Editorial

UNA COSA ES DESARROLLO URBANO Y OTRA COSA ES DESARROLLO REGIONAL

No perdamos la visión:

En el marco de una emotiva ceremonia realizada hace dos días, el gobernador regional Henry Borja Cruzado y el alcalde de Nuevo Chimbote Domingo Caldas Egúsquiza, suscribieron un convenio mediante el cual el gobierno regional de Ancash ejecutará a partir del próximo mes de diciembre la obra de pistas y veredas de la II Etapa de la urbanización Casuarinas.

Un día después, en este medio de comunicación  se informó que el presupuesto general de la república  para el año fiscal 2022 incluye una partida de 2,300 millones de soles para la creación de un fondo de inversiones cuyo manejo estará a cargo de los gobiernos regionales, entre ellos el de Ancash.

Como lo dijo entre lágrimas el dirigente de la urbanización Casuarinas, la obra de pistas y veredas que se ejecutará con un presupuesto de 18 millones de soles es algo que los vecinos han esperado por casi treinta años. Por lo tanto, nadie podrá negar el impacto que tendrá esta obra  en el desarrollo urbano y en el mejoramiento de la calidad de vida de ese tradicional sector de Nuevo Chimbote.

Por su parte, el Fondo de Inversiones que a partir del próximo año van a manejar los gobiernos regionales es de suponer que estará orientado a la ejecución de proyectos que, como su nombre lo indica, apunten al desarrollo no precisamente urbano y local sino regional. Por lo que urge que, tanto el gobierno regional como los gobiernos locales, recuperen la visión frente a sus respectivos objetivos.

Estamos viendo que en los últimos veinte años el gobierno regional de Ancash se ha dedicado prácticamente a tiempo completo a competir con las municipalidades provinciales y distritales en la ejecución de obras no precisamente de desarrollo regional sino local. Mismo municipio regional. En medio de esta competencia, únicamente se puede percibir afán de protagonismo de uno y otro lado y por supuesto una perjudicial duplicidad de esfuerzos.  Una cosa es desarrollo urbano y otra, totalmente distinta, es desarrollo regional.

En razón de ello y en vísperas de ingresar a su último año de gestión, estamos viendo que el gobierno  regional de Ancash se ha olvidado por completo no solamente de la ejecución de Chinecas y la modernización del terminal portuario, sino también de sanear el terreno para la construcción del nuevo Hospital La Caleta.

Conforme lo consagra su ley de creación, el objetivo de los gobiernos regionales debe estar enfocado en lograr el desarrollo real y sostenido de sus respectivas jurisdicciones. Lo que no necesariamente significa estirar la mano al gobierno central cada vez que se requiere de una inversión para ejecutar un proyecto.

El desarrollo regional implica, entre otras prerrogativas, crear las condiciones para establecer alianzas estratégicas, incluso con la inversión extranjera. Esa capacidad de gestión ya la hemos tenido en Ancash hace 80 años  cuando  la Corporación Peruana del Santa hizo posible la terminación del ferrocarril Chimbote- Huallanca, así como la construcción de la central hidroeléctrica del Cañón del Pato y la planta de acero Sogesa, hoy Siderperú. ¿Tan difícil es aprovechar las lecciones del pasado?. ¿O es mucho pedir?