Editorial

::: CHINECAS, EL DESALOJO SIGUE ADELANTE :::

El hecho que los abogados del Proyecto Especial  Chinecas hayan desistido en su demanda de desalojo entablada contra la empresa inmobiliaria Asia del Norte, la misma que ha ocupado ilegalmente una parcela de 100 hectáreas de propiedad del proyecto, no significa bajo ningún concepto que se haya dado por aceptado este hecho ilegal. Por razones de índole estrictamente jurisdiccional y procesal,  a quien le corresponde hacer la demanda no es al proyecto Chinecas sino a la Procuraduría del Gobierno Regional de Ancash, como ha sucedido, por ejemplo, con el desalojo realizado hace pocos días en la zona  del balneario de Tortugas.

Esta oportuna aclaración, brindada por personal autorizado de la referida dependencia regional, ha servido no solo para despejar algunas dudas y temores infundados sino también para saber que el desalojo de los invasores de Chinecas sigue adelante y no fue flor de un día.

Cabe precisar sin embargo que la única duda que prevalece es la siguiente: si los abogados de Chinecas sabían desde un primer momento que estaban impedidos de formular la demanda ¿por qué lo hicieron?. ¿No hubiera sido mejor esperar  que lo haga la Procuraduría regional, evitando así el bochorno del desistimiento y la pérdida de un tiempo valioso?.

Como es de amplio dominio público, la empresa inmobiliaria Asia del Norte viene ofertando la venta de lotes de vivienda en la referida, la misma que se halla en la zona de Pampa  la Carbonera, junto a la carretera Panamericana. Para ello se ampara en un contrato de compra venta que ha realizado con la Comunidad de Indígena de Chimbote y Coishco, el mismo que ha sido elevado a escritura pública y registrado por la Oficina de Registros Públicos.

En el hipotético caso que esta operación sea válida, se tiene que tener en cuenta que las tierras de propiedad del proyecto Chinecas tienen la condición legal de intangibles y la única manera de acceder a ellas es través de un proceso de subasta pública. De igual modo, también se sabe que la ley de comunidades indígenas consagra textualmente que las tierras adjudicadas a estas entidades ancestrales  le pertenecen a todos los miembros de la comunidad y  por ningún motivo  pueden ser objeto de venta ni de otra transacción comercial. A propósito ¿a dónde ha ido a parar el dinero que ha pagado la empresa Asia del Norte?

Por lo demás, dar por oleada y sacramentada esta ilegal operación significaría sentar un ilegal precedente del que podrían valerse otros invasores de Chinecas para apropiarse definitivamente de sus tierras.  Pues no en vano, se calcula en alrededor de 5 mil el número de hectáreas del proyecto que eventualmente podrían correr esta suerte.

Este insólito hecho, hipotético desde luego, no deja de causar inquietud toda vez que la Comunidad de Indígenas de Chimbote y Cosihco, cuya subsistencia no está debidamente aclarada, reclama ser la propietaria prácticamente de todo Chimbote, incluyendo el Vivero Forestal y el Cerro de la Juventud. Para no creerlo. No olvidemos que eso mismo sucedió cuando sus dirigentes quisieron sacar a la venta el terreno del Country Club de Buenos Aires.

En ese sentido, la labor que cumpla la Procuraduría del Gobierno Regional de Ancash en el caso específico de la empresa Asia del Norte, será de determinante para poner punto final a la invasión de las tierras de Chinecas y devolver la tranquilidad de saber que las leyes se han promulgado para respetarlas y no para burlarse de ellas.