Editorial

::: UNA HISTORIA INCOMPLETA :::

El escándalo registrado en el Ministerio Público del Santa, hace ya dos años atrás, cuando se puso al descubierto un desfalco en el aparato administrativo contable de la institución, ha llegado aparentemente a su final con la sentencia condenatoria confirmada contra el único acusado que se encuentra recluído en el penal, el ex administrador Gino Reyes Roggero.

Según la acusación del Ministerio Público, durante el 2015 y 2016, el ex administrador Gino Reyes, en complicidad con Fernando Sotelo Valenzuela (reo contumaz), quien era el encargado del Fondo para Pagos en Efectivo, a través de servicios fantasma, se apoderaron de casi 345 mil soles, que eran parte del presupuesto asignado al Distrito Fiscal del Santa, para el mantenimiento eléctrico, sanitario, pintado de locales, lavado, laqueado, entre otros.

A propósito de esta teoría del caso, los magistrados de la Sala Penal manifestaron que más allá de toda duda razonable, quedó probada la responsabilidad en el desfalco a los recursos públicos de la administración de la Fiscalía del Santa.

Los jueces consideraron que hubo un aprovechamiento de los recursos de la entidad por parte del procesado Gino Reyes Roggero quien simuló los gastos con facturas falsas y clonadas así como simuladas para justificar la salida de los recursos.

Como se sabe, en este caso el exadministrador del Ministerio Público del Santa, Gino Casiano Reyes Roggero (49), fue condenado a un total de 11 años de pena privativa de la libertad, mientras que su co acusado Fernando Sotelo Valenzuela ha quedado como reo contumaz y será sentenciado una vez que sea capturado.

Y dijimos que esta historia ha llegado aparentemente a su final porque es más que probable que el condenado Gino Reyes planteará un recurso de casación a la espera que la Corte Suprema revise su caso y guarde una leve esperanza que el fallo pueda anularse o desvirtuarse, aun cuando para que ello ocurra debe existir un motivo suficientemente sustentado, pues la casación es un recurso absolutamente formal.

Pero no solo eso, también se encuentra el caso de Fernando Sotelo, un ex funcionario de la Fiscalía que no parece dispuesto a responder por hechos que, al parecer, no solo involucra al manejo administrativo de la institución.

Por lo menos esto es lo que dejó entrever hace un tiempo desde la clandestinidad, cuando apareció en un video en el que dejaba entrever que existen más involucrados en este escándalo y que existen poderosos intereses que han tratado de eximirse de toda responsabilidad tomando al ex administrador y el ex tesorero como chivos expiatorios.

A decir de Valenzuela, hay otros que deben responder por los hechos denunciados, incluso señaló con pelo y señales quienes deberían ser también investigados, empero, esta intervención no mereció atención alguna de las entidades encargadas de investigar, por el contrario, desde la policía hasta el poder judicial la ignoraron

Una situación realmente lamentable que no contribuye en nada a la necesidad de transparencia e imparcialidad en la investigación de actos de corrupción, sin embargo, era evidente que ello sería así en la medida que los involucrados a los cuales se refería Sotelo Valenzuela pertenecen a la Fiscalía que es el órgano que tiene el monopolio de la acción penal.

De allí que, si la instancia final de la sede judicial de Chimbote ha cerrado el caso confirmando la condena contra el ex administrador Gino Reyes, quiere decir que se está cerrando el circulo hasta donde avanzaron las pesquisas realizadas por el mismo Ministerio Público, una suerte de Juez y parte que nadie quiso impedir en su momento.

Esto es más suspicaz aun si se tiene en cuenta que el escándalo no se desató gracias a una denuncia de la Fiscalía del Santa, por el contrario, el desfalco fue descubierto y denunciado por la Fiscalía de la Nación, en otras palabras, en la Fiscalía de Chimbote nadie vio nada extraño o no quisieron ver nada irregular.

Esperemos que se complete la pesquisa con la parte que está pendiente, con la captura del otro acusado y el esclarecimiento final con lo que tenga que decir y debe probar. Solo así cerraremos finalmente una historia incompleta.