Editorial

Editorial: ::: META CUMPLIDA :::

La oxigetón organizada por un colectivo civil denominado “Oxígeno es vida” consiguió que próximamente Chimbote tenga una planta de oxigeno medicinal que permitirá que los pacientes afectados con el Covid cuenten con una fuente segura de provisión de este componente que puede salvarle vida.

Esto ocurrió en el marco de la teletón virtual que se organizó desde la Plaza de Armas y que tuvo al conocido sacerdote Giovanni Sabogal, como el mentor de este evento como representante del colectivo civil que nació, justamente, con la finalidad de llegar al objetivo de implementar una planta de oxígeno medicinal.

La convocatoria encontró la respuesta de muchos artistas y personajes de la ciudad que estaban dispuestos a poner su esfuerzo en este llamado a la solidaridad, para promover una larga jornada en la que los chimbotanos, y todos los peruanos en general, podamos hacer un donativo que afiance el objetivo.

De esta manera se obtuvo el aporte de empresas e instituciones, de familias y entidades que trataron de sumar en este esfuerzo, empero, fue al promediar el mediodía que el padre Giovanni recibió la llamada del alcalde que lo convocaba a su despacho.

Allí estaban reunidos el alcalde, el gerente municipal y los funcionarios de la Red de Salud Pacífico Norte, quienes le comunicaron que, en virtud de las fuentes de financiamiento otorgadas por el estado, la Municipalidad estaba en la plena disposición de adquirir una Planta de Oxigeno Medicinal y entregarla al colectivo civil para que se implemente en virtud de una alianza que se engendraría junto a la autoridad de salud que es la encargada no solo de autorizar una instalación de este tipo, sino de dirigir su construcción y puesta en funcionamiento.

La idea era genial, pues la comuna había recibido recién la autorización gubernamental para disponer de un millonario presupuesto que le permita afianzar los trabajos necesarios para hacer frente al covid 19, a través de las regalías mineras que se generan para los organismos de gobierno, sea regional o local, por efecto del canon minero.

En tal sentido, hace solo unos días comentábamos la importancia de la efectividad de esta medida, recordamos algunos pasajes en esta fase emergencia por la necesidad que existía de contar con una fuente de financiamiento para hacer frente a ese enemigo asesino e invisible y concordábamos con que, la naturaleza propia de una región como Ancash, es decir, aquella que siempre nos pintaron como el “niño privilegiado que duerme sobre un colchón de dinero”, resultaba suficiente como para justificar la transferencia de un porcentaje de este fondo para la titánica lucha contra el Covid.

Y no pudo tener mejor idea el alcalde Roberto Briceño Franco, que convocar a la autoridad de salud de la ciudad y al Padre Giovanni, para canalizar una parte de este porcentaje que recibirá del estado en la compra de la Planta de oxigeno medicinal.

Ha sido providencial que esta autorización gubernamental llegue en los precisos momentos que la iniciativa solidaria de un grupo de personas congregadas en un colectivo civil, promovieran la construcción de esta planta medicinal, es algo así como que le cayó como anillo al dedo y hubo la sapiencia e inteligencia necesaria para canalizar los dineros a una campaña tan generosa y solidaria como la de “Oxígeno es Vida”.

Hay quienes piensan que no se debería contaminar el accionar político de las autoridades con las cruzadas de ayuda social, empero, esto es absurdo, cuando se tiene que aportar por objetivos plausibles y altruistas como el que se fijó el colectivo “Oxígeno es Vida” cualquier clase de ayuda es admisible, aquí no caben banderas de ninguna clase, aquí no caben posiciones políticas o partidarias, es la decisión bienaventurada de una autoridad de aplicar los recursos que le corresponden a la ciudad a una campaña tan digna y loable como la instalación de la planta medicinal.

Se ha suscrito el acta respectiva, ahora corresponde hacer realidad el documento con los acuerdos y firma de convenios respectivos, lo que no se puede perder de vista es que el tiempo nos gana, que el temible virus sigue avanzando y matando a miles de personas, entonces, la implementación de la planta de oxígeno “es para ayer”. Hay que hacerla realidad de una buena vez y saludar la decisión de unir esfuerzos para decir: Meta cumplida.alt