Opinión

LA PROVINCIA DEL SANTA EN SU HORA CERO

MIGUEL VÁSQUEZ CARDENAS

Al día de 82 de cuarentena, nuestra región presenta un escenario desolador. La COVID-19 ha desnudado la incapacidad e ineptitud de la actual gestión del gobierno regional que ha llevado al colapso del sistema de salud pública de la provincia de Santa, dado que casi 9 de cada 10 fallecidos en toda la región, procedan de esta importante provincia. La situación es terriblemente dolorosa, pues los muertos son enterrados sin ser despedidos por sus familiares, sin flores y sin palabras que recuerden su legado.

El gobierno regional pretende combatir la COVID-19 a tientas y sin estrategias sanitarias. En efecto, el total de test aplicados al 5 de junio apenas llegan a sumar 12,531 con el agravante que más del 40% no tienen resultados. En otras palabras, de cada 10 test tomados solo se procesan 6 de ellos.

Esta realidad, impide conocer la capacidad de reproducción del virus. En los primeros 5 días de junio, el número de contagiados se ha incrementado en 49%. A esta velocidad de contagio, si asumimos en un ejercicio didáctico, que el número neto de contagiados al 31 de mayo representa el total de contagiados en toda la región, estaríamos en un escenario en la que, durante el presente mes, cada contagiado tendría la capacidad para contagiar a 6 personas. Sin embargo, este dato es relativo, pues no se conoce con precisión el número total de contagiados por el reducido número de test aplicados.

Asimismo, sin test aplicados en número suficiente, tampoco se puede identificar y extraer a los reproductores asintomáticos que transitan sin ninguna restricción expandiendo el virus; y, es imposible implementar un tratamiento adecuado y oportuno a los pacientes contagiados que evite que lleguen a morir a los establecimientos de salud pública.

Es innegable que nos encontramos en el peor momento de la crisis sanitaria, sin conocer ni proyectar las fases de la pandemia ni su final, pero aún es posible su contención dado que el Coronavirus se encuentra focalizado en las provincias de Santa, Huaraz y Casma.

En el colmo de los males además de lo referido, existen indicios y evidencias de actos de corrupción de parte del Gobierno Regional, que tendría un elevado nivel de contagio en los gobiernos locales. Al respecto, saludamos la decisión de la Comisión de Fiscalización del Congreso de la República de citar al Gobernador para que informe sobre los procesos de selección implementados en relación con el mejoramiento y equipamiento de los hospitales “Eleazar Guzmán Barrón” de Nuevo Chimbote y “Víctor Ramos Guardia de Huaraz”, entre otros, que han sido cuestionados por diversas organizaciones de la sociedad civil ancashina y que un Reportaje de una televisora abierta mostró las carencias y falta de equipamiento en el Hospital Regional, advirtiendo una presunta ineptitud o corrupción por parte de la gestión actual del Gobierno Regional de Ancash.

Todo indicaría que además de la inoperancia de nuestras autoridades, el ejercicio de sus mandatos se encuentra altamente influenciados por intereses privados que les impide tomar decisiones acertadas pensando en el bien común. Estos miserables habrían priorizado sus intereses políticos y de aprovechamiento económico en menoscabo de la salud pública y de la vida que han enlutado a varias familias ancashinas.

Por otro lado, al inicio de la segunda fase de reactivación económica a diferencia de otras regiones en la que su impacto se viene sintiendo, en nuestra región este impacto es casi nulo, pues las empresas que han reaperturado sus actividades no son generadores de empleo formal masivo y no tendrá efecto alguno en el consumo interno. Solo para tener una idea, la minería genera el 1% del empleo formal en nuestra región.

Nuestra economía regional se sostiene sobre la base de la informalidad laboral en la que 8 trabajadores de cada 10 son informales (IPE, 2018) y no existe programa gubernamental alguno para reactivar a los informales, solo bonos que no llegan a todos y que no genera ningún impulso económico ni puesto de trabajo.

En este contexto, el Gobierno Regional ha lanzado el Plan Regional “Reactiva Ancash” nombrando Director Ejecutivo a Nelson Chui Mejía, cuestionado personaje con procesos judiciales en curso e investigaciones fiscales por delitos de corrupción. El señor Chui ejerció en dos oportunidades el cargo de Presidente Regional de Lima Provincias y fue  Director Ejecutivo de la Reconstrucción con Cambios siendo cambiado por asuntos aun no explicados.

Cabe señalar que el Plan Regional “Reactiva Ancash” según el señor Morillo tendrá un fondo de 255 millones de soles que será aplicado para la reactivación económica, desarrollo de infraestructura y protección social, pretendiendo recuperar y mantener 618 mil Mypes. La pomposidad del lanzamiento del Plan denota su espíritu populista y mediático y para demostrarlo dividamos los 255 millones de soles entre las 618 mil Mypes y el resultado indica que a cada una de ellas se le asignaría la “extraordinaria” la suma de S/. 412.6 para asegurar, mantener su funcionamiento y fortalecer sus capacidades. Con seguridad, de lo que se trata con la ejecución del mencionado plan es iniciar la ejecución de obras o mejoras de algunas de las existentes.

En SOMOS ANCASH consideramos que un Plan Regional de Reactivación Económica debe tener como propósito la creación de Cadenas Productivas articuladas con el mercado. Este plan debe empezar impulsando un proceso masivo de formalización a través de una estrategia de “formalización incentivada” que consiste en el otorgamiento de un crédito semilla a las microempresas que se formalicen; y, la utilización de saldos no utilizados del Plan de Reconstrucción Con Cambios y de proyectos de inversión que no serán ejecutados el presente año, para financiar la realización de obras focalizadas de masivo empleo como limpieza de canales, construcción de veredas y pistas, escaleras, defensa ribereñas, mantenimiento pluvial, entre otros. La generación de empleo masivo es clave para generar consumo interno y calentar nuestra economía regional.

En suma, los ancashinos estamos siendo atacados por el coronavirus y el virus de la corrupción; así como, nos encontramos sumidos en una aguda crisis económica y en una crisis de imbecilidad generada por el Gobernador, quien ha perdido el sentido de la realidad, asumiendo que sus críticos son detractores pagados y que no tiene ninguna obligación de rendir cuentas a nadie. Es hora de grandes cambios en la que cada uno de nosotros debe ser protagonista.