Opinión

PERSPECTIVAS DE LA INVERSIÓN PRIVADA PARA 2022 (*)

La inversión es un componente importante del PBI peruano. De acuerdo con cifras del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP), esta representa alrededor de un cuarto del PBI en cada año de la presente década, por lo que se trata del segundo componente más importante después del consumo privado.

La inversión privada dinamiza la economía, pues su mayor flujo aumenta los niveles de empleo e impulsa el consumo; por ende, su comportamiento tiene impacto en el crecimiento económico y el bienestar social.

En particular, la inversión privada representa casi el 80% de la inversión bruta fija desde hace 10 años, según cifras del BCRP. Sin embargo, debido a la pandemia, esta retrocedió un 13.4% en 2020 con respecto a 2019, aunque se espera que este resultado se revierta en los años posteriores gracias a la recuperación económica.

De acuerdo con el reporte de inflación del BCRP, la inversión privada en el periodo enero-setiembre de 2021 se incrementó un 54.9% con respecto al mismo periodo del año previo y un 14.3% con relación al mismo periodo de 2019. No obstante, las perspectivas sobre la inversión privada en el Perú no son muy positivas para el presente año.

Según el BCRP, se espera un crecimiento nulo en la inversión privada en 2022. El BBVA Research estima una caída del 9.7% para este año. El Bank of America tiene una perspectiva un poco más positiva. Alexander Müller, economista jefe de la Región Andina, Centro América y Caribe de esa institución, señaló que la inversión privada en nuestro país crecería un 1% en el presente año.

Existen indicadores vinculados con la inversión privada, tales como la importación de bienes de capital, el consumo de cemento y las expectativas empresariales. Estos permiten, en cierta medida, estimar el rumbo que tomará la inversión privada, pues tienen una tendencia muy similar a dicha variable.

Desde el último trimestre de 2021, las importaciones de bienes de capital y el consumo de cemento han perdido dinamismo. Además, el índice de expectativas empresariales de la economía a tres meses aún se sitúa por debajo de los 50 puntos.

Existen tanto factores positivos como retos que enfrenta la inversión privada. Es importante realizar una evaluación completa de ellos para brindar una perspectiva acertada acerca del desenvolvimiento de dicha variable.

El mayor dinamismo del consumo favorece el panorama para la inversión privada. Sabemos que, con la reactivación económica y el levantamiento de restricciones para contrarrestar la pandemia, el consumo se ha ido recuperando, incrementándose en el periodo enero-setiembre 2021 en un 14% con respecto al mismo periodo de 2020 y en un 0.1% con relación a 2019. Este incremento implica un aumento en la demanda interna y, por ende, genera incentivos para que las empresas incrementen su oferta al invertir o que, inclusive, haya interés por crear nuevas empresas.

En otra instancia, el acceso al crédito por parte de empresas ha mantenido una tendencia creciente, si se compara todos los meses de 2021 y 2020, por lo que estas contarían con una mayor capacidad para invertir. De octubre de 2020 a octubre de 2021, el acceso al crédito por parte de empresas se expandió un 3.5%.

En cuanto a los factores que obstaculizan la inversión privada, se encuentra el entorno político que no genera un ambiente propicio ni confianza para las empresas. El índice de expectativas de la economía a tres meses, presentado en la Encuesta de Expectativas Macroeconómicas del BCRP, se ha mostrado volátil a lo largo de 2021 y se ha ubicado en valores por debajo del 50 desde abril del año pasado. La incertidumbre generada por la inestabilidad política y la crisis de gobernabilidad se refleja en esta desconfianza por parte de las empresas y de las familias en sus decisiones de consumo, respecto de lo que pueda acontecer en un futuro cercano. Esto pone en tela de juicio la viabilidad de los proyectos que puedan tener y desincentiva la inversión privada.

Finalmente, los precios de los commodities han presentado incrementos. En cuanto al cobre, principal commoditie de exportación peruana, su precio en noviembre de 2021 había acumulado un incremento del 26% desde diciembre de 2020, según el BCRP. De acuerdo con el economista jefe del Bank of America, el crecimiento de la inversión privada del 1% se explicaría por el alto precio de los commodities, pues si sus precios van bien esto implicaría que haya mayor ingreso disponible para la economía y, como consecuencia, más dinero para invertir y consumir.

Sin embargo, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística e Informática, la producción de minería metálica cayó un 7.1% en diciembre. Cayeron las producciones de metales como cobre, oro, hierro y zinc, entre otros. Por otro lado, la paralización de Las Bambas, así como factores relacionados con leyes mineras y el que nuevos proyectos no se ejecuten hace que no sea posible aprovechar los precios altos de los metales.

Es importante brindar las condiciones adecuadas para atraer la inversión privada, ya que de esta depende el fomento del crecimiento potencial de la economía. Brindar confianza a los inversionistas es fundamental para garantizarla. La inversión privada es de suma relevancia para garantizar la reactivación económica, pues esta genera mayores niveles de consumo, empleo e ingresos, es decir, que tiene una suerte de efecto multiplicador, por lo que impulsa fuertemente el crecimiento económico.

(*) ComexPerú / Publicado en Febrero 18, 2022 / Semanario 1108