Editorial

::: LO QUE CUESTAN LAS LOSAS DEPORTIVAS :::

En este momento la Municipalidad Provincial del Santa tiene bajo su responsabilidad la conducción y mantenimiento de treintaicuatro losas deportivas que se ubican en diversos lugares de la ciudad, cada una de las cuales cuenta con el servicio de tres empleados a dedicación exclusiva, a razón de uno por cada ocho horas, lo que en total representan una planilla mensual de ciento dos servidores.

Si se tienen en cuenta que cada uno de estos servidores percibe en el peor de los casos un sueldo promedio de 1,000 soles mensuales, es decir 15 sueldos al año incluyendo gratificaciones y escolaridad, quiere decir que la Municipalidad Provincial del Santa está destinando en la actualidad más de un millón y medio de soles al año en el mantenimiento de estas treintaicuatro losas deportivas. Ello sin contar el pago de los servicios de agua y energía eléctrica.

De acuerdo con las bases de la participación ciudadana, se ha establecido que cada losa deportiva construida por una municipalidad debe ser administrada por la directiva de la urbanización o asentamiento humano donde ésta se ubica. Y eso es lo que, al menos hasta los últimos años, ha estado ocurriendo en Chimbote con excelentes resultados y la más plena satisfacción de la ciudadanía.

Se entiende que la comunidad está debidamente facultada no solo para recepcionar una losa deportiva sino también para asumir su conducción y mantenimiento vía la iniciativa de autofinanciamiento. Esto, desde luego, no significa que la municipalidad se desentienda por completo de su obligación respecto al servicio a la comunidad, pero también es preciso tener en cuenta que el municipio no tiene por qué encargarse necesariamente de todo. En lo que a participación vecinal se refiere, la comunidad también un rol que cumplir y así ha venido sucediendo a través de las últimas las gestiones municipales.

Llama la atención, entonces, que la actual gestión edil haya optado por asumir íntegramente todo el costo que representa el mantenimiento de estos escenarios deportivos que no generan ningún ingreso a las arcas municipales, dejando de lado por completo la participación activa de la comunidad.

Un recorrido por varios puntos de la ciudad muestran el estado calamitoso en el que se hallan varias losas deportivas que inclusive permanecen cerradas al público sin cumplir los fines para los que fueron construidas. Lo que no significa que las personas que figuran en las planillas del municipio como vigilantes de estos escenarios dejen de recibir puntualmente sus remuneraciones.

Quizás eso explica porqué algunos trabajadores de otras áreas municipales tienen que esperar dos y hasta tres meses para cobrar sus mensualidades.

Las losas deportivas han sido construidas para dinamizar la participación de la comunidad y no para ser una carga.