Editorial

::: AL ENCUENTRO DE “EL DORADO” :::

Después de veinticinco largos años de sucesivos anuncios, solemnes promesas y de la incontable colocación de “primeras piedras” que protagonizaron anteriores gestiones municipales, el domingo último el alcalde de Nuevo Chimbote Domingo Caldas Egúsquiza convirtió en realidad el sueño de la carretera asfaltada a la playa El Dorado, una obra  que es parte del plan de trabajo que ofreció a la población neochimbotana durante su campaña electoral.

El asfaltado de la moderna vía de 7 kilómetros de longitud, fue ejecutado con un presupuesto de 7 millones de soles y conforme lo ha expresado el alcalde, esta obra tendrá una vida útil superior a los 35 años. No está demás destacar que, curiosamente, este último dato es algo que otras gestiones ediles prefieren mantener en reserva. ¿Por qué será?

El 1° de enero de  1995, cuando se instaló el primer concejo municipal del recién creado distrito de Nuevo Chimbote, encabezado en aquella ocasión por la alcaldesa Luisa Gadea de Alegre, una de las primeras obras que ofreció ejecutar la burgomaestre fue precisamente  el asfaltado de la carretera a la playa El Dorado. Sin embargo, algo raro debió haber ocurrido, pues el contratista que obtuvo la licitación ni siquiera inició la obra. Por el contrario, a los pocos días presentó un reclamo a la municipalidad supuestamente por incumplimiento de contrato.

A partir de entonces, todos los demás alcaldes que han desfilado por esa comuna, lo único que han hecho es prometer en forma reiterada el asfaltado de la vía, llegando en más de una oportunidad a colocar la consabida primera piedra, con rotura de botella de champán y todo lo demás, para luego olvidarse por completo del asunto. Durante los últimos 25 años, la carretera a El Dorado se mantuvo como una franja de arena movediza, donde todos los vehículos que intentaban transitarla terminaban atascados.

La importancia de esta vía radica en  el impacto que representa para el fortalecimiento de dos actividades de enorme gravitación económica y que tienen como escenario común la playa El  Dorado: la pesca artesanal y el turismo.

Se calcula en alrededor de cien las personas, entre chalaneros, pinteros y buzos, que tienen como fuente de trabajo esta privilegiada zona marítima. Diariamente ellos extraen  especies marinas de gran demanda  en el mercado local, especialmente de parte de restaurantes especializados en potajes preparados a base de pescado. Es de imaginar el martirio que significó para los choferes de servicio público la cobertura del servicio de transporte hacia este lugar. Más de los días los sacrificados hombres de mar no tuvieron otra opción que transportar su carga sobre el hombro, “tirando plancha” hasta la zona de Villa María.

Con respecto al turismo, la situación es exactamente la misma. Sin discusión alguna, tanto El Dorado como Caleta Colorada son dos de las playas más hermosas de la provincia del Santa y por consiguiente las más concurridas, particularmente entre los meses de diciembre y abril de cada año. La afluencia es masiva. Pero igual que los pescadores,  los veraneantes también tenían que realizar el recorrido más de las veces a pie, exponiéndose a toda clase de penurias y peligros. Todo eso es ahora cosa del pasado.

El asfaltado de la vía, repetimos, va a tener un impacto determinante en el desarrollo de estas dos actividades. En ambos casos se juega a ganador.  Pero al mismo tiempo este impacto va a generar la necesidad de implementar dentro de los próximos meses una serie de servicios complementarios y conexos. Nos estamos refiriendo a la instalación de restaurantes, una línea de transporte masivo, lugares para el deporte y el entretenimiento, juegos infantiles  y ¿por qué no? servicios de alojamiento. Se entiende que será la inversión privada la que se encargue de dicha implementación, pero para que eso sea factible es indispensable desde ya el rol promotor de la comuna distrital.

La temporada de verano está prácticamente  a la vuelta de la esquina y todo indica que, habiéndose  superado en gran parte la emergencia sanitaria, la afluencia de bañistas que acuda al encuentro de la playa El Dorado será considerable. Bien por el desarrollo turístico de Chimbote y Nuevo Chimbote.