Editorial

::: NUEVO JUICIO ORAL :::

La pandemia del Covid 19 ha perjudicado la marcha de todas las instituciones de la localidad, la gran mayoría se vio precisada a paralizar sus actividades, otras restringieron su atención y muchas otras mantuvieron cerradas sus puertas.

Ello porque nuestra ciudad y la provincia del santa mantuvo una orden de aislamiento social obligatorio de manera permanente, al extremo que mientras muchas otras ciudades fueron autorizadas a reanudar actividades dentro de las fases y cronogramas diseñados por el gobierno, por estos lares todo se mantuvo sumamente restringido.

Una de las entidades que no pudo paralizar por la naturaleza de sus actividades pero si debió restringirlas al máximo, fue la corte superior del Santa que solo atendió los procesos urgentes y con reos en cárcel, a través de juzgados de emergencia, mientras que los juicios penales debieron reprogramarse hasta que retorne la normalidad.

Empero, en la medida que esta reanudación se hizo cada vez mas lejana, la Corte del santa que fue una de las primeras entidades en implementar protocolos de seguridad, se vio precisada a implementar sistemas de trabajo que le permitan reanudar procesos penales a través de medios digitales, pues está claro que estas restricciones de las audiencias presenciales tomará todavía mucho tiempo.

Por ello es que se han retomado algunos procesos emblemáticos y conocidos, uno de los cuales es el relacionado al repudiable doble crimen perpetrado frente a la localidad de Huacatambo en agravio del entonces alcalde del vecino distrito de Samanco, Francisco Ariza Espinoza y de su abogado Henry Aldea Correa.

Este caso llevaba detenido varios meses en su segunda parte, pues  muchos deben recordar que inicialmente se condenó a los sicarios y promotores de este criminal atentado, a los cuales se condenó a penas de cadena perpetua o de 30 y 35 años de carcelería, sin embargo, la instancia superior ordenó que se juzgue a los ex regidores de Samanco, a un ex alcalde y un abogado por estos delitos, pues considera que formaron parte de la confabulación que se había gestado para sacar al alcalde de sus propósitos delincuenciales.

Los cinco ex regidores que pasaron algunos años en la cárcel antes que inicialmente fueran absueltos deben volver al banquillo de los acusados, poco antes de la pandemia existían algunos abogados que no concurrían y nunca faltó alguna incidencia que no permitía retomar este caso, sin embargo, la semana pasada el juzgado  penal colegiado consiguió que se inicie el juicio oral que no se detendrá hasta que se dicte una sentencia.

Ya es tiempo que se deslinden responsabilidades en este repudiable doble crimen, la actuación de los ex regidores quedó en entredicho, incluso, antes que se produzca el doble atentado sus actitudes hostiles y conspiradoras a la gestión del Alcalde Ariza fueron más que evidentes y trascendieron a través de los medios de comunicación.,

Para los magistrados superiores en los acusados se advierte que ha existido un concierto y una confabulación de muchas personas para toar el poder en el municipio de Samanco, le habían puesto el ojo a los terrenos del balneario de Besique y pretendían hacer allí algo similar al tráfico delincuencial de terrenos que se hizo en el balneario de Tortugas, por ello asesinaron de manera despiadada al alcalde y se llevaron de encuentro a su abogado Henry Aldea.

El próximo mes se cumplirán cinco años de este alevoso doble crimen, ya es tiempo que la justicia cierre este horrible capitulo en la vida político delincuencial de nuestra ciudad y nuestra provincia, por ello esperamos que este juicio no sufra más perturbaciones y pueda desarrollarse de manera íntegra hasta que concluyan las fases procesales.

Si existen sujetos que se dejaron llevar por las ambiciones del poder y el dinero para permitir que se asesine de manera brutal y salvaje a un acalde, entonces que la justicia lo determine y los sancione como corresponde, los chimbotanos tenemos sed de justicia cuando nos hallamos ante hechos tan repudiables como el comentado y le decimos a los magistrados que no se dilate más el necesario castigo que deben tener los culpables.