Editorial

::: OPORTUNISMO POLÍTICO ESTÁ DE PLÁCEMES :::

Con el permiso de nuestros amables lectores, hemos querido iniciar el comentario de hoy utilizando un lenguaje figurado, el mismo que no por eso deja de ser un lenguaje real. Juanito Alimaña, conocido militante del partido político “Arriba Chimbote”, ha decidido participar en las elecciones municipales y regionales del 2022 como candidato a la alcaldía de la Municipalidad Provincial del Santa, pero esta vez quiere hacerlo en representación del movimiento regional “Ancash Todo Cobra”.

Realizadas las consultas del caso, hemos podido llegar a la siguiente conclusión. Si Juanito Alimaña no ha renunciado al partido “Arriba Chimbote” hasta antes del 14 de junio del presente año, simple y llanamente no podría postular ni para alcalde ni para ningún otro cargo en las próximas elecciones. Así lo establece la Ley 28094, Ley de Partidos Políticos, que rige la participación de estas agrupaciones en todo proceso electoral.

En nuestra modesta opinión, cabe hacer alguna reflexión. Los plazos para renunciar a una determinada agrupación política y afiliarse a una nueva, no son solamente de carácter cronológico. Por encima de otras consideraciones, se puede decir que en este mandato legal prevalece el  principio de lealtad y consecuencia que todo militante está en la obligación de mantener con respecto a su respectiva organización política.

Como podemos ver más de los días, no ser consecuente con estas consideraciones genera hechos que desacreditan a nuestra clase política y conducen a un escenario de frivolidad donde todo puede ser posible y que nos llena de vergüenza ajena.

Llama la atención por eso que, en vísperas de concluir su ilegal y ya agónica cuarta legislatura, el Congreso de la República haya aprobado un proyecto de ley que amplía el pazo para que los militantes de un partido político puedan cambiar de camiseta hasta el próximo 3 de octubre. ¿Eso qué significa?. Significa que Juanito Alimaña, el Rey de las Mañas, dispone de tres meses más para renunciar a “Arriba Chimbote” y participar en las próximas elecciones en representación no solo de “Ancash Todo Cobra” sino de cualquier otro partido político que se le antoje.

Esta modificación de la ley electoral, prácticamente tiene nombre propio y se ha hecho pensado en las elecciones regionales y municipales del 2022, que ya están a la vuelta de la esquina. Su propósito es muy claro. No va a beneficiar a los militantes leales, puros y sinceros de ninguna agrupación política en particular. Va a beneficiar directamente a muchos aventureros de nuestra farándula política que han esperado que pase la segunda vuelta para que recién decidan con qué partido se van a embarcar.

Por hechos como éste, Ancash y el Perú están como están. Gracias a estas modificaciones legales de última hora, el pueblo elige a ciegas a sus autoridades. Eso nos ha llevado a elegir alcaldes y gobernadores, oportunistas e improvisados, que han llegado al cargo sin necesidad de ser consecuentes con un ideario ni mucho menos con un plan de gobierno.

Eso significa que en los próximos días vamos a ser espectadores de un partido de fútbol donde los jugadores  van a cambiar de camiseta sin importar si son de primera, segunda o tercera división. Cosas del oportunismo político.