El Comité Provincial de Seguridad Ciudadana, entidad que reúne a todas las autoridades e instituciones de la localidad para delinear las políticas de protección a nivel de toda la provincia, decidió respaldar la decisión del Alcalde Provincial Roberto Briceño, mediante la cual ha dispuesto el traslado del Mercado Progreso a un terreno ubicado en el P.J. La Victoria,
La medida del burgomaestre guarda relación con la necesidad de habilitar las condiciones para que el Ministerio de Salud, por intermedio del Programa Nacional de Infraestructura en Salud (PRONIS) proceda a licitar la construcción del Hospital El Progreso, el mismo que se levantará en lo que hoy es la Posta de Salud del mismo centro poblado.
Para que el PRONIS lleve a delante este procedimiento debe tener la seguridad que el mercado Progreso, que se ubica a un costado de la Posta de Salud, sea reubicado a otro lugar, pues genera contaminación y por ello su ubicación no es compatible con el funcionamiento de un hospital.
Esto no lo dicen los funcionarios o burócratas, esto lo establece la ley, de allí que si se va a invertir casi 50 millones de soles, se tiene que hacer dentro de lo que establecen las normas legales, consecuentemente no existe otra posibilidad que la reubicación de este centro de abastos.
Para ello el alcalde ha decidido habilitar un terreno de propiedad municipal en el P.J. La Victoria y ha coordinado con la Caja Municipal del Santa para que pueda destinar una línea de crédito a efectos que los comerciantes puedan construir su futuro centro de abastos en un lugar en donde no colisionen con la ley.
Esta misma decisión ha merecido el respaldo unánime de los regidores de la Municipalidad Provincial de Santa, quienes el pasado fin de semana aprobaron un acuerdo similar al de COPROSEC de respaldar las acciones emprendidas por el alcalde y luego de escuchar su ponencia respecto a este tema.
De la misma manera, el grueso de la población ha expresado de diferentes maneras su conformidad con la reubicación del centro de abastos en la medida que es consciente que ello forma parte del progreso y el avance de la ciudad, de la necesidad de contar con proyectos importantes que refuercen la atención en salud a la población.
Lamentablemente, los únicos que han rechazado esto de manera categórica son los comerciantes, aun cuando no sabemos si son todos, por lo menos se ha escuchado la posición radical del dirigente Juan Hernández Quiliche, quien ha adelantado que resistirán cualquier medida de reubicación y, como lo ha hecho toda la vida, procederá al plantear nuevas demandas e impulsar las que ya ha presentado ante la administración de justicia para mantenerse en el lugar en el que se encuentran.
La verdad es que no sabemos hasta cuando el pueblo tolerará las actitudes necias y atrevidas de un dirigente que está acostumbrado a eso, a oponerse a todo cuanto le desfavorece a pesar de los acuerdos y las tratativas que ya se realizaron respecto a este tema y que ha sido él quien las abortó con acciones desleales, como aquella que en alguna oportunidad promovió al recurrir a la Contraloría General de la república presentando el caso de los comerciantes como un abuso y una arbitrariedad cuando realmente ya existían acuerdos con los dirigentes del mercado.
Muchos deben recordar que esto ocurrió hace un año atrás cuando el alcalde Roberto Briceño recibió el problema que dejó la administración anterior y llegó a un acuerdo con los comerciantes y el propio PRONIS a efectos que solo los comerciantes de productos húmedos, llámese pescado, carnes, pollos, verduras, etc.) se trasladen a otro centro de abastos o cambien de giro, con lo cual se iba a lanzar el proceso de selección para el inicio de los trabajos del local de contingencia en el local Comunal del Progreso, Hernández Quiliche recurrió a la Contraloría contando medias verdades y de esa manera el organismo de control pidió al Ministerio de salud se detenga el proceso de selección a efectos de revisar lo que estaba sucediendo.
Cuando la Contraloría tomó conocimiento que se trata de un asunto en el que había acuerdo con comerciantes se apartó y dejó que siguiera el acto de selección, pero ya para esto el dirigente había ganado unos tres meses que demoró para volver a emprender la evaluación de propuestas.
Justamente, este es un punto que muchos hemos valorado ahora que el alcalde ha tomado la determinación de reubicar el mercado Progreso, nos referimos a la permanente preocupación y colaboración de los alcaldes (incluido el ex alcalde Julio Cortez Rojas) por hallar una solución diferente y menos perjudicial para los comerciantes, llegaron a pedir al Ministerio de Salud el cambio de giro y todas las alternativas que en su momento posibilitaron que se haga el local de contingencia.
Lamentablemente, ahora el panorama no es el mismo, existen otros gobernantes en el país, otros ministros que no son indulgentes como los anteriores y han marcado la pauta de la reubicación total de comerciantes como lo manda la ley.
De allí que no existe otro derrotero, los comerciantes perdieron la oportunidad de mantenerse en el lugar con puestos de productos secos, empero, se dejaron llevar por la intolerancia e intransigencia de dirigentes que suelen gana “a rio revuelto”, empero, ahora tendrán que avenirse a la reubicación porque ella se llevará a adelante por la vía pacífica o por la fuerza.
No se puede dejar de soslayar que este no es un tema de urbanismo, ornato, limpieza o de un capricho de la autoridad, se trata de un interés supremo que ha sido acariciado por muchos años por miles de ciudadanos que residen en los pueblos aledaños a El Progreso, es decir, el de contar con un hospital en el que puedan recibir la atención que no reciben en otros nosocomios del sector salud, no solo por la lejanía sino porque su capacidad ya no da para los miles que a diario reclaman una atención.
El alcalde Roberto Briceño se ha excedido en los plazos otorgados a los comerciantes, ha sido demasiado complaciente con ellos, empero, el Ministerio de Salud ya reclama una decisión en la medida que se ha terminado el local de contingencia y existe la necesidad de pasar a la licitación y construcción del nuevo hospital. Por un grupo de comerciantes no se puede detener el desarrollo y progreso de la ciudad.