Opinión

COVID-19 Y EL VIRUS DE LA CORRUPCIÓN EN ANCASH

Por: Miguel Vásquez Cárdenas(*)

Representante de Acción Ancash

La pandemia está afectando a 17 provincias de la región exponiendo al contagio al 97.4% de nuestros paisanos. Sin embargo, su alta focalización en las provincias de Santa, Huaraz y Casma, constituye una ventaja que no ha sido aprovechada por el Gobierno Regional y al no haberse implementado estrategias eficaces, ha cobrado la vida de 255 ancashinos (al 27/05), generando un clima de miedo e incertidumbre, en un entorno de paralización en la mayoría de los sectores económicos.

¿El sistema de salud regional estaba preparado para responder apropiadamente al Coronavirus? ¿Se podría predecir el ataque virológico con antelación? Evidentemente que no, pero, nuestro sistema de salud sí debería haber estado en capacidad para responder adecuadamente cualquier emergencia y NO lo estaba.

Los distintos establecimientos de salud regional estuvieron y están en muy mal estado: en equipamiento, personal de salud, medicinas, en todo. Las redes de salud no debieran tener ese nombre, pues su nivel de articulación es nulo.

El adecuado funcionamiento del sistema de salud regional es competencia y responsabilidad del Gobierno Regional desde hace varios años. Sin embargo, esta “alta responsabilidad” ha servido para medrar los recursos públicos en provecho de nuestras autoridades regionales. Pruebas, evidencias de actos de corrupción existen y por ello han sido sentenciados, pero si ahora se tenía cierta esperanza de una gestión pública competente y alejada de la corrupción, el Coronavirus ha dejado claro el panorama.

César Álvarez, nuestro tristemente célebre exgobernador, a pesar de contar con recursos no hizo nada para ampliar y mejorar la capacidad de nuestro sistema de salud, tampoco lo hicieron Waldo Ríos ni Luis Gamarra.

El gobierno de Juan Carlos Morillo se suma a esta lista.  No ha hecho nada por mejorar los hospitales y ahora que debió hacerlo sus actos se encuentran salpicados de otro virus más letal que la propia COVID-19: el virus de la corrupción.

El coronavirus ha sorprendido a todos, qué duda cabe. A los ancashinos nos tomó sin que el gobierno regional haya hecho nada por los hospitales. Se pensaba que el Hospital Eleazar Guzmán Barrón estaba preparado para atender a un número importante de contagiados, sin embargo, la falta de planeamiento y el miserable mal uso de los recursos públicos, ha hecho colapsar nuestro Hospital referencial Covid-19, pues solo tiene 4 Camas UCI.

Se estaría llegando al nivel de decidir a qué paciente se atiende en UCI y se estaría dejando morir a nuestros adultos mayores. Miles de años de sabiduría, de experiencia de vida y de trabajo por forjarnos un mejor nivel de vida, están siendo dejados a su suerte. El 73.3% de los fallecidos son adultos mayores.

El Coronavirus tiene para largo y desde nuestro colectivo ACCIÓN ANCASH creemos que tenemos que acumular fuerzas para generar un punto de inflexión que rompa con el actual esquema de respuesta que solo nos llevará a la pérdida de más vidas. Tenemos propuestas.

Se debe empezar diseñando e implementando nuevas estrategias de contención, amortiguamiento y de control en cuyo diseño deben participar la sociedad civil de cada provincia, especialmente de las ya mencionadas. Todos juntos debemos exigir Camas UCI; un stock adecuado de medicinas; equipamiento; más personal de salud; más pruebas, de preferencia moleculares e incrementar capacidad de resultados rápidos; y, la provincia de Santa, la instalación de más centros de aislamiento temporal.

El GRA a través de la DIRESA no tiene la capacidad de realizarlo y su director debe ser removido.

La crisis exige la participación de todos los ancashinos, dejando de lado la acostumbrada apatía y la simple crítica sin propuestas. Desde el Colectivo Acción Ancash hacemos un llamado a toda la ciudadanía para que ejerza de manera real dicha condición y participe no solo con denuncias, sino también con recomendaciones a nuestras descarriadas autoridades, y por último en caso de ser desoídos, ejercer nuestro derecho de participación, a través de los mecanismos de control ciudadano.

(*) Licenciado en Cooperativismo, Maestria en Ciencias de la Cooperación por la UNFV. Especialista en Políticas Públicas.

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