Política

ACTUALIDAD Y POLÍTICA…ACTUALIDAD Y POLITICA

LLAMADO

“La urgencia de hoy es salvar tu vida y la vida de los demás”. Con este mensaje, la Conferencia Episcopal Peruana, el cónclave de los obispos de todo el país, ha sellado un pronunciamiento público en el cual se dirige a toda la ciudadanía frente a los aciagos momentos que se viven. El cónclave de Obispos hizo un llamado a la ciudadanía a responder con responsabilidad ante la pandemia del nuevo coronavirus y cumplir como una obligación de conciencia con las disposiciones de las autoridades y de los profesionales de la salud. Ello porque los obispos advierten como muchos que la crisis que agobia a nuestra país se ha agudizado por la falta de compromiso de la población. Por la irresponsabilidad de miles que, desde el primer día de esta emergencia nacional, asumieron la presencia de virus como una cosa inofensiva, como una fuerte gripe que sería pasajera, a pesar que el gobierno y los  médicos alertaron que cuando este virus alcanza a personas vulnerables, no solo a adultos mayores sino a cuadros clínicos, era capaz de convertirse en una amenaza de muerte. Los resultados los vemos ahora que las cifras nos espantan, cuando vemos que ya no son decenas o cientos los infectados cada día, sino que esa cifra se incrementa en miles cada 24 horas. Lo mismo ocurre con los fallecidos, comenzamos registrando menos de diez muertes por día y ahora se cuentan en cientos y la alarma es evidente porque nuestro sistema de salud no tiene la capacidad para recibir a un numeroso grupo de pacientes al mismo tiempo. El mensaje de los Obispos nos llenó de emoción, es la palabra sosegada y ponderada de la autoridad eclesiástica que nos hace llamar a la reflexión y nos pide a todos que estemos a la altura de las circunstancias. No cabe otra.

QUINTOS

A propósito de esto, las estadísticas que nos entregó ayer el Ministerio de Salud advertían que la Libertad, que era considerada una región de riesgo para el gobierno debido al incremento de contagiados y muertos en las primeras semanas, ya había dejado un escalón de esa nefasta estadística y ella había sido ocupada ni más ni menos que por nuestra Región Ancash. La información de la sala situacional ha advertido que en Ancash ya existen más de mil pacientes COVID, personas positivas entre asintomáticos y hospitalizados, superando a La Libertad que ha quedado con poco más de 900. Obviamente que esta cifra dice mucho de la enorme irresponsabilidad de la gente en nuestra Región y especialmente de los chimbotanos, esto no podemos negarlo, las cifras lo corroboran. Chimbote es una ciudad infestada de COVID y demuestra la enorme diferencia que existe con otras ciudades en donde sus autoridades fueron capaces de controlar a la gente. Si Trujillo y La Libertad comenzaron quebrando aislamiento obligatorio, como lo mostraron las imágenes de la televisión, hoy han dejado de serlo porque en Chimbote no existió ese mismo trabajo. Estamos en la peor fase de la enfermedad y todo indica que la cifra de contagiados y muertos no cesará, por ello es que el Gobierno ha comenzado a evaluar la posibilidad de mantenernos en cuarentena y ello solo lo deberemos a los irresponsables que han paseado por las calles de Chimbote.

PÉSAME

Hace solo unos días tomamos conocimiento del triste deceso de Don Clemente Garibay, uno de los pioneros en la distribución y comercialización de periódicos, revistas y loterías, como se les conoció inicialmente a los primeros quioscos que aparecieron en Chimbote. El negocio de don Clemente se ubicó siempre en la céntrica esquina de Elías Aguirre y Leoncio Prado, allí se concentraban los antiguos chimbotanos para conocer las novedades y para comprar el periódico del día recién calentito y salido de las impresoras. Don Clemente es padre de nuestro amigo Wenceslao Garibay Anyosa, conocido distribuidor de libros de literatura jurídica, ex Jefe del IPD en Chimbote y actualmente Administrador del Estadio “Manuel Rivera Sanchez”. Desde estas líneas queremos expresarle nuestra más sentidas condolencias por esta lamentable pérdida que se suma a las lamentables circunstancias en que ocurre, en medio de una emergencia y aislamiento que no nos ha permitido acompañarlo en las exequias, sin embargo, siempre estuvimos junto a él en espíritu. Lo acompañamos en su momento de dolor.