Editorial

Editorial::ESTUVIERON ADVERTIDOS::

En verdad ya perdimos la cuenta pero son varios pescadores que han caído en esta temporada de pesca y han enlutado a sus hogares tras adquirir el Covid 19 durante las faenas de pesca a las cuales fueron convocados.

Se trata de un pescador de la embarcación “PITI” de propiedad de la empresa pesquera Austral, quien fue retirado de las actividades extractivas luego de haber enfermado en plenas faenas de pesca, por lo que la empresa propietaria de la nave lo dejó en puerto y lo remplazó con otro pescador para seguir operando.

Nuevamente los familiares y los gremios de pescadores advierten esa suerte de desidia e indiferencia hacia la vida humana al dejarse al trabajador del mar como si fuera un paquete en el muelle y seguir sus actividades como si nada sucediera para ellos.

Justamente, esto es lo que se percibe en los mensajes que han colocado los familiares y pescadores amigos de Carlos Enrique More Amaya, un pescador que encontró la muerte luego de ser convocado en esta primera temporada a pesar que existía el riesgo de un contagio masivo en la tripulación,

Sin embargo, la empresa pesquera, como ha ocurrido con otras, ha retrucado que se le dieron al fallecido todo el apoyo necesario luego que enfermera en las faenas de pesca, no fue desatendido pero, como siempre ocurre termina lamentando el deceso de su trabajador, como si aquel haya jugado su pellejo.

Precisamente, esta es la parte que se ha puesto en tela de juicio en varios estamentos de la pesca, la decisión de retomar las faenas con el levantamiento de la veda en un momento de crisis sanitaria, cuando era evidente que el virus que ataca a la humanidad se había convertido en comunitario y, consecuentemente, cualquiera de sus propios pescadores podría llevarlo en condición de asintomático y perjudicar a los demás.

El ministerio de la producción no escuchó estos llamados de los gremios laborales, apelando a su tradicional sesgo pro empresarial, cuyos origines en antaño estaban estrechamente ligados a los intereses y beneficios económicos, lo llevó a establecer la obligatoriedad de un protocolo sanitario que las empresas deberían acreditar para los efectos de autorizar el reinicio de la actividad pesquera.

En realidad, este es el mecanos o que corresponde cuando se trata de reanudar actividades económicas que son indispensables y que o pueden detenerse, es decir, la implementación de procedimientos que respeten la bio seguridad y, de esta manera, garantizar la salud y la integridad de los trabajadores que retornan a trabajar en medio de una pandemia.

Esto, a pesar que ello ocurría hace más de un mes, cuando el Covid se había ya entronizado en nuestro país y las cifras comenzaban a mostrarse como cuadros preocupantes que había que tomar en cuenta.

Empero, el pecado original de la autoridad de pesquería, por no llamarlo de otra manera, es dejar este protocolo en manos de los propios empresarios pesqueros, consagrarlos como una suerte de juez y parte, pues incluyo las tomas de pruebas y breves procesos de cuarentena a las tripulaciones que, a la luz de los resultados, han terminado siendo un absoluto fracaso.

¿Cómo puede entenderse la justificación de una empresa pesquera cuando sostiene que ellos sometieron a los pescadores fallecidos a pruebas de descarte antes de ser embarcados y que ellas dieron negativo?

Esto es realmente absurdo, se entiende que una prueba rápida pueda resultar un desengaño y puede equivocarse en el diagnóstico, lo que no ocurre con la prueba molecular que es la que dicen los empresarios han realizado a sus tripulantes.

Claro, que lo hicieron en establecimientos que han sido contratados por ellos, que han sido remunerados por ellos, por lo tanto, sus informes y resultados obedecen a los intereses de quienes los contratan.

No encontrarnos otra explicación, las cifras de fallecidos y los contagios masivos que se han registrado en diversas embarcaciones ponen de manifiesto un defectuoso trabajo al respecto y endosan una grave irresponsabilidad eb las autoridades que autorizaron la temporada de pesca sin haber tomado las debidas precauciones so monitoreado el trabajo de las pesqueras. Estaban advertidos que esto podría ocurrir, ahora que asuman las consecuencias del luto que han endilgado al sector laboral de la pesca.