Opinión

EL PETRÓLEO Y LA PESCA

El mismo día que Pedro Pablo Kuczynski firmaba su renuncia a la Presidencia del Estado, se apresuró a firmar también cinco decretos supremos que autorizaban otros tantos contratos de exploración y explotación de pozos petroleros en el mar del norte de Perú, concretamente los lotes Z-64, Z-65, Z-66, Z-67 y Z-68, situados frente al litoral regional de Tumbes, Piura, Lambayeque y Ancash. El total de estos lotes marinos tienen una superficie de dos millones trescientas mil (2,300,000) hectáreas de mar, cantidad nada desdeñable. Los lotes Z-67 y Z-68 se hallan ubicados en el litoral de Ancash y la empresa cocesionaria fue de raíz inglesa, la Tullow Perú Límited sucursal del Perú. El bueno de Kuczynski, así lo decidió sin encomendarse, quiero creer, a nadie, es decir sin consultar e informar previamente a los actores regionales de las zonas respectivas, ni realizar estudio medio ambiental alguno que indique los riesgos concretos, específicos y ciertos que tendrían que asumirse. Esa decisión y actuación fue seriamente cuestionada por especialistas, científicos y pescadores, en fin, expertos que alertaban sobre los riesgos ambientales, flora y fauna, que implicaba la presencia de pozos petrolíferos en una zona de gran riqueza biológica diversa y de gran sensibilidad climática, pues no hay que olvidar la presencia del Niño y la Niña.

Aquella actuación, con la entrega precipitada de esos lotes, el mismo día que el Presidente firmaba su renuncia, supuso la desconfianza sobre la transparencia de la negociación, ya que lo más lógico hubiera sido dejarla en manos del nuevo gobierno. Lo que sí se puede afirmar con rotundidad es que a la vista de lo actuado se dio, y ahora se vuelve a dar, prioridad absoluta a la explotación petrolera sobre la conservación de las especies marinas. En su día la ministra Fabiola Muñoz nos dijo que “no es incompatible realizar la actividad pesquera- petrolera si lo hacemos bien”. O sea, palabras completamente vacías, sin contenido técnico alguno. ¿A caso las exploraciones, ya no digo las explotaciones petrolíferas, mucho más riesgosas, se realizan con varitas mágicas que nos dicen perfora aquí, que aquí está el oro negro”?¿O quizá las perforaciones son inocuas y se hacen como perforar la mantequilla? No, absolutamente no. Las exploraciones marinas se realizan con “bombardeos sísmicos”, que consisten en hacer desde la superficie un barrido del fondo marino, mandando ondas sonoras de gran magnitud para detectar en su rebote sobre las rocas del fondo del mar, la posible presencia o no de petróleo. Y ese bombardeo no es inocuo, es de altísimo riesgo para las especies marinas. Veamos lo que nos dice un experto oceanógrafo, Don Juan Carlos Ribero, director científico de OCEANA, la mayor empresa sin ánimo de lucro que estudia la flora y fauna marina: “Está demostrado que la sísmica impacta en la vida marina, pues genera ondas que afectan a ballenas, delfines, lobos de mar y cardúmenes de peces entre otros”. La afectación es seria, pues en el mejor de los casos dispersa los cardúmenes hacia lugares hostiles para ellos y en el peor afecta directamente a la fisiología del pez, originando su deterioro y muerte. Si sobre un gran cetáceo como las ballenas las ondas sonoras actúan originando su extravío e imposibilidad de socialización y apareamiento, y por lo tanto su desaparición, ¿cuáles creen ustedes que serán las consecuencias sobre una inofensiva anchoveta? Un auténtico atropello.

En cuanto a las perforaciones y explotaciones, consistentes en remover miles de toneladas de tierra que al no extraerse quedan en el fondo y al irse dispersando van cambiando el ecosistema con el consiguiente perjuicio en la variedad piscícola. En los derrames accidentales en alta mar, cosa más repetida de lo que se cree, resulta harto difícil evacuar el hidrocarburo, y en muchos casos se opta por la utilización de dispersantes, que si bien aparentan su desaparición en la superficie lo que consiguen es mandar el petróleo al fondo marino, con el consiguiente perjuicio para el ecosistema. O sea, “ojos que no ven, corazón que no siente” . A los riesgos de la producción en alta mar, se une el transporte marítimo, las operaciones de embarque, desembarque y almacenamiento, los accidentes con rupturas de oleoductos o tanques, y los derrames y explosiones en plataformas. Por todo ello el impacto ambiental es relevante, afectando a otras actividades económicas, como es la pesca. Esa actividad petrolera puede llegar a originar la intoxicación de la fauna marina así como del hombre que la ingiere, afectar a los útiles de pesca, modificar los lugares, distancias y áreas de pesca, así como impactar sobre los peces y modificar su ecosistema. En fin, resultan muy diferentes las exploraciones y explotaciones en zona firme que las realizadas en el mar, donde por sus propias características, la biodiversidad se ve seriamente amenazada.

Perupetro, en su afán proselitista por defender los preceptos de su existencia, cuales son el petróleo y cuanto huela a hidrocarburo, ha tratado durante todo este año pasado de justificar con su actuación, siempre dentro del “marco legal”, las “bondades” de los productos por ella patrocinados. Así, en cumplimentación de la nueva normativa, realizó unas reuniones que debían ser informativas y sensibilizadoras, que no lograron el objetivo propuesto, pues la información fue sesgada y desinformadora y no consiguieron sensibilizar a nadie. En en el colmo de la desfachatez aludió a Noruega como ejemplo de la riqueza que proporciona el “oro negro”, y su compatibilidad con la pesca, o sea, haciendo alusión al pasado, pues si bien enriqueció en su día a ese país a costa de la degradación ambiental marina, como en el caso de Lafoten, donde ahora están prohibidas las explotaciones, dado que las petroleras se cargaron toda la pesca durante años, y se tardaron otros tantos, en recuperar las degradadas aguas y el turismo de la zona. El giro que allí han dado ha sido hacia las energías renovables, limpias, y estas son las palabras de su ministro de medio ambiente, Vidar Helgesen: “ La transición hacia las renovables está yendo más rápido de lo que se pensaba y dadas las revoluciones en el transporte y la energía, las fuentes de energía fósil (petróleo) van a tener cada día menos valor”. Se están preparando para el futuro que ya se vislumbra, sobre todo ante el cambio climático. Aquí no conocemos ni el presente en el que vivimos.

El pasado día 8, la ministra de Energía y Minas, Susana Vilca, contestó a la interpelación parlamentaria, que Petroperú ya había hecho la tarea de información y sensibilización, sin al parecer haberse enterado del fracaso obtenido en su actuación. En el mismo acto, el Presidente de Perupetro Sr. Yesquén dijo que el estudio del impacto ambiental se realizará tras la firma con Tullow Oil, (el mundo al revés) y la promesa de que no se efectuará trabajo alguno sin que antes aquel sea aprobado.

El más elemental de los sentidos dice que la vida siempre es, ha sido y será prioritaria ante cualquier fósil, y que por lo tanto las especies marinas, fuente de recursos ancestrales para la subsistencia del ser humano, han sido, son y deberán seguir siendo, prioritarias para el hombre.

A la hora de cerrar este artículo me llega la noticia de que el Consejo Regional de Ancash como no tiene idea alguna formada sobre las “bondades” de las prospecciones y posteriores extracciones petrolíferas, ha decidido mandar a otras zonas ya en funcionamiento, a varios consejeros que tampoco parecen tener mucha idea del asunto, para que se informen y verifiquen in situ sobre la mejor calidad de vida obtenida por los habitantes y pescadores de la zona. Eso sí, para que nadie dude del objetivo del viaje, tendrán que presentar un informe escrito de lo que allí encuentren, incluida, digo yo, la opinión de las anchovetas, por favor. Apago y me voy, que ya está bien por hoy.

Moraleja: La energía solar no se desarrolla porque la industria petrolera no es propietaria del Sol. (Ralph Nader)

Así sea. EL VIGÍAalt