Opinión

DEMASIADOS BOLONIOS

Quién le iba a decir a él que aquella tarde noche se iba a ver involucrado en una trifulca descomunal y además tener que soportar atropellos continuados que no parecían tener fin. Sobre las cuatro de la tarde había encaminado sus pasos en dirección al domicilio de su gerente de informática Sra Montoro García con la que tenía que despachar variados asuntos concernientes a aspectos laborales del Consistorio en el que él era simplemente el Alcalde. Y menos, muchísimo menos, se le hubiera ocurrido pensar que la noche la pasaría en Comisaría, detenido, y cumplimentando un atestado policial, según el cual “Presuntamente había incumplido las normas del Decreto Supremo Nº094-2020” que hacen referencia a unas medidas de inmovilización y carácter sanitario. Y tampoco pudo imaginar ni remotamente el revuelo que la diligente, contundente y expeditiva actuación policial iba a originar. Con lo de diligente, no confundir con inteligente, me refiero únicamente a la rapidez y presteza con la que se presentaron los agentes anticorrupción en el domicilio de la gerente, según dicen, cumplimentando una denuncia telefónica que decía que en el lugar se estaba celebrando una fiesta con chancalatas, música y baile incluidos, que por su alto volumen sonoro molestaban al vecindario. O sea, que allí se estaba celebrando una fiestorra por todo lo alto. Parece ser que las fuerzas policiales llamaron en la puerta y oyeron como en el interior se corrían los cerrojos, cosa que no debería considerarse tan extraña, dada la falta de seguridad existente en la zona y que los agentes consideraron como una afrenta. Ante la falta de respuesta de los habitantes del inmueble, las fuerzas anticorrupción, sí, leen bien, anticorrupción, violentaron, forzaron y rompieron la puerta de entrada al inmueble, amparados constitucionalmente, dicen, por el estado de excepción del momento, pues eran las siete de la tarde, y la inmovilización se había decretado para las seis de la tarde. También debían conocer la presencia del Sr. Alcalde en el lugar, motivo y causa y desencadenante de su actuar, pues era a él al que buscaban . Entraron, y según narra el testigo Sr. Denis Montoro, hermano de la gerenta motivo de la visita, lo hicieron “de manera violenta y matonesca sin que existiera un solo indicio de delito en el interior”. También señaló que fueron agredidos sus ancianos padres así como su hermana que presenta una grave lesión en el brazo que ha obligado a que le coloquen yeso y un cabestrillo. Buscaron, rebuscaron por toda la vivienda sin localizar, ni el chancalatas, ni la música, ni el baile, ni los bailarines, ni los licores, ni nada que pudiera inducir a pensar que allí se estaba corrompiendo nada ni a nadie o infringiendo la Ley. Sí, encontraron en la cocina dos (2) botellas vacías de cerveza y un vaso también vacío, que fueron decomisadas como cuerpo del delito cometido. También los sagaces agentes localizaron al Sr Briceño, que se hallaba en la segunda planta y que como cualquier mortal estaba haciendo uso privado del sanitario, lo que parece haber originado extrañeza en los que lo detuvieron. Se identificó, explicó el motivo de su presencia profesional en el domicilio, así como el no haber bebido acohol en toda la tarde. Pero………tenían que llevárselo detenido por estar fuera de su domicilio a esa hora y por no llevar mascarilla. Una vez en comisaría, tras declarar en el atestado, el Alcalde se sometíó a la prueba de alcoholemia que dio resultado negativo con 0,00 g/l .

Ahora, me van a permitir que retroceda unos cuantos años y nos situemos en el siglo XIV para poder mejor explicarles el porqué del título de este artículo. Por aquel tiempo hubo un Cardenal llamado Egidio Álvarez Albornoz que en vida amasó una gran fortuna y a su muerte la dejó como herencia para la construcción de un colegio de formación universitaria y al que se denominó Real Colegio de España (1.369), en la ciudad de Bolonia en el norte de Italia, con el objeto de que allí se formaran los mejores intelectuales para regir los destinos de España, y al que como suele ocurrir, sólo acudían los hijos de ricos hombres. Pero, como también suele ocurrir, no todos dedicaban su tiempo al estudio sino que algunos holgazaneaban más de la cuenta y volvían a España pavoneándose y presumiendo de unos conocimientos académicos que no tenían. A estos elementos se les denominó “Bolonios” en clara alusión a su origen, pero sobre todo a su actitud presuntuosa y necia. Así, si consultamos el Diccionario de la RAE, veremos que la segunda acepción es la de “persona necia e ignorante”. Dicho todo esto, el lector podrá ir empezando a deducir a qué se refiere el titular de este escrito y si son o no demasiados “bolonios” los que aparecen en este relato que hasta aquí está a medio explicar. Y lo digo, porque hay que empezar diciendo que el Sr, Alcalde, al que ni conozco ni me conoce, al que no debo ni me debe nada, y con el que no mantengo relación alguna, es la primera autoridad Municipal y por lo tanto al servicio permanente de la comunidad, por lo que no pueden regir para él horarios ni cortapisa alguna cuando se halle en funciones y el pasado martes manifestó públicamente que se hallaba en tal desempeño y si alguien lo contradice, ya sabe el lector que se trata de un BOLONIO.

Decir, como se ha publicado en titulares, que estaba “Libando licor”, es propio de BOLONIOS, pues el término “Libar”, sólo debe aplicarse actualmente a lo que hacen las abejas sobre el néctar de las flores, mientras que los seres humanos “toman” o “beben”. Además de que la cerveza no es ningún licor, pues las bebidas alcohólicas son: cerveza, sidra, vino y licor, todos ellos diferenciados. Siendo este último, producto de destilación y con un altísimo porcentaje, hasta el 50%, de alcohol, mientras la cerveza es producto de la fermentación y no suele pasar del 12% por lo que es recomendada gastronómicamente. BOLONIO el que lo contradiga. Acusar penalmente a alguien de tomarse una, dos cervezas, o las que le dé la gana, en la intimidad del hogar, en tiempo de cuarentena, sesentena, o toque de queda, es propio de ser un gran BOLONIO, por la sencilla razón de que no existe tal prohibición, ya que no estamos en período de Ley Seca. Decir que se le ha pillado en flagrancia sin mascarilla, con botellas vacías de cerveza y por lo tanto hay que vacarlo es también propio de otro gran BOLONIO y finalmente hay que decir que son GRANDES BOLONIOS todos aquellos que han adelantado juicios peyorativos y negativos, de forma pública, sin conocimiento de causa suficiente, originando y proyectando una alarma social brutal en detrimento de la imagen de la máxima autoridad de su municipio.

Siempre he tenido y continuaré teniendo, un alto reconocimiento a la labor de los miembros de la PNP, por su innegable sacrificio por el bien de la sociedad, pero en este caso tiene que ser la propia Institución la que subsane rápidamente el entuerto originado, para lo que será necesario tanto una amplia explicación como la depuración de todos cuantos buscándole los tres pies al gato, metieron la pata hasta el fondo. Por otra parte, si la fiscalía no actúa con prontitud, llamando al orden y poniendo las cosas en su sitio, estará haciendo dejación de sus funciones que claramente consisten, en este caso, en ejercer la defensa, no de una simple persona, sino de lo que ella encarna y representa en nuestra sociedad, nada menos que la provincia del Santa, que no es poco.

Moraleja: De lo visto se deduce que hay muchos, demasiados BOLONIOS.

Así sea. El VIGÍA