I.E. Belaunde:
La experiencia por la que ha pasado la institución educativa “Víctor Andrés Belaunde” es sin lugar a dudas la lección más ilustrativa de un drama que afecta por igual a numerosos planteles no solo de Chimbote sino también de toda la región de Ancash, hecho que solo podría tener como punto de comparación el caso de la mitológica ave Fénix, que renace de sus cenizas.
El antiguo local del plantel fue demolido por el gobierno regional de Ancash a comienzos del año 2012 durante la gestión de César Álvarez Aguilar, con la firme promesa de construir en menos de un año un nuevo y moderno edificio. Sin embargo, éste recién ha quedado concluido el pasado mes de octubre, después de diez largos años de exasperante e injustificada tardanza.
Aún cuando, fiel a su estilo, las autoridades regionales jamás brindaron una explicación coherente ante semejante despropósito, ahora se sabe que, cuando la obra fue adjudicada, la partida presupuestal aún se encontraba en trámite. Eso quiere decir que el proceso de adjudicación fue irregular, lo que explica porqué en ese momento se tuvo que “transferir” fondos de otra partida para pagar el adelanto que se ofreció al contratista.
Como no podía ser de otra manera, ante la falta de un presupuesto con nombre propio la construcción del nuevo local no tardó en quedar paralizada a tan solo unas semanas de su inicio. Hecho que al parecer no causó la menor preocupación al gobierno regional no obstante el calamitoso espectáculo que ofrecía la obra abandonada en pleno corazón de Chimbote.
Lo que vino a continuación ya es historia conocida. Hasta en tres oportunidades, los gobernadores que sucedieron a Álvarez han colocado otras tantas “primeras piedras” sin que la construcción se reinicie. El problema de la partida presupuestal seguía siendo determinante.
De 1,400 alumnos que tuvo hace diez años en los niveles de primaria y secundaria, la población escolar de este emblemático plantel se ha reducido actualmente a tan solo 350 estudiantes. Durante diez años, alumnos y profesores tuvieron que soportar las incomodidades de permanecer encargados en el local de otra institución educativa.
Atendiendo la queja de los padres de familia, en cierta oportunidad el Diario de Chimbote dio cuenta de esta lastimosa situación. En su condición de encargados, alumnos y profesores tenían que utilizar como “aulas” dos contenedores colocados en el patio y otros ambientes improvisados de madera y calamina. Hecho que hace imposible hablar de calidad educativa. Diez promociones consecutivas no han tenido la satisfacción de estudiar y despedirse en su propia casa, sino en casa ajena.
Cuando falta exactamente un mes para el inicio de un nuevo año escolar, el viernes de la semana pasada el director del plantel, Prof. Ricardo Falla Enríquez, recibió de manos de la UGEL-Santa un primer lote del mobiliario escolar que van a utilizar los alumnos, ahora sí, en su nuevo y moderno local.
Una nueva historia comienza para este emblemático plantel cuya experiencia es ahora una gran lección; una lección que no debe repetirse jamás. Pues como en el caso del colegio Víctor Andrés Belaunde, existen en todo Ancash otras instituciones educativas que todavía atraviesan por la misma situación. Del gobierno regional depende que estos colegios renazcan de sus escombros.