INCOMPRENSIBLE
Cuando escribimos estas líneas aún no se dan a conocer las cifras de contagio del día, empero, es fácil deducir que hoy o mañana mércoles el país haya alcanzado los 600 mil contagios y bordee los 28 mil muertos. Una cifra sumamente elevada, que sigue a la zaga solo de Brasil, en nuestra región y que nos permite advertir que ello no es solo consecuencia de una adecuada estrategia sanitaria del gobierno sino, esencialmente, de la irresponsabilidad de la gente que no llega a entender hasta el momento el mensaje de prevención que debe predominar en este momento. Ello porque la elevadísima cifra de contagios responde a la actitud nefasta de ciertos grupos que no quieren entender que estamos en una etapa de nueva convivencia, que si bien podemos salir a trabajar o de compras, tenemos que hacerlo tomando nuestras precauciones. No entienden que las reuniones están prohibidas, así fuesen familiares o amicales y que es absolutamente irresponsable pretender acudir a una fiesta en un local o discoteca. Lo que hemos visto los peruanos anteayer domingo por la televisión, dando cuenta de la tragedia registrada en un Restobar del distrito de los Olivos, en lima, es una clara muestra de esa cretina manera de ver las cosas de muchas personas. Comenzando por promotores miserables que quieren seguir lucrado a costa del riesgo que ello significa para las personas, de la actitud ambiciosa de propietarios de negocios que permiten que se realicen actividades que están expresamente prohibidas por la norma legal en este momento, y, por la reiterada irresponsabilidad de personas que dan rienda suelta a sus vicios y acuden a locales en donde saben que ronda el virus y no solo puede contagiarlos a ellos sino que lo pueden llevar a sus casas en donde contaminarán a otras personas hasta que el virus encuentre un cuadro vulnerable y lo lleve a un hospital o el cementerio. Basta advertir que los resultados de las pruebas realizadas a los cadáveres y los detenidos se tiene que de los 13 fallecidos 11 tenían el covid, mientras que de los 23 detenidos 15 se encontraban contaminados. Esto confirma que el asesino invisible ronda por esta clase de actividades en donde la falta de protección, la falta de mascarillas, la carencia de distanciamiento y desinfección de los asistentes es caldo de cultivo. Lo más grave es que estas personas, potencialmente asintomáticas, no entienden que después de salir de estas fiestas retornan a sus hogares y exponen a una contaminación de sus seres queridos, contaminan a todo aquel con los que tendrán contacto, por ejemplo el taxista o mototaxista que los lleve a sus hogares y con todos aquellos con los cuales intercambien objetos. Esta cadena se hace interminable y por ello se entiende las elevadas cifras en las cuales se ahoga el país.
NECIOS
Pero estas mismas imágenes nos han permitido ver cuadros realmente irrazonables, como aquellos protagonizados por familiares que llegaron a la Morgue de Lima, en la calle Cangallo, con la finalidad de verificar si sus hijas estaban entre las víctimas. Pues entre ellas se pudo notar a una mujer con una criatura de dos añitos en los brazos y que buscaba a su hija de solo 17 años. Esa criatura era su pequeño nieto, hijo de la jovencita a la cual buscaba porque había salido la noche anterior a una fiesta y no llegaba. Las peguntas que se caen de maduras son ¿Cómo es posible que una adolescente se encuentre con un hijo de dos años? Esa jovencita dio a luz a los 15 años. ¿Pero cómo es posible que dejara a su pequeño hijo y se salga a la calle en medio de una pandemia para divertirse dejando a su criatura al cuidado de su madre?. Estas son pues las consecuencias de los embarazos prematuros, de menores que no solo no están preparadas para atender a un nuevo ser sino que no tienen el suficiente juicio como para entender el rol de una madre que protege a su hijo, por el contrario, sale a fiestas en pandemia y no solo lo expone porque lo deja en manos de otros sino que al retornar está potencialmente exponiéndolo a un riesgo porque puede llevarle el Covid, esto es realmente desgarrador.
DUELO
En estos tiempos difíciles por la pandemia, muchas familias y entidades están de luto. A ellos se sumó la iglesia de Chimbote, pues uno de sus miembros prominentes, el padre Héctor Herrera dejó de existir la última semana. Miembro de la congregación dominicana, el padre Héctor fue uno de los grandes difusores de la fe católica, a través de muchos portales y del aparato diocesano de Cecopros. Nuestras más sentidas condolencias a los dominicos y la diócesis local.