Los medios de comunicación fuimos testigos de las penurias que han padecido los docentes y estudiantes del centro educativo 88212, del centro poblado Tangay Medio, quienes se quedaron sin infraestructura hace una década atrás.
Estos escolares, muchos ya fuera del plantel, vieron como unos políticos trasnochados llegaron a su lejano colegio para ofrecerles una nueva infraestructura, un proyecto que deje de lado el polvo y las carencias que padecieron hace muchos años, empero, para que ello pueda hacerse realidad había que echar abajo el modesto plantel en el que estudiaban.
Como muchos, no lo pensaron dos veces y teniendo en cuenta la lejanía de su institución educativa, debían condicionar aulas levantadas de esteras y palos en la medida que no podía ser “prestaditos” como ocurrió en otros planteles cuyos estudiantes fueron reubicados en otras instituciones educativas grandes y con espacios para albergarlos.
En este caso, los propios padres de familia pusieron su esfuerzo y dinero para acondionar unas precarias aulas en una parte del extenso terreno del centro educativo, al fin y al cabo se trataba solo de una instalación provisional para el año y medio de plazo que tenía la empresa para ejecutar el proyecto.
Sin embargo, este plantel como muchas otras obras, cayeron en el saco de la desgracia de la red de corrupción de Ancash, en la pirámide de proyectos o carrousel de obras que se gestó en la parte final del gobierno de César Álvarez Aguilar, aquel mecanismo corrupto mediante el cual se trasladaban presupuestos de obras ya comenzadas para financiar el lanzamiento de licitaciones o procesos de selección de otras obras no presupuestadas, de tal suerte que al acabarse el presupuesto de la primera obra quedaba tanto o mas paralizada que la segunda que ya se había iniciado con apenas un pequeño porcentaje de avance.
Los promotores de este carrousel se quedaron con los bolsillos llenos de diezmos y los beneficiaros de las obras virtualmente defraudados porque no pudieron tener la obra en los plazos fijados y menos en los siguientes cinco o siete años, pues tras la caída del régimen de corrupción le siguieron otros gobernantes tan deficientes que ni siquiera pudieron retomar las obras abandonadas.
Solo después de siete u ocho años, los beneficiarios de estas obras han comenzado a ver realidad los trabajos y uno de estos proyectos que permanecieron por años abandonados fue el centro educativo de Tangay Medio cuyo estudiantes podrán, por fin, utilizar su moderna infraestructura a partir del próximo mes de marzo que se retoma la actividad educativa en todo el país.
Atrás quedaron los días de angustias de sus estudiantes por tener que soportar olas de fríos en algunos casos o altas temperaturas en otros casos, sin que se cuente con una adecuada infraestructura, por el contrario, se veían impotentes de estudiar en precarias condiciones cuando al costado existían aulas semi construidas que ambicionaban ocupar a despecho de los malos manejos que condenaron al abandono esas construcciones inconclusas.
Muchos deben recordar que el director de este plantel advirtió que estaban a punto de tomar la obra en el estado en el que se hallaba, semiterminada, sin puertas ni ventanas pero con los suficientes espacios como para llevar adelante sus tareas escolares, empero, no era la mejor alternativa frente a una obligación regional que estaba pendiente.
Hace unos dos años el ex gobernador Luis Gamarra Alor intentó retomar este proyecto, empero, los funcionarios que colocó en la gerencia de la Sub Región Pacífico no fueron los más idóneos como para concretar un acuerdo con la empresa que abandonó la obra a efectos que ella misma retome el proyecto y lo termine, los esfuerzos fueron en vano porque no se tomaron las medidas que eran las más convenientes.
Por ello el año pasado, el gobernador Juan Carlos Morillo se decidió a terminar todos los proyectos dejados por la gestión de Álvarez y que estaban en fase terminal, en el entendido que no existe razón para que una obra casi por culminar permanezca en ese estado por algunas diferencias en los documentos que la sustentan.
Y encargó esta labor al gerente de la Sub Región Pacífico, Ingeniero David de la Cruz Pizán que a mediados del año pasado llegó a un acuerdo para terminar este proyecto con un desembolso de 329 mil soles que representaban los acabados y equipamientos inconclusos como la instalación de energía eléctrica.
Justamente, el pasado fin de semana el gerente de la sub región pacifico, con los técnicos de una comisión de recepción de la obra, visitaron este plantel con la finalidad de observar los últimos detalles, pues los trabajos han concluido y los periodistas que llegaron hasta el lugar comprobaron que se trata de una obra envidiable.
El nuevo plantel cuenta con tres pabellones, ocho aulas, laboratorios de cómputo, de ciencias, biblioteca, servicios higiénicos, sede administrativa, una losa deportiva y un patio que en marzo próximo ya podrán ser usados por los 230 estudiantes de primaria y secundaria que alberga el centro educativo.
Dicen que una imagen vale más que mil palabras y las fotografías y filmaciones propaladas a través de los medios de comunicación ha permitido mostrar a la colectividad chimbotana que se suma una infraestructura debida y modernamente equipada, los laboratorios cuentan con módulos informáticos que servirán de mucho a los estudiantes, se ha coronado un gran esfuerzo que premia la paciencia de los docentes y estudiantes.
El director del plantel, Alejandro Espinoza Correa, quien estos últimos años no dejó de visitar las sedes regionales demandando que se culmine la obra, no pudo ocultar su emoción al visitar las nuevas instalaciones y confirmar que ya todo está listo para que este año los alumnos cuenten con la infraestructura que soñaron.
Aquí se puede decir con certeza que, como dicen muchas canciones, valió la pena esperar, que la incertidumbre y la angustia de muchos años de estudiar en el polvo y la carencia, se verá hoy premiada con una modernísima infraestructura que está al nivel de los grandes colegios de la provincia. Bien por la comunidad educativa de Tangay.