Editorial

EDITORIAL: ::: MODALIDAD IMPUNE :::

Delincuentes conocidos como “marcas”, aquellos que se dice que están al acecho de los clientes que hacen importantes retiros en las ventanillas de los Bancos, asaltaron y balearon a un abogado el pasado fin de semana luego de haberlo interceptado para despojarlo de 50 mil nuevos soles.

Los hechos se registraron en Los Olivos, en la jurisdicción de Nuevo Chimbote, cuando el abogado Zozimo Oropeza Villanueva, un ex magistrado de la Corte Superior de Ancash, se había retirado de la oficina sucursal del Banco de Crédito en nuevo Chimbote y subió a su vehículo para dirigirse a su domicilio ubicado en el mismo distrito sureño.

Se dice que la potencial víctima había ganado un juicio y recibió en sus cuentas una importante suma de dinero, razón por la cual hizo un retiro de 50 mil para llevarlo a su domicilio, empero, cuando estacionaba su auto en el frontis del mismo, aparecieron cuatro delincuentes armados, que se movilizaban en dos motocicletas, quienes lo interceptaron y le exigieron entregué el dinero.

Los maleantes sabían que el letrado había realizado el retiro de los 50 mil soles, empero, tratándose de un peculio que representaba mucho para su familia, el agraviado se resistió a desprenderse del dinero, razón por la cual, sin miramiento alguno, los delincuentes le dispararon dos veces, y de esta manera se llevaron el dinero.

El abogado quedó sangrando y fue auxiliado por sus familiares que entre los estruendos de los disparos y los gritos salieron a la calle encontrándose con semejante escenario, la víctima presentaba dos impactos de bala, uno en el brazo y el otro en la pierna izquierda, por lo cual fue llevado hasta el hospital Regional.

Este es un cuadro bastante conocido por los chimbotanos, ya ni siquiera sirve como el guion de una novedosa película porque tiene ese mismo y conocido sesgo del seguimiento delincuencial y la interceptación con armas de fuego que son usadas sin escrúpulos por los asaltantes.

Sin embargo, a pesar de ello las autoridades se muestran impotentes como para desmembrar estas bandas delictivas, hasta el momento ni siquiera se sabe cómo hacen los delincuentes para que sigan a sus victimas porque trasladan ingentes cantidades de dinero.

Se sospecha que en los Bancos se encuentran cómplices que están observando el movimiento de los clientes y detectan quienes hacen retiros de sumas importantes y “los marcan” para avisar a los otros miembros de la banda que se encuentran en las inmediaciones listos para operar.

Por lo menos esta es la explicación que se ha entregado siempre y nos anima a pensar si en Chimbote y en otros lugares son tan complacientes con los delincuentes que no se puede capturar a estos “marcas” dentro de los bancos, observando su desplazamiento, su presencia prolongada en los pasillos, sus movimientos sospechosos como clientes que no realizan ninguna gestión, etc.

Existen cámaras de videos que pueden detectar estos movimientos, por ejemplo cuando el abogado Villanueva Oropeza ingresó y realizó su retiro de dinero, asumimos que existen imágenes del interior del Banco que pueden registrar quienes estaban en ese momento y alguno que esta chismeando todas las ventanillas.

¿Por qué nunca se ha hecho un seguimiento de esta manera? ¿Qué espera la Policía para identificar a estas bandas que están haciendo lo que se les viene en gana en las calles de Chimbote?

Cada vez que acceden nuevos oficiales a la División Policial ofrecen un mejor trabajo profesional pero lamentablemente advertimos que no existen estrategias para detener esta modalidad delictiva que se repite una y otra vez.

Bastaría ver los archivos periodísticos para tener una escandalosa estadística de esta actividad delictiva, sin que se haya capturado o identificado a los delincuentes, por lo menos el porcentaje de estas intervenciones es mínimo.

Se sabe que estos delincuentes actúan en motocicletas, empero, hasta el momento la Policía no ha solicitado formalmente a los Municipios la expedición de una ordenanza que prohíba el desplazamiento de motociclistas que lleven a otra persona como lo han hecho en otras jurisdicciones para detener, justamente, esta clase de acciones delictivas.

Hace algunos años se cometió en Chimbote un alevoso crimen en una losa deportiva, a plena luz del día y en medio de decenas de personas por parte de sicarios que irrumpieron violentamente para asesinar a Richard Bracamonte (a) “Cachete”.

Las cámaras de vigilancia de dos y hasta tres inmuebles registraron el hecho, los medios de comunicación publicaron las imágenes de este cinematográfico asesinato, sin embargo, jamás se detuvo a ninguno de los criminales, a pesar de las imágenes que mostraban sus rostros nunca capturaron a nadie.

Lo mismo viene ocurriendo con estos delincuentes marcas” que asaltan sin miramientos a sabiendas que existen cámaras de vigilancia registrándolos a ellos y sus unidades móviles, sin embargo, tampoco se constituye esta evidencia en una pista efectiva para que la Policía pueda dar con los delincuentes.

No solo nos referimos solo a este caso sino a muchos otros que han ocurrido y que han permitido tener las imágenes de los atentados patrimoniales, lo que en realidad desalienta y deja muchas dudas en la población que se siente desguarnecida ante avezados sujetos que actúan con absoluta impunidad.

Hay que tener en cuenta que no se trata únicamente de delincuentes patrimoniales, se trata de fríos asesinos que disiparan sin escrúpulos a sabiendas que pueden quitarle la vida al agraviado, lo que exige una acción mas firme e inmediata de las autoridades.

El agraviado Mario Villanueva Oropeza no solo ha perdido 50 mil soles que representa parte de su esfuerzo y sacrificio laboral, también estuvo a punto de perder la vida debido a que sigue vigente en nuestra ciudad una modalidad impune, los asaltos de “marcas” que se pasean en las narices de todos amenazando y disparando contra los agraviados. Esperemos que haya reacción de quienes están llamados a perseguirlos y capturarlos, pues los hechos se repiten una y otra vez, no esperemos una tragedia para activar estrategias, como suele ocurrir.