Editorial

::: SEGUNDA VACANCIA :::

El país ha ingresado, nuevamente, en un remolino de incertidumbre y crisis que nos coloca una vez en los desvaríos que genera la clase política que no ha aprendido nada de las nefastas experiencias de la historia reciente.

Anteanoche, con el respaldo de decenas de firmas de parlamentarios de diversas bancadas, se ha presentado en el congreso de la república un pedido de vacancia del presidente de la república Martín Vizcarra cornejo, a quien acusan de incapacidad moral para poder seguir manejando los destinos de nuestra nación.

El pedido de vacancia es la secuela de una accidentada sesión plenaria en el  hemiciclo, en donde el pleno tenía una agenda prevista pero se vio interrumpida por el pedido del presidente de la Comisión de Fiscalización, quien anunció ante sus colegas, la mesa directiva y el país, que seguía estas incidencias por la televisión, que tenía en su poder audios que le hicieron llegar de manera anónima en el marco de las investigaciones que realiza contra el presidente y varios funcionarios de estado, por el escándalo “Richard Swing”.

El congresista Edgar Alarcón, el ex Contralor de la república y personaje sumamente polémico, solicitó la audición de los audios y el país pudo escuchar diálogos del presidente Vizcarra con sus asesores y funcionarios de su entorno, en medio de una estrategia que tenía por finalidad perturbar y manipular la investigación que se realizaba en este caso y para ello preparaban a las secretarias de la Presidencia a efectos que distorsionen la verdad en relación a las visitas realizadas por el polémico Richard Swing al despacho presidencial.

Esto tiene mucha relevancia en la medida que ante todo el país el Presidente admitió que no conocía a este personaje sino de manera tangencial y al que había visto unas cuantas veces en la campaña electoral pero que desconocía por completo que haya sido favorecido con contratos sobrevalorizados que, de inmediato, pidió a la ministra de cultura que los anule.

Sin embargo, después de haber negado al amigo y camarada, como lo revelaban las fotografías de archivo que circularon por la prensa nacional, aparecen estos audios en los cuales se trataba de asignar a secretarias de Palacio de Gobierno las reuniones que había solicitado este personaje, buscaban que maquillar las cinco veces que habrá sido recibido por el Jefe de Estado y señalaban que solo existen dos registros y ellos se les asignaría a las dos secretarias de Palacio que desmentirían que se haya reunido con el Presidente.

El primer mandatario dijo en su mensaje a la nación que todo no es sino un complot político, acusó practicas fujimontesinistas y hasta descalificó al congresista que se había encargado de difundir estos vídeos, como si el problema fuera el mensajero cuando lo que le interesa a los peruanos es el tema de fondo.

Es preocupante que un Jefe de Estado se esté inmiscuyendo en temas legales que le corresponden a los abogados y que deberían ser atendidos por funcionarios de menor nivel, sin embargo, el país ha escuchado como el mismísimo presidente no solo concertó para promover pruebas irreales y perturbar una investigación en marcha, sino que en un pasaje de los audios se enfrenta “boca a boca” con su secretaria, la riñe y le exige su renuncia en medio de los reclamos de su interlocutora que gritaba que buscaban que ponerla como “cabeza de turco” para que le salven el pellejo a su secretaria general.

Consterna escuchar a quienes le restan méritos punitivos a los audios, quienes señalan con descaro que el contenido no tiene relevancia penal, pues tratan de convencerse ellos mismos que la descalificación moral que recibe el presidente por este audio es evidente, la magnanimidad de la primera magistratura de país no puede ser envuelta en escandeletes domésticos o manipulaciones de pruebas para eximirse de responsabilidades presuntas de otras investigaciones en marcha.

Lo más lamentable de todo esto es que se trata de una segunda solicitud de vacancia presidencial en un solo periodo, ya hace dos años atrás el ex presidente Pedro Pablo Kucyznski se vio precisado a renunciar al cargo para no tener que enfrentar el pedido de vacancia presidencial que había planteado el congreso.

Ahora la historia se repite y el reemplazante de Kucymzski, el presidente Martín Vizcarra, quien fuera sindicado de hallarse detrás de la salida de su antecesor, enfrenta ahora un pedido similar. Un país que enfrenta dos vacancias presidenciales en solo dos años y medio no puede tener estabilidad de ninguna clase, es solo una nación que vive envuelta en medio de escándalos y más escándalos. Una pena.