Opinión

SIGAMOS CUIDANDO A LOS NIÑOS

Cuando escribo este artículo, sábado 15, sigo bajo los efectos demoledores del “repaso” que ayer le propinaron (2-8) a mi querido Barça y que como buen culé acusé profundamente. Sé que, como se trata de “mes que un club”, hará hasta lo imposible por recuperarse como ya hizo en alguna otra ocasión, pues el mérito radica en levantarse tras la caída, y en eso los catalanes tienen bastante experiencia. Y las sorpresas siguen a la orden del día, acabo de ver como el Mánchester City de Pep Guardiola, ha sido eliminado por el modesto Lyon francés (3-1). En fin, sorpresas por doquier. Amén.

Leo las noticias que tienen como sujetos fundamentales a los niños y a las vacunas. Sobre estas últimas escribiré en un próximo artículo, ya que, aunque se han publicado noticias muy positivas como es la aprobación del Ministerio de Salud ruso de la denominada Spuknic V, en recuerdo al primer satélite artificial que junto a la perrita Leika circunvaló la Tierra en 1957, con la V de vacuna, no faltan los numerosos detractores que recriminan la rapidez de los ensayos rusos, que empiezan en unos días la fabricación masiva de la misma. Sea como fuere, lleven razón unos u otros lo cierto es que poco tiene que ver con nosotros, los peruanitos, a los que nuestros dirigentes han situado en la cola del programa para países de bajos ingresos, el organismo multilateral Covax Facílity, patrocinado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Alianza por las Vacunas (de Bill Gates y esposa) y finalmente la Coalición para Innovaciones en Preparación para Epidemias (Cepi), para “asegurar al 20% de la población peruana, el acceso a una de las vacunas que en su día sean aprobadas”. También parece ser que se realizan gestiones con diferentes países, bla, bla, bla, bla, bla,bla, bla, bla, para poder acceder a la vacuna en corto tiempo, esperando terminar a final de Septbre con tres acuerdos. Según nuestros dirigentes, se suscribirán al menos cinco acuerdos más, con otros laboratorios, para compras y compromisos de intercambio? de tecnología y poder inmunizar a otro 50% de la población. O sea, concretamente nada de nada, nada. Ese 20% de la población, unos 6’6 millones de peruanos, suertudos ellos, tendrán que esperar, pienso yo, hasta el segundo semestre del año que viene para tener el privilegio de ser los primeros en ser inmunizados por la vacuna que quieran mandarnos. Lamento ser pesimista pero es a lo que nos tienen acostumbrados. En un próximo artículo ampliaré sobre las vacunas.

Como dice el título, de lo que se trata hoy es de los niños, y concretamente de su cuidado. Las cifras publicadas por la Dirección Regional del Santa (Diresa), son verdaderamente alarmantes: Mil doscientos cuarenta y cinco (1,245) menores de edad, diagnosticados con COVID-19, de los cuales más de 700 son niños y otros más de 500 adolescentes. Están diciéndonos los que han sido diagnosticados, a los que faltaría por añadir los no detectados, bien por ser asintomáticos, no haber tenido acceso a pruebas etc. etc, lo que sumaría una cifra astronómica. Si recordamos que en Ancash está prohibido la salida de menores a la calle, cabe deducir que la contaminación se ha efectuado en casa y ese riesgo es muy posible que se incremente con las visitas familiares, cosa que debería evitarse. Por ello, actualmente están prohibidas las visitas familiares. Los jóvenes detectados, superan ligeramente los 5.000, cifra a la que no llegan los adultos mayores que suman algo más de 4,000. Son los adultos, bastantes más hombres que mujeres, con más de 14,000 los que han dado positivo en las pruebas realizadas. Así pues, la suma total de casos detectados asciende a 24, 660 personas. Finalmente, los que nos dijeron adiós por esta pandemia asciende a la fecha a un total 1,205 personas. Cifras todas ellas escalofriantes.

El lunes pasado hacía alusión al conocimiento que ahora se tiene sobre la transmisibilidad en los niños, cuando se ha venido creyendo que no eran proclives a infectarse. Los niños no desarrollan la enfermedad con la intensidad de los jóvenes y los adultos, siendo en su mayoría asintomáticos, pero la verdad es que se infectan con la misma o mayor intensidad que los adultos, y como digo, con apenas sintomatología, transmiten lo virus con mayor intensidad pues se ha comprobado que en sus fosas nasales y faringe hay entre 10 y 100 veces más número de virus que en un adulto. Como ya expliqué la semana pasadas son varias las hipótesis, todas sin conformar, por las que los pequeños no suelen desarrollar la enfermedad con la intensidad de los adultos. Así que, como conclusión cabe añadir que debemos extremar las precauciones con ellos resultando crucial su aislamiento.

Pero no sólo cabe protegerlos del coronavirus, sino que dada la situación que atravesamos, los niños a pesar de su aislamiento en casa, están expuestos a una serie de factores que pueden alterar su percepción de la realidad y afectar su salud mental, por lo que resulta conveniente tomar una serie de medidas en su beneficio. Para ello haré referencia a las recomendaciones de la Fundación Save the Children (Salvar a los Niños), fundada en 1919 para ayudar a los millones de niños diseminados y desamparados en Europa al final de la Primera Guerra Mundial. Actualmente está presente en 130 países en los que desarrolla diversos programas dirigidos a la salud infantil, sus derechos, nutrición, calidad educativa, violencia, explotación laboral etc. etc. Estas recomendaciones de contrastado valor, muy sencillas, dirigidas a los padres pueden resumirse en estos diez puntos:

Escucharlos. Escucharlos es primordial, no solo para poder comprenderlos, sino para mostrarles nuestro interés en lo que piensan o en sus inquietudes.

Darles información simple y clara. Decirles la verdad de forma sencilla es siempre lo mejor. Utilizar lenguaje sencillo y adecuado a su edad.

Controlar la exposición a los medios. Un exceso de noticias perturbadoras en TV, Radio o Prensa escrita, o Internet es contraproducente por lo que tendremos que controlar medios, tiempos y explicar contenidos.

Transmitir tranquilidad. Los niños son como las esponjas, que absorben cuanto les rodea, por lo que habrá que explicarles que las medidas tomadas, incluso el cierre del colegio es para mayor seguridad de todos.

Dar ejemplo. Se deben evitar comentarios negativos o despectivos hacia lo que acontece. Importantísimo seguir recomendaciones e instrucciones involucrando a los hijos a hacer lo mismo.

Mantener la rutina. El encierro en casa puede provocar estados de ansiedad y estrés por lo que resultará esencial mantener en la casa una sensación de tranquilidad y sosiego con el estudio y los juegos.

Profundizar en qué es el coronavirus. De acuerdo a la edad profundizar en conocimientos científicos sobre el virus, para un mejor entendimiento de las limitaciones impuestas y así facilitar su cumplimiento.

Evitar la discriminación. Nunca hablar despectivamente de los infectados, ni de los de otras zonas o países. Explicar en qué consiste la discriminación y por qué se trata de un acto incorrecto.

Entornos digitales. Para evitar el aislamiento y potenciar la socialización y el aprendizaje, el uso de ordenadores y/o tablets resultará muy útil, si bien el acompañamiento de los mayores será imprescindible en un principio para un correcto uso de esas herramientas y posterior supervisión.

Realizar pequeños gestos. Atraer la atención de los niños, sobre todo de los más pequeños con canciones, cuentos, o movimientos divertidos para conseguir hábitos saludables, como el lavado de manos, estornudar en el codo, utilizar una mascarilla, etc.etc .

Como habrán podido observar se trata de una serie de medidas muy sencillas y al alcance de cualquier adulto, para un transcurso mucho más relajado y llevadero de la vida cotidiana de los niños en una cuarentena.

Moraleja: Si un problema puede solucionarse, no hay por qué preocuparse y si no puede arreglarse, preocuparse no tiene ninguna utilidad. (Dalai Lama).

Así sea. EL VIGÍA.

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