Editorial

A PUNTO DE DEVOLVER EL 70% DEL PRESUPUESTO DE INVERSIÓN

Chimbote sigue de malas:

Triste y desalentadora noticia. Según un último reporte del Ministerio de Economía y Finanzas el mismo que hemos publicado en nuestra edición de ayer,  de los nueve distritos que conforman la provincia del Santa, el distrito de Chimbote, la capital provincial, se ubica en el último lugar en lo que se refiere a ejecución presupuestal de proyectos de inversión pública, vale decir al rubro destinado para la implementación obras y servicios de desarrollo local.

Mientras el distrito de Macate encabeza este record  con un envidiable 63.5%, Chimbote, cuya gestión depende directamente de la municipalidad provincial del Santa, registra un humillante 18.3%. Esta diferencia abismal nos habla de una gestión municipal que, aunque duela tener que afirmarlo, no es ni buena ni mala, sino lamentable.

Cuando ya nos encontramos en el noveno mes del año, faltando apenas tres meses para el cierre del actual ejercicio fiscal, todas las proyecciones indican que al 31 de diciembre Chimbote podría alcanzar a duras penas no más del 30%. Lo que significa que el 70 por ciento del presupuesto  destinado para la ejecución de obras a favor de nuestra localidad, corre el riesgo  de revertir al estado. La ley de presupuesto público es así de rigurosa. Por lo demás, los números no mienten y la medición de eficiencia en cuanto a gestión municipal, tampoco. Así de claro.

Hasta donde la memoria nos lo permite, estamos en condiciones de afirmar que  nunca antes el distrito de Chimbote ha descendido a un nivel de gestión municipal tan bajo como el de ahora. Lo ideal sería que más bien falte dinero para ejecutar obras y no que sobre. Por las condiciones en las que nos encontramos, Chimbote no está para darse el lujo de devolver al estado ningún  presupuesto formalmente asignado.  Al contrario, debería cumplir con ejecutarlo a cabalidad este valioso recurso para que el próximo año tenga fundado derecho a un mayor presupuesto. Asimismo, como capital de la provincia del Santa debería liderar este tipo de gestión y no mantenerse a la zaga.

Frente a este panorama tan contradictorio como injustificable, la gran pregunta que todo Chimbote se hace es la siguiente:  ¿si el dinero que nos asigna el estado para la ejecución de obras y servicios está ahí, disponible para ser transferido en cualquier momento, por qué no se utiliza?. La respuesta la tienen los técnicos y profesionales que conocen de gestión pública al derecho y al revés.

Se habla de dos razones por las cuales se produce esta situación.  Primero, para que  el expediente técnico de una obra justifique la transferencia presupuestal, tiene que estar, como su nombre lo indica, técnica y legalmente bien sustentado. Debe igualmente responder a una prioridad que justifique el costo de la obra con relación a las necesidades de la población  beneficiada y en determinadas ocasiones tener en consideración la connotación histórica.

De no ser así, el expediente técnico está condenado a rebotar. Nadie en el MEF está dispuesto a poner las manos al fuego autorizando una  transferencia de dudoso objetivo. En otras palabras, mal haría el estado en autorizar la ejecución de una obra que no va a beneficiar a la población, salvo a las autoridades de turno. Con todo lo que se ha visto en los últimos años, el país ya no está para seguir malversando dinero a manos llenas en nombre del pueblo.

Otra de las razones que tienen que ver con esta deficiente gestión municipal se debe a que los funcionarios encargados de elaborar y sustentar los expediten técnicos no son precisamente los más idóneos e indicados. La mayoría de ellos  no han llegado a la municipalidad gracias a su capacidad profesional y calificaciones, ni mucho menos porque conozcan algo de gestión pública. No. Están ahi por amiguismo e intercambio de favores. Nada más.

Por lo demás, algunas obras que la comuna provincial ha ejecutado en los últimos meses se han visto empañadas por una serie de irregularidades que la Contraloría General de  República ha detectado y denunciado oportunamente.  Lo que sin duda ha despertado recelos y suspicacias que posiblemente están conspirando contra la propia gestión edil. Sin embargo, quien está pagando los platos rotos es Chimbote. Qué lástima.