Opinión

EL IMPACTO POLÍTICO EN LA ECONOMÍA

Por: Lic. Adm. Sandra Verónica Mera Chamorro (*)

Hablar de política peruana, sin duda, es hablar de crisis política, nos lleva a recordar el comportamiento corrupto de los ex presidentes, la poca transparencia, los enfrentamientos entre poderes del estado. Esto ha generado una política sin lealtad, con ausencia de comunicación y concertación entre el ejecutivo, legislativo y la sociedad es por ello las crisis políticas a lo largo de los últimos años han traído como consecuencia impactos negativos en la sociedad y en nuestra economía.

Somos testigos de cómo hemos llegado a la actual crisis política económica, que se agudizó durante el último periodo presidencial que empezó con Pedro Pablo Kuczynski y terminó con Francisco Sagasti. Todo ello ocasionando que la mayoría de los ciudadanos pierdan la confianza en las instituciones, pero lo más grave es que se normalizó el hecho de cerrar el congreso, de vacar presidentes y de realizar marchas violentas, sin medir las consecuencias que afectan negativamente a nuestra economía y a nuestra débil institucionalidad.

En medio de toda esta crisis se produce las elecciones para el bicentenario, con una población muy afectada por la pandemia, que no cree en las instituciones ni en los políticos, es por ello que toma notoriedad el partido Perú Libre, cuyos representantes políticos con un discurso radical y en la imagen de un profesor rural logran ganar las elecciones, pero con una desaprobación muy grande, pues el presidente del partido Vladimir Cerrón con sentencia por corrupción, que mantiene y difunde un pensamiento marxista-leninista.

Llegamos al bicentenario, con un presidente aceptado por la mitad de la población pero que después del nombramiento de su gabinete ministerial pierde legitimidad, pierde aliados al querer plantear una Asamblea Constituyente y al mostrar poco respeto por la historia del Perú al nombrar como ministros a exmiembros del Movadef. En todo este ambiente de inestabilidad política se suma el nombramiento del primer ministro al parlamentario Guillermo Bellido que constituye una irresponsabilidad y poca visión para la gobernabilidad, para construir consensos y unidad.

Actualmente, uno de los problemas más grande es el financiamiento para cumplir con el gasto público planteado por el presidente Castillo en su juramentación el 28 de Julio, el cual se debería lograr por la vía de endeudamiento, debido al bajo nivel de recaudación del país.

Sin embargo, este financiamiento por endeudamiento se está encareciendo, pues las primeras acciones del presidente Castillo ha tenido un impacto negativo en los inversionistas que trajo como consecuencia una mayor oferta de bonos gubernamentales especialmente la de 10 años, reduciendo fuertemente sus precios y elevando drásticamente su tasa de interés, llegando a 6.45% el pasado 30 de Julio con un crecimiento muy alto de casi un punto porcentual si lo comparamos con el 5.47% que tuvo el 27 de Julio, un día antes de la juramentación. Entonces bajo esta circunstancia el país tendría que pagar mayores tasas para obtener los recursos suficientes y cumplir con el gasto público.

El impacto que ha generado los primeros errores de Castillo, no solo afecta al costo de financiamiento, también se traduce en un aumento del riesgo país, que provoca un incremento del costo de líneas de crédito del exterior que toman las entidades financieras, se traduce en tasas de interés más altas para los préstamos a personas y empresas. En este ambiente de incertidumbre los bancos y cajas municipales serán muy cuidadosos para decidir a quién otorga el préstamo, provocando una posible paralización de la actividad económica.

Otro impacto negativo que también ha traído es el alza del dólar a niveles máximos históricos de S/ 4.09 dado que ahora los inversionistas optan por tener cash en moneda extranjera e instrumentos que cotizan en mercado de Estados Unidos para así refugiarse ante tanta volatilidad política, provocando que haya pocos dólares en circulación en el mercado peruano, lo que se traduce en una subida del tipo de cambio. Este panorama de incertidumbre que parece no tener una pronta solución, es difícil prever a corto plazo una corrección del tipo de cambio, ocasionando incrementos de la inflación durante los próximos meses.

Habiendo analizado las consecuencias inmediatas en la economía como producto de acciones nada acertadas y de discursos que transmiten preocupación como la intención de hacer una asamblea constituyente, es necesario pensar que puede pasar con nuestra economía si esta crisis política continua. El principal impacto se vería por el lado del deterioro de la calificación del país que actualmente tiene una calificación de A3, pero con perspectiva negativa. Ahora si la situación no mejora entonces nuestra calificación podría deteriorarse haciendo un downrate, bajando a la categoría Bbba1 o inferior. Pero ¿En qué nos afectaría este posible deterioro de la calificación? La respuesta es de reconocimiento de que las condiciones en nuestro país son más adversas y por lo tanto aumentaría la probabilidad de incumplimiento de obligaciones. Además, un deterioro en la calificación del país también se refleja en un deterioro en la calificación de las empresas peruanas, pues al bajar la calificación del país, las empresas cuando quieran endeudarse del exterior, tendrán que pagar tasas más altas por los préstamos haciendo que los tipos de interés dentro del mercado peruano también se eleven.

Es por ello la gran importancia que el gobierno y las instituciones de nuestro país muestren señales de consenso, de apertura y que reflejen tranquilidad al mercado peruano y extranjero. Es allí el presidente Castillo, tiene la responsabilidad de ser el primero en mostrar acciones que den estabilidad. En ese sentido el presidente tiene que entender que, si no corrige sus errores de los primeros días el país va seguir en un ciclo de incertidumbre, que traerá paralización de la economía y bajo crecimiento del país.

Otro aspecto muy importante es respetar la autonomía de las instituciones, y dentro de las más importantes se encuentra el BCRP; institución con más prestigio del Perú y reconocimiento mundial como uno de los Bancos Centrales más sólidos de Latinoamérica. Se necesita aún más que en este periodo de crisis política el BCRP pueda cumplir su finalidad de preservar la estabilidad monetaria del país, sin intervención del gobierno ni tratar de cambiar las reglas que rigen su autonomía.

Finalmente, el ministro de Economía y Finanzas tiene un gran reto y responsabilidad de ser la persona en mostrar apertura y tener una comunicación muy efectiva con el sector privado, para generar confianza en las expectativas de un manejo responsable de la macroeconomía del país.

Las señales para salir de esta crisis política económica que debe dar el presidente y los representantes del gobierno están claras, solo el tiempo lo dirá si se llega a un consenso y unidad para trabajar en las necesidades del país.

(*) Estudiante de Maestria en Administración de Empresas – Universidad César Vallejo.