La obra ni siquiera ha comenzado, ni tampoco se encuentra en proceso de licitación, pero ya ha sido objeto de serias y fundadas observaciones. En una acción de control realizada por la Contraloría General de República se ha establecido que el expediente técnico de la obra Av. Costanera elaborado por la Municipalidad Provincial del Santa, adolece de una serie de incongruencias las mismas que representan un riesgo inminente para la calidad y durabilidad de la obra. La criatura no nace pero ya le han diagnosticado más de un mal congénito.
Entre las observaciones más saltantes que ha encontrado el órgano de control destaca la incompatibilidad que existe entre los planos y diseños de la obra ya existente conocida como enrocado, con el movimiento de tierra y los niveles de la marea que, en caso de no subsanarse, podría afectar la pavimentación de la futura avenida Costanera y dar lugar al incremento del presupuesto.
Otra de las advertencias se refiere al diseño estructural de los ambientes de servicios higiénicos que no coincide con el plano original de arquitectura y que, de ser construidos tal como lo propone el expediente técnico, quedarían expuestos a sufrir serios daños en caso de sismos.
Por otro lado, el espesor de la capa asfáltica de la proyectada ciclovía, está muy debajo de lo que establecen las normas técnicas vigentes, deficiencia que con toda seguridad podría reducir significativamente la vida útil de dicha obra.
Se sabe hasta la saciedad que el talón de Aquiles de la gran mayoría de obras públicas es el expediente técnico. Y ese es precisamente el caso de la avenida Costanera. Un expediente mal hecho equivale a gastar pólvora en gallinazo y la Contraloría General de la República ya no está para dejar pasar ni hacerse de la vista gorda ante cosas como éstas. Es mejor prevenir que lamentar.
Llama la atención en tal sentido que la Municipalidad Provincial del Santa, que conoce de estos avatares y que hace rato está en la mira de la Contraloría, insista en presentar expedientes técnicos defectuosos y mal elaborados. Además de la pérdida de tiempo, dinero y credibilidad, eso pone al desnudo una falta de capacidad perniciosa e imperdonable.
En opinión de expertos en urbanismo, una vía tan costosa como la Costanera no puede ser concebida con tanta ligereza. Estas vías están diseñadas para unir puntos de alta concentración poblacional y servicios urbanos, que respondan positivamente a criterios de conectividad y justifiquen el costo-beneficio. Una obra de poco más de un kilómetro de largo, valorizada en 19 millones de soles, no puede ser motivo de tantas observaciones a priori.
Si lo que se ha decidido es construir la avenida Costanera por etapas, los expertos señalan que se ha debido empezar por el tramo que comienza en la plaza 28 de Julio y no por el que une el jirón San Martín con la avenida Brea y Pariñas. La primera opción hubiera permitido no solo descongestionar el centro urbano de la ciudad sino también brindar un sano esparcimiento sin tener que desplazarse tan lejos.
Acudiendo a nuestro archivo periodístico, hemos podido recordar que la Costanera no es una simple pista ni una vereda más. Es un proyecto de gran magnitud, tanto vial como urbanístico y turístico, concebido para que recorra toda el litoral de la provincia del Santa, desde la margen izquierda del río Santa hasta el límite con la provincia de Casma.
Así lo dio a conocer el DIARIO DE CHIMBOTE en un reportaje titulado “Chimbote, una ciudad que vive de espaldas al mar” publicado en la edición especial del 6 de octubre de 1990 con motivo de su cuarto aniversario. El reportaje se basa en una entrevista exclusiva al arquitecto Marcos Benites Guevara, gestor del proyecto de La Costanera, en ese entonces alcalde encargado de la comuna provincial.
En ocasiones como está, nunca está demás acudir al pasado para recordar cómo acaban las cosas que mal comienzan.