autoridades no pueden pasar por alto en la medida que el riesgo ha sido latente. Quienes pasaron por la cuadra 38 de la avenida Pardo el pasado viernes 20 pudieron percibir el fuerte olor a gas que emanaba del servicentro, por ello es que los serenos y policías comenzaron a desviar el tráfico para permitir que los bomberos hagan su trabajo y puedan controlar la fuga. Los vecinos del P.J. San Juan señalaron que se percataron del hecho porque se escuchaba el sonido que provocaba la fuga y el olor era cada vez más penetrante y asfixiante, al parecer una válvula de los suministradores se encontraba floja y se salió, por ello los bomberos debieron reparar la falla y de esta manera se pudo controlar la emergencia. Sin embargo, la pregunta que se cae de madura es ¿cómo es posible que esto ocurra en un grifo que se supone se encuentra permanentemente bajo supervisión de los organismos competentes? ¿no es acaso que estas empresas que se dedican al suministro de productos peligrosos, deberían contar con un protocolo de emergencia? Claro que sí, lo que tendrían que verificar es que si realmente este grifo está cumpliendo con la normatividad, pero en una sencilla conclusión lógica ¿Cómo entender que están cumpliendo las normas si ha hecho frente a una peligrosa emergencia? En realidad, no vale hacer leña del árbol caído, sin embargo, en la medida que un grifo que desarrolla una actividad peligrosa debería estar sujeto a un control más estricto y reiterativo. No esperemos a que se registre algún estallido y se registren victimas que lamentar para recién tomar medidas, como sucede con los locales nocturnos cuando hay incidentes violentos.

APAREJOS

Hace solo unos días la Dirección Regional de Producción dio a conocer la intervención realizada en una embarcación acoderada frente al desembarcadero Artesanal, a la cual le hallaron un arte de pesca que no era el adecuado para actividad extractiva que estaba realizando, como era la pesca de pejerrey. Los inspectores informaron que las redes de pesca de esta nave eran de 16 milímetros cuando lo legal es que sean de 25 milímetros o una pulgada, esto con la finalidad que en estas redes no se amallen los ejemplares juveniles, es decir, aquellos de tallas menores, por ello le decomisaron una pesca de 84 kilos de pejerrey. Lo curioso es que apenas unos días antes en el frontis de la DIPRERO se realizó una bulliciosa protesta de pescadores que llegaron de las caletas de Samanco y Huarmey, quienes cuestionaron el accionar de los inspectores que les decomisaban de manera abusiva y arbitraria su pesca de pejerrey, al extremo que se llevaron más de 100 kilos alegando que eran de tallas mínimas, pero ellos midieron los ejemplares y superaban los 14 centímetros. Aquí hay un conflicto que es muy delicado, por una parte los inspectores dicen estar poniendo orden y por otro lado los pescadores acusan arbitrariedades. Esto no sucedería si los inspectores intervienen con la presencia de un Fiscal, que debería ser necesario en la medida que se está incautando una pesca y ello solo puede autorizarlo el representante del Ministerio Público tras verificar la falta. Será bueno que se realice un procedimiento más justo e imparcial.

PROTESTA

La Jefatura de la División Policial no ha emitido pronunciamiento alguno respecto a la protesta realizada por los familiares de Alexis Rosales Valderrama, quien fue hallado muerto en el calabozo de la Comisaría de Alto Perú, presuntamente por haberse suicidado colgándose con los pasadores de su polera. Los familiares estaban furibundos luego de ver las fotografías que le tomaron al cuerpo del joven en la morgue del hospital La caleta, en donde se observa huellas de torturas en el cuerpo, según dijeron mientras mostraban estas fotografías ampliadas en enormes carteles y pancartas. Los familiares demandan que se haga justicia, que se investigue en la medida que no es dable que una persona ingresa detenida por un hecho injusto y termine muerto un solo día después. En realidad, no les falta razón a los familiares en la medida que hay cosas que se deben deslindar, como el hecho que la Policía se encarga de retirarle todas las sogas y cordones a las prendas de un detenido, los pasadores de zapatillas, correas y todo lo que pueda ser usado en su perjuicio. Entonces la pregunta que se cae de madura es ¿Por qué no le sacaron los cordones de la polera? Y también nos preguntamos ¿puede alguien suicidarse con los cordones de una polera si apenas son suficientes para rodearle el cuello?. Esperemos que las autoridades puedan proporcionar pronto una respuesta a los deudos, por lo menos, tienen derecho a saber cuál es el resultado de la investigación.