Editorial

Editorial ::EL ORIGEN DEL CONTAGIO::

Apenas anteayer miércoles se anunció el cierre temporal el mercado del A.H “10 de setiembre”, más conocido como “Mercado israelita”, debido a que la intervención temporal realizada por la Municipalidad Provincial del Santa y la Red Pacifico Norte, detectó que existen más de 30 comerciantes que dieron positivo para el Covid, es decir que son asintomáticos.

Es el procedimiento que ahora establecen las normas, cuando se confirma que existen comerciantes que están contagiados con el virus lo que se dispone es el cierre temporal del centro de abastos, se determina la cuarentena de los infectados y los comerciantes deben implementar medidas de bio seguridad como requisito esencial para reabrir.

Esta es la misma razón por la que hace ya más de un mes fueron cerrados los mercados de la Perla, Dos de Mayo y Buenos Aires, los cuales ya han retomado su actividad, y es una situación similar a la que hace unos días se detectó en los mercados de los distritos de Santa y Coishco, en los cuales se procedió de la misma manera.

Ahora le ha tocado el turno al mercado del distrito de Moro, en donde la intervención de las autoridades de salud ha permitido detectar que 19 comerciantes se encuentran contagiados con el COVID, una cifra bastante alta teniendo en consideración que se trata de un centro de abastos relativamente pequeños y para un universo de compradores mucho menores a los antes ya mencionados.

Esto solo viene a confirmar que los mercados en todos los niveles se constituyen durante este periodo de emergencia en uno de los principales focos  de infección para la ciudadanía, fue allí en donde se concentraron los puntos de contaminación y expansión del virus sin que haya sido advertido oportunamente por las autoridades.

Basta recordar que el pasado 15 de marzo, cuando el Gobierno decretó la emergencia sanitaria y estableció el aislamiento social obligatorio, solo existieron algunas excepciones a la prohibición de salir de casa y ellas estaban dadas en la necesidad de adquirir alimentos, medicinas, acudir a un hospital o acudir a una entidad financiera para el cobro de un bono.

Fueron estas excepciones las que llevaron a miles a las calles y los puntos de concentración fueron los mercados y las colas de los bancos, en donde no se guardaban las medidas de prevención necesarias.

Para esa primera parte de la emergencia el uso de las mascarillas no tenía el carácter obligatorio, no existía normas de distanciamiento y, lo que es peor aún, no se conocía que el 80% de las personas que adquieren este virus asesinos son asintomáticas, es decir, que no hacen síntomas, no hacen fiebre, no presentan tos o malestares y menos cuadros graves de neumonía o pulmonía.

Entonces eran estos asintomáticos los estaban diseminando el virus, contagiaban a otros y esos casos se manifestaban no solo en aquellos que acudían en busca de atención medica, entonces, el virus se hizo comunitario, comenzó a discurrir por las calles y se ha extendido de manera impresionante en los últimos meses.

Los mercados y las colas de los bancos han sido, a la luz de los hechos, en el origen del contagio en el país, solo de esa manera se explica que el 15 de marzo existan solo 17 pacientes contagiados y tres meses después se haya incrementado a 260 mil, con la trágica secuela de más de 8 mil muertos.

Claro que esto ha sido consecuencia de una involuntaria omisión, nadie había estimado siquiera que el foco de contagio estaba en el mismo lugar donde la población requería de abastecerse para poder sostener la pandemia. A lo mejor con mayor conocimiento de causa se habría optado por algo que le ha hecho mucho daño al país, por lo menos poco a poco se sabe cómo evitar mayores brotes y perjuicios.