INFORME IPE
El número de infantes con vacunas básicas completas a nivel nacional se redujo en 2020, debido al impacto de la pandemia por COVID-19. Por ejemplo, la cobertura de la vacuna pentavalente se redujo de 95% en 2019 a 88% en 2020. No obstante, la región es la segunda con la mayor cobertura en el país, solo superada por Apurímac (95%) y muy por encima del promedio nacional (72%). En esta línea, se analizará la cobertura de vacunación, así como la importancia de contar con una política de inmunización efectiva en el país.
Inmunización antes de la pandemia
Una manera de medir el nivel de inmunización es la proporción de menores de tres años que recibieron vacunas básicas completas para su edad. En Perú, esta cobertura básica incluye una dosis de tuberculosis, tres de pentavalente –que previene difteria, tétanos, tos convulsiva, hepatitis B e influenza tipo B–, tres dosis contra la poliomielitis y una contra el sarampión.
Según la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (Endes), la tasa de vacunación a nivel nacional ha mostrado dos tendencias. Desde 2011 a 2014 este indicador se redujo de 71.8% a 61.1% para desde entonces crecer sostenidamente hasta llegar a 78.6% en 2019. Por su lado, en Áncash desde 2011 a 2014 la tasa de vacunación ascendió levemente de 74.8% a 76.6%. Desde entonces, ha crecido a un mayor ritmo hasta llegar a 82.3% en 2019. Este último resultado posiciona a la región en el puesto 11 del ranking regional de vacunación publicado en el Índice de Competitividad Regional – INCORE 2020.
Vacunas durante la emergencia sanitaria
Los meses de estricta cuarentena fueron aquellos en donde la cobertura de vacunación en Áncash estuvo muy por debajo de su meta. Así, entre marzo hasta agosto se tuvo una cobertura promedio mensual de 5.6% de una meta de 8.3% mensual. Luego, entre los meses de setiembre a diciembre esa tendencia se revirtió al tener una cobertura de vacunación promedio mensual de 10.0%.
Para Áncash, este panorama es heterogéneo según cada uno de los cuatro tipos de vacunas. Mientras que la cobertura de la vacuna contra la tuberculosis no se redujo con tanta fuerza entre los meses de pandemia, tampoco aumentó en los meses posteriores al estricto confinamiento. Con ello fue la única vacuna que mantuvo su nivel de cobertura, debido a que su aplicación en infantes se realiza al nacer. Por otro lado, la aplicación de vacunas antisarampión, antipoliomielitis y pentavalente se redujo fuertemente en los meses de confinamiento para luego recuperarse notablemente, obteniendo como resultado peores cifras que en 2019.
Valor económico de la inmunización
La inmunización permite evitar los costos asociados a la hospitalización, consultas médicas y medicamentos, y pérdidas de productividad. Según Unicef, por cada dólar invertido en vacunación se generan beneficios por US$44, ganancia que corresponde al ahorro por gastos médicos y la pérdida evitada de productividad. Asimismo, la inmunización está relacionada con un mejor desempeño escolar, ya que los niños con vacunas suelen tener menores tasas de inasistencia y deserción escolar. En el mediano y largo plazo, esto repercute en el desarrollo cognitivo, la productividad y la trayectoria de ingresos futuros.