Editorial

::: LA MAFIA PRESENTE :::

Un joven obrero de construcción civil fue acribillado la semana pasada en circunstancias que salía de su domicilio, en el A.H. Los Constructores” por dos sicarios que, como se ha hecho una costumbre, llegaron en una motocicleta, atacaron al objetivo y fugaron sin que nadie pueda siquiera identificar el vehículo que utilizaron.

El occiso fue identificado como Deivi Ronald Sánchez Llapo, de 35 años, quien fue sorprendido a las 5.40 de la madrugada, cuando encendía su motocicleta en el frontis de su vivienda, para acudir a trabajar en las obras de instalaciones de conexiones para gas natural.

Los asesinos tomaron de sorpresa al agraviado y lo mataron de manera instantánea en un acto típico de un ajuste de cuentas, de un crimen por encargo de terceros y, conforme al escenario que se presenta, es la secuela de las disputas que se generan en el sector construcción por el manejo de los cupos de trabajo en las obras públicas.

Lo único que se conoce es que el occiso pertenecía a una de las facciones de los gremios de construcción civil, pertenecía al sindicato que representa el conocido dirigente Jaime Tolentino y fue éste quien llegó hasta la casa de duelo y lamentó la suerte de su compañero a quien reconoció como un hombre responsable y dedicado en sus labores.

Lo lamentable es que no es el primer caso de asesinato de un obrero o un dirigente de construcción civil, por el contrario, ya son varios crímenes selectivos de esta naturaleza y tal parece que la policía no tiene como llegar a identificar a los responsables materiales e intelectuales estos execrables hechos.

Esto es más delicado aun si se tiene en cuenta que, debido a la infiltración delincuencial en el sector construcción, la Policía Nacional implementó un departamento de protección de Obras Civiles a efectos de neutralizar el accionar de las mafias.

Lo que ha logrado es otorgar un poco de garantías y seguridad en las obras, sin embargo, no ha conseguido neutralizar a las mafias pues a pesar que estas unidades policiales llegan a las obras y ponen orden en las protestas y enfrentamientos de las facciones de construcción civil, los manejos mafiosos se siguen registrando y las imposiciones en la obtención de cupos por vía de la amenaza perduran en esta actividad.

En realidad, se trata de un viejo y antiguo problema que se manejaba en antaño como una manipulación de la dirigencia del gremio de construcción civil, cuando existía un solo gremio que se calificaba como histórico, empero, desde que proliferaron las obras del gobierno regional en la época de la red de corrupción del ex presidente regional César Álvarez Aguilar, el andamiaje cambia radicalmente.

Fue entonces cuando se infiltraron las mafias de delincuentes en las dirigencias sindicales, cuando se dividieron y aparecieron una serie de gremios paralelos y las disputas ya no solo se daban a punta de palos y piedras, sino que aparecieron las armas de fuego y ello porque se filtraron avezados delincuentes.

La historia ya es conocida por todos, incluso, los obreros de construcción civil fueron utilizados para imponer la violencia política y el crimen alevoso y cobarde de uno de sus principales representantes, como fue Ezequiel Nolasco Campos, tiene mucho que ver con esto.

De allí que la secuela de esa semilla criminal se entronizó y estacionó en el sector construcción civil y por ello no extraña que sigamos siendo testigos de crímenes y atentados entre los operadores de este sector.

La reanudación de obras ha dado lugar al reinicio de las disputas y enfrentamientos entre los gremios de construcción civil y, todo indica, ella ha dado lugar a que se enfrenten nuevamente los dirigentes y delegados a tal extremo que chocan con los intereses de organizaciones criminales que pretenden ganar nuevamente espacio en este rubro.

El asesinato del joven obrero en el A.H. Los Constructores nos demuestra que la mafia sigue presente, que está al acecho de los cupos y que no vacila en eliminar a aquellos que se oponen o quieren poner orden en las obras. Esperemos que su sangre sirva para que de una buena vez se identifique y descubra a estos miserables hampones.