Editorial

::: DAR LA VIDA POR SERVIR A LOS DEMÁS :::

A treinta años de ocurrido el cruel asesinato de los mártires de Pariacoto Miguel Tomaszek y Sbigniew Strzalkowski y del párroco de Santa Alessandro Dordi, a manos del grupo terrorista Sendero Luminoso, la población de Chimbote acaba de ser sacudida por otro magnicidio similar: la horrenda muerte de la misionera italiana Nadia de Murani perpetrada con extremo salvajismo y ensañamiento la madrugada del pasado jueves 22.

Igual que los tres religiosos, también Nadia de Murani dejó atrás las comodidades de su hogar allá en la lejana Europa, para venir al Perú a formar parte de ese ejército de misioneros que ayudan a combatir el hambre, la pobreza extrema y la falta de justicia social. Ha sido en el cumplimiento de esta generosa causa, más de las veces ingrata y sacrificada, que Nadia de Murani ha encontrado la muerte.

Gracias al auspicio de la operación “Matto Grosso”, la misionera italiana tenía bajo su responsabilidad la conducción de la casa hogar “Mamma Mía” ubicada en el asentamiento humano América del Sur de Nuevo Chimbote. Desde ahí ella se dedicaba  a brindar ayuda social y humanitaria a madres, niñas y familias enteras, la mayoría de las cuales acusan ser víctimas de abuso, violencia y abandono.

Nadia de Murani también tenía bajo su responsabilidad el funcionamiento de seis jardines de la infancia para niños y niñas menores de cinco años, así como el sostenimiento de varios comedores populares en otros asentamientos humanos de esa extensa zona marginal.

Cabe mencionar que la operación “Matto Grosso”, a la que pertenecía Nadia de Murani, fue fundada en 1967 por el reverendo padre Ugo de Censi, recientemente fallecido en Lima y reconocido a nivel internacional por su destacada labor de benefactor y propulsor del desarrollo comunal. La sede de esta institución se encuentra en el distrito de Chacas, provincia de Asunción, en el callejón de Conchucos, desde donde la operación “Matto Grosso” desarrolla una vasta labor de servicio humanitario y promoción social.

Ampliamente conocido es el funcionamiento en Chacas de un taller de artesanía y tallado de madera, cuyos productos gozan de gran demanda a nivel nacional. Las puertas, las bancas y los retablos de la catedral de Chimbote, magníficamente talladas, son obra de los artesanos de Chacas.

Desde que llegó a Nuevo Chimbote, hace ya varios años, y hasta el mismo día de su muerte, la misionera italiana  jamás descuidó la misión que le confió la operación “Matto Grosso”. Todos los días se dedicaba con esmero a brindar atención a las personas que tenía a su cargo, a las que ella consideraba parte de su familia. De hecho, ha dejado un vacío imposible de llenar.

El horrendo crimen sufrido por Nadia de Murani no solamente ha causado indignación y dolor en Chimbote, especialmente en ese gran conjunto humano que dependía de su ayuda. Inevitablemente, el crimen también ha tenido repercusiones en  la comunidad internacional, afectando la imagen del Perú. La labor misionera tiene que ver con muchos valores y virtudes que solo poseen personas como Nadia, que dan la vida por servir a los demás.