Editorial

Editorial: ::: ¿EN DECLIVE? :::

Hoy lunes 24 el país ingresa a una semana decisiva en lo que se refiere a la lucha contra el Covid 19 y las acciones de control, monitoreo de esta enfermedad, así como la administración del acondicionamiento de nuestra diaria actividad a la nueva convivencia con esta fatídica enfermedad.

Ello porque ingresamos a la última semana del mes de agosto, el irremisible final de una nueva etapa de la emergencia sanitaria que ha decretado el gobierno y el inicio de una nueva fase de la estrategia que ha establecido para la reanudación paulatina de las actividades económicas en todo el país.

En efecto, hay que recordar que el próximo lunes 31 concluye la orden de aislamiento social obligatorio en nuestra provincia y en un total de cinco regiones del país, así como la cuarentana dominical que se ha establecido a nivel nacional, de tal suerte que esta semana el gobierno debe adoptar nuevas medidas al respecto.

Hay muchos que reclaman del gobierno decisiones más coherentes y definidas a efectos de no conspirar con todo lo que se había avanzado en la primera etapa de esta emergencia sanitaria, sin embargo, ya nos hallamos en una fase en la cual el gobierno poco puede hacer para detener la ola de contagios y que es momento que la responsabilidad corre por cuenta propia de todos los peruanos.

En tal sentido, asumimos que nos esperan mejores noticias a los chimbotanos a la luz de las informaciones que han proporcionado los médicos de los hospitales locales y que debe formar parte del fundamento que necesita el ministerio de salud para recomendar al consejo de ministros la medida pertinente en función a la nueva cuarentena focalizada.

Estas noticias fueron confirmadas ayer domingo por los galenos de la localidad que han coincidido en señalar que la capacidad hospitalaria ha recobrado un ritmo de atención regular, han corroborado que los ambientes y salas de atención se fueron descongestionando poco a poco, lo que implica que el nivel de asedio y ofensiva de la enfermedad ha disminuido por lo menos en Chimbote que se había convertido en el foco infeccioso de la región.

Sin embargo, alguien podría preguntar ¿Cómo llegar a esta conclusión cuando las estadísticas diarias que entrega la Dirección Regional de Salud revelan que el número de contagios es elevado y que las cifras de fallecimientos si bien no ha crecido, tampoco ha descendido en niveles importantes?

Esto es cierto, sin embargo, si echamos una mirada a estas cifras advertiremos que la gran mayoría de contagios corresponden a pacientes asintomáticos, es decir, aquellos que no hacen síntomas y el requieren de internamiento, pero que de manera involuntaria, porque no conocen que están contagiados, van expandiendo este mal en otras personas y podrían afectar sin quererlo a un familiar o amigo que resulta siendo vulnerable.

Esto es lo que ha venido ocurriendo en nuestra ciudad y por ello las cifras “volaron” en nuestra provincia, sin embargo, la intervención focalizada que ha emprendido el gobierno regional a través de las redes de salud, realizando testeos masivos en mercados, en barrios, en grandes instituciones, ha permitido ir identificando a los pacientes positivos asintomáticos y ha posibilitado que se les entregue el tratamiento que corresponda y que se tomen las medidas sanitarias efectivas a efectos de impedir que siga contagiando a otros familiares o gente de su entorno que tengan cuadros que los hacen vulnerables.

A partir de esta valiosa información mucha gente se fue cuidando y de esta manera ha descendido el número de personas con cuadros severos que requieren de tratamientos hospitalario, se hace mucho más manejable la situación y se contribuye a un cuidado más efectivo con la intervención de los propios contagiados

Confiamos que esta situación más controlada permita no solo que el gobierno mire con otros ojos a la provincia del santa y la retire del mapa de peligro del país y se pueda levantar la cuarentena, sino que nos ayudará a sostener mucho mejor el final del confinamiento y la reanudación de actividades que suele generar rebrotes. Ello ya no tiene por qué suceder en Chimbote en donde comenzamos a peguntarnos ¿ha llegado el declive de la enfermedad?