El ataque que ha sufrido una indefensa niña de diez años por parte de un enfurecido perro de raza rodweiller, ya no es un hecho aislado ni casual sino cada vez más frecuente. Actualmente el ataque de perros de razas consideradas altamente peligrosas han superado en número y ferocidad a los que protagonizan los perros callejeros, a tal punto que ya desde hace mucho tiempo se han convertido en un serio problema de seguridad ciudadana. En cualquier hora y en cualquier lugar son un peligro latente para la integridad física de cualquier vecino o transeúnte.
De acuerdo con las normas legales que rigen para estos casos, toda responsabilidad recae directamente en los propietarios de estos animales. Ya sea por advertencia de los veterinarios o por todo lo que difunden los canales de televisión y redes sociales, los canes de raza peligrosa llevan en sus genes el instinto de la agresividad, tanto así que incluso llegan al extremo de atacar a sus mismos propietarios.
En ese sentido hay que insistir en el uso de correas y bozales para cuando las mascotas salen a la calle y de ninguna manera soltarlos a su libre albedrío. Más de los días se ven a estos animales recorrer libremente parques y lugares de esparcimiento donde los niños disfrutan de un paseo en bicicleta o patines.
Para tranquilidad de todos, es hora de hacer todo lo posible para evitar que el mejor amigo del hombre se convierta en el peor enemigo de nuestra sociedad.