Por: Ricardo Sevillano Valderrama (*)
Sociopatía…. Vete!
Corrupto… ¡Lárgate!
Coraje… ¿Dónde estás?
Queridos amigos:
La sociopatía es un trastorno de la personalidad donde se pierde la noción de la importancia de las normas sociales, como leyes y los derechos universales, así lo sostiene la Dra. Carmen Gonzáles.
Los sociópatas escapan de las normas: no saben o no pueden adaptarse a ellas. Actúan por impulso para alcanzar lo que desean. No les importa los métodos.
Carecen de empatía (*) y remordimiento (*)
A los sociópatas resulta imposible detectarlos antes que sus fechorías sean descubiertas. Porque además, extremadamente, tienen la apariencia de ser muy correctos, jamás titubean y encuentran justificación a todo aquello que se les cuestiona.
Es sociopatía intoxicante para las nuevas generaciones de peruanos, que ya no sólo se llevan el dinero público sino que, ahora, se está generalizando, con una salida “inteligente” para los corruptos: desaparecer pruebas del delito.
Tenemos que no dejarnos contagiar de sociopatía cuando decimos: “Todos roban, la cuestión es que por lo menos hagan OBRA”, nos convertiría en cómplices de muchos de los que han ostentado y ostentan el poder. Tenemos que sacar ¡CORAJE! para rechazarla y denunciarla. ¡FUERA CORRUPTOS!
La sociopatía va creciendo con estos malos ejemplos que vemos a diario en algunos ex ministros, congresistas, presidentes regionales, consejeros regionales, alcaldes, concejales, vocales, jueces, fiscales, policías, empresarios, religiosos, profesionales y otros.
El número de peruanos que salen de las normas y actúan impulsivamente para alcanzar dinero o poder crece día a día; por ejemplo:
• En el sector Construcción: existen dos clases de sociópatas: los antisociales usan la violencia para exigir cupos en las obras privadas, y los que usan la astucia para inflar presupuestos de las obras públicas, sacando una tajada a través de constructores “amigas” (el famoso 10% o 20%)
La delincuencia tiene relación con la pobreza y la desesperanza, pero también es realidad de los modelos de comportamiento de quienes ostentan el poder: influyen hondamente en la población.
A diario nuestros gobernantes dicen con sus actos que hay que coimear, mentir, echar la culpa a otros, defender no la ley sino al amigo o miembro de partido o de la componenda y nos llevaría aplicar el refrán: “si mi amo se va a los toros, todos vamos”, y se ha convertido en: ¿si ellos roban, yo también pues, todo vale?.
El Dr. Martín Nizama, de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos sostiene que “La corrupción es un grave trastorno espiritual que consiste en la corrosión ética y mora: personal, grupal y social, con la consecuente perversión del pensamiento, la conducta y la sensualidad. Su propósito es el beneficio personal y/o grupal en desmedro del interés social. Es cebada por el egoísmo, la codicia, mezquindad, estulticia y el cinismo; sin conciencia del daño que se ocasiona al prójimo ni de las secuelas que se causan a la sociedad o la nación”.
El corrupto corta la línea de la evolución de la humanidad. Es retroceso, volverse animal de presa para extraer dinero o información como sea con tal de obtener beneficios. Quedarse en silencio es otorgarle permiso. Desentrañar, y no aceptar jamás lo que está detrás del discurso farsante, manipulativo y seductor es obligación de todos… para no ser cómplices… sacar ¡CORAJE (*) para denunciar a los corruptos.
(Fuente de Apoyo: “Con franqueza”, de la Dra. Carmen Gonzáles.)
Queridos Amigos:
• El rol que nos ha tocado (la Fiscalía) es investigar los hechos de corrupción y violación de los derechos humanos, y creo que, lo hemos hecho de una manera técnica y profesional. Esperamos que eso no se repita y que el Estado no vuelva a ser copado por organizaciones que tanto daño hicieron a la sociedad y al Perú entero… estamos advertidos.
Dra. Gladys Echaíz (Fiscal de la Nación)
• La administración de justicia, la ética y la moral no son exclusivos de abogados y magistrados, sino corresponde al conjunto de la sociedad. R.S.V.
• Delitos que cometen funcionarios públicos corruptos.
o COLUSIÓN: Confabulación para engañar a alguien. Es un acuerdo secreto y engañoso que realizan dos o más personas con fin de perjudicar a un tercero.
o CONCUSIÓN: Delito contra los deberes de función y los deberes profesionales. El autor de este delito, el funcionario público que en abuso de su cargo y con fines de lucro, consigue por el empleo de constreñimiento o inducción que una persona le entregue o entregue a un tercero vinculado con el funcionario, dinero u otra utilidad de orden material o moral.
o PECULADO: Delito que consiste en el hurto (robo) de caudales del erario público, hecho por quien lo administra.
Setiembre, 2021
(*) Promotor de Inversiones e Inmuebles