Editorial

::: A COMENZAR :::

La última semana la Municipalidad provincial del Santa ha concluido los trabajos de demolición de la antiguas estructuras de lo que fue el mercado Progreso, dejando habilitado un extenso terreno que se destinará a la construcción del hospital del mismo nombre, para el cual ya se tiene reservado el presupuesto.

Pero apenas si se había concluido con los trabajos y el PRONIS anunciaba desde la capital de la república que ya se había aprobado el expediente técnico, se habían salvado tosas las subsanaciones que se realizan en esta clase de trabajos técnicos, consecuentemente, todo estaba listo para lanzar la licitación púbica.

En realidad, esta ha sido la noticia de la semana, la culminación del expediente técnico es la fase final de los preparativos de este proyecto que ha sufrido marcados retrasos y que se puso en marcha con el acondicionamiento del local de contingencia de la Posta de Salud del progreso, es decir, los ambientes a los cuales se trasladará el equipamiento de este centro de salud para que mantenga su atención a sus usuarios mientras se ejecuta la obra del hospital de nivel II que se levantará entre los terrenos de la posta y el mercado.

Luego del local de contingencia, la Municipalidad puso en marcha el procedimiento para la reubicación de los comerciantes, este es un proceso que se retrotrae a un par de años atrás, cuando se lanzaron propuestas, cada una más atractiva que la otra, para persuadir a los comerciantes a su traslado a otro lugar.

Lamentablemente, el manoseo político fue en factor perturbador e hizo perder mucho tiempo a las autoridades ediles, la presencia de dirigentes que entregaron un falso discurso a los comerciantes lanzó por los suelos las tratativas iniciales y, finalmente, llevó a las autoridades a apelar a la fuerza y demandar el retiro de todos los comerciantes para demoler esas estructuras que se levantaron en un terreno de propiedad de la comuna.

Justamente, este hecho llevó a la autoridad judicial a desestimar las demandar y acciones de garantías para pretender dejar sin efecto las maniobras emprendidas por el alcalde y sus funcionarios con la finalidad de hacer prevalecer el principio de autoridad.

Las actitudes necias de atrincheramientos y el uso de niños y mujeres no fueron un obstáculo para que el alcalde finalmente anteponga el interés público sobre las expectativas de un pequeño grupo de personas que, a la larga, ni siquiera fueron compelidas o sometidas a un abuso, por el contrario, se les ofreció toda clase de facilidades que las rechazaron, por lo tanto, deberían atenerse a las consecuencias.

Por ello es que la colectivas no solo recibió con agrado la culminación de los trabajos de demolición sino el anuncio de la culminación del expediente técnico en la medida que es el paso previo a la licitación y las primeras manifestaciones de la consolidación de un proyecto esperado por muchos años por los moradores de El Progreso y sectores aledaños, así como todos los chimbotanos que anhelan el progreso de su pueblo y la edificación de entidades que procuren una mejor calidad en la salud.

Justamente, esto último ha pesado muchísimo para que la balanza se incline a favor de las autoridades ediles, no existe una sola persona en nuestra ciudad que se encuentre convencida de la importancia de la construcción del hospital, por ello llama la atención que los comerciantes hayan  dejado que los utilicen para mantener una oposición cerrada y contundente sobre este proyecto.

Fue algo así como nadar contra la corriente, por ello ahora ya se superó esa polémica y nos encontramos en una nueva etapa, aquella que nos dice que la licitación está a la vuelta de a la esquina y que el año próximo, dentro de la contingencia de la pandemia del Covid 19, se podrán iniciar los trabajos para edificar el futuro hospital.

Por ello es que nos sumamos a la iniciativa de los dirigentes vecinales del progreso y pueblos aledaños, que anteayer jueves llegaron al Palacio Municipal para saludar y felicitar a alcalde Roberto Briceño Franco por haber encausado este proyecto por la senda que le corresponde y que, con la aprobación del expediente técnico, ya se siente que es una realidad.

Las autoridades ediles hicieron su trabajo, cumplieron su cometido, ahora corresponde a los responsables comenzar la obra, solo es cuestión de tiemplo, de cronogramas y de plazos legales. Lo demás ya está listo, el presupuesto, los mecanismos, etc.