Editorial

MUCHOS NO QUIEREN QUE SE VAYA EL FANTASMA

Puede ser  que parezca irónico y hasta inimaginable, pero la noticia es pan de cada día. Después de haber registrado hace apenas tres semanas el moderado record  de 155 casos positivos de covid 19, esta semana la región Ancash ha sorprendido a propios y extraños al haber acumulado 394 casos de contagio, cifra que representa un preocupante incremento del 154%, casi el doble.

Aún así, hace dos días, personal de la Policía Nacional y de Seguridad Ciudadana sorprendieron a 150 personas que se hallaban bailando y consumiendo bebidas alcohólicas en un ambiente cerrado ubicado en el malecón Grau de Chimbote. Entusiasmadas hasta  más no poder con el fondo musical de una orquesta, para estas personas el  riesgo de lo que significa retornar a sus hogares llevando consigo el fantasma de la pandemia, es lo que menos interesa.

Más  allá del peligro latente de ser contagiados y poder contagiar con el virus del covid a sus seres queridos, parece que a estas personas no les interesa el dolor y sufrimiento que pueden ocasionar para toda una vida. Lo más importante para ellas es un momento de diversión y nada más.

Ya se van a cumplir dos años desde que el mundo entero viene soportando diariamente los azotes de este cruel fantasma, razón por la que  no deja de causar estupor que todavía quede gente irresponsable, y lamentablemente muy numerosa, que a pesar de todo lo que viene sucediendo a su alrededor no toma plena conciencia de lo que esta amenaza representa para toda la humanidad.

Varios países del viejo continente, donde la pandemia ha recrudecido con nuevas variantes y renovada agresividad, se han visto obligados a adoptar nuevamente medidas restrictivas  para evitar su propagación. Hecho que eventualmente, y sobre todo ante el repunte del número de contagios, no se descarta que también pueda producirse en el Perú. No hacerlo podría significar que todo lo avanzado hasta este momento, caiga por los suelos.

En todo caso, tal eventualidad podría descartarse si se vuelven a tomar con la severidad inicial algunas de las medidas restrictivas que se adoptaron  cuando la pandemia alcanzó su pico más alto y letal. Nos referimos a operativos de control ya no para reprimir y sancionar la realización de eventos de concentración masiva sino para evitar que éstos puedan realizarse de manera indiscriminada, como en efecto viene sucediendo. Cuando el gato se relaja, los ratones hacen fiesta.

Algo que también debería retomarse en este sentido es la difusión de mensajes respecto a las prohibiciones y recomendaciones, tanto en el  campo sanitario como protocolar. ¿Quién dice que la pandemia ya está vencida?. El peligro aún no ha pasado. El peligro aún está latente.

Por mucho que el proceso de vacunación esté dando los resultados esperados, todo indica que todavía falta mucho camino por recorrer. Estamos ante un mal desconocido, cuya sanación también es desconocida.

Si  la pandemia del covid 19 amenaza con recrudecer en Ancash, no es porque el fantasma no quiera irse. Lo que sucede es que la gente está haciendo todo lo posible para que el fantasma no se vaya.