Editorial

SEDACHIMBOTE CONTINÚA ATRAPADA EN SU LABERINTO

Cierto, gallo viejo con el ala mata. Debido a la negativa del ex gerente general Manuel Rodríguez Senmache de firmar documentos de pago a favor de proveedores y trabajadores, en los últimos seis meses Sedachimbote ha acumulado una deuda que sobrepasa el millón de soles, la misma  que ha terminado por alterar innecesariamente el normal funcionamiento de la empresa.

Según la secretaria general del sindicato de trabajadores, Shirley Mori Valdivieso, la deuda más significativa es con la Junta de Usuarios de IRCHIM por el abastecimiento del líquido elemento a la planta de tratamiento de Nuevo Chimbote. De no hacerse efectiva,  esta deuda dará lugar en cualquier momento  al corte del servicio de agua en perjuicio de más de 40 mil usuarios del distrito. Ya la semana pasada se produjo un llamado de alerta con un racionamiento que se prolongó por tres días.

Pero eso no es todo. Debido a la negativa del  ex gerente general de firmar documentos de pago, los hijos de aproximadamente cuarenta trabajadores de la empresa no puede cobrar sus pensiones de alimento, lo que ya sobrepasa los límites de toda tolerancia. La insensibilidad social no puede llegar a tales extremos.

Cuando se pensaba que los últimos cambios que se han producido tanto en el directorio como en la gerencia,  iban a conducir a un mejoramiento de la ya caótica situación en la que se encuentra la empresa del agua, los hechos acaban de revelar  que la cosa anda de mal en peor.

Conforme lo ha dado a conocer la dirigente laboral, el ex gerente Rodríguez Senmache, quien actualmente se desempeña como secretario del directorio, no ha cumplido con regularizar la inscripción en registros públicos, tanto de los nuevos miembros del directorio como del nuevo gerente general.  Y mientras estos funcionarios no se encuentren debidamente acreditados, todo lo que firmen y realicen en nombre  de Sedachimbote deviene en nulidad.

Según  se ha informado, la inscripción de estos cambios en la SUNARP se inició el 21 de octubre del año pasado, pero, por absurdo que parezca, recién se ha formalizado el día 2 del presente mes de mayo. Seis meses y medio después. Todo lo que durante este tiempo han hecho y firmado el nuevo gerente y los miembros del directorio, simplemente carece de valor. De ahí que no se haya podido honrar las obligaciones con proveedores y trabajadores.

En ese sentido no deja de llamar la atención que esta  suerte de vacío administrativo se le haya escapado al ex gerente Rodríguez Senmache quien es un servidor  antiguo y estable de Sedachimbote y, como tal,  sabe perfectamente que ante la falta de acreditación del actual gerente,  tranquilamente él  ha podido firmar documentos de pago como sucedió durante su gestión en mayo del 2020.

Cierto es que cosas como éstas abonan contra la buena marcha e imagen de Sedachimbote, situación que ya es hora que se supere. Quiérase o no, los problemas existentes no quedan dentro de las cuatro paredes de la empresa. Trascienden al exterior y repercuten negativamente en la calidad del servicio. Es hora que de una vez por todas, Sedachimbote salga de este laberinto.