Editorial

LA VACA NO SE ACUERDA CUANDO FUE TERNERA

De acuerdo con una decisión adoptada por el directorio de Sedachimbote, mientras  la inscripción de un nuevo gerente general no sea oleada y sacramentada por la oficina de registros públicos y éste no pueda firmar ningún documento en representación de la empresa, el gerente anterior puede firmar documentos de toda índole, incluyendo cheques de pago, ello a fin de no detener la marcha de la empresa.  Hecho que a todas luces puede estar perfectamente bien. Y como para dorar la píldora, esta modalidad atípica, por decir lo menos, ha sido bautizada por el directorio con el original nombre de  “apoyo”.

Hace dos años, este acuerdo de directorio fue puesto en práctica durante la gestión del Ing. Manuel Rodríguez Senmache, precisamente en el cargo de gerente general de Sedachimbote. En vista que su inscripción ante registros públicos no había cuándo se regularice, el propio Rodríguez Senmache autorizó  a su favor el “apoyo” del gerente anterior, Juan Bustamante Encinas, y lo hizo mediante Memorándum GEGE N°  02 de fecha 12 de mayo del 2020.

No se entiende, por eso, cómo es que ahora el ex gerente Manuel Rodríguez Senmache se haya negado a  “apoyar” la gestión de su reemplazante, el CPC Francisco León Cavero, causando con ello un grave daño a la marcha de la empresa. A causa de esta negativa, Sedachimbote carga en este momento una deuda acumulada con proveedores y  trabajadores que ya sobrepasan el millón de soles. Queda claro entonces que la vaca no se acuerda cuando fue ternera.

De lejos la actitud del ex gerente Rodríguez Senmache tiene olor a deslealtad y, como no podía ser de otra manera,  ha causado profundo malestar dentro y fuera de los predios de Sedachimbote.  Así lo han hecho saber a lo opinión pública, en forma paralela, el gerente  Francisco León Cavero y la secretaria del sindicato de trabajadores Shirley Mori Valdivieso. Imposible callar ante semejante actitud.

Pero eso no es todo. Sobre Rodríguez Senmache, quien es trabajador estable y actualmente se desempeña como secretario del directorio, recae la responsabilidad de no haber regularizado a tiempo la inscripción del nuevo gerente ante la oficina de registros públicos. Con  todos los años de experiencia que tiene acumulados, no se explica cómo es que este trámite tan elemental se le haya ido de las manos y, para colmo, ahora se niegue a brindar el “apoyo” del que antes él gozó. ¿Los intereses personales pueden más que los intereses de la empresa?. Tal parece que sí.

Ante todo lo sucedido, se puede llegar a innegable conclusión. El dichoso “apoyo” no es más que una disposición de conveniencia, que carece de toda consistencia y que, por lo tanto, no es una disposición de fiel cumplimiento. El quiere, la cumple. El que no, no. No hay premio ni castigo por eso. De ahí que, bajo ningún argumento, nadie puede exigirle al ex gerente Rodríguez Senmache que “apoye” la gestión de su reemplazante. En todo caso, solo es cuestión de conciencia.

Frente a este innecesario pero perjudicial desaguisado, no estaría demás que el nuevo directorio de Sedachimbote revise y evalúe la vigencia de este “apoyo”. Para esta y cualquier otra gestión, más importante que perder el tiempo en pedir favores, es cumplir con la inscripción del gerente ante la oficina de registros públicos.

Después de todo, la inscripción no es un trámite del otro mundo ni nada que se le parezca. Es algo que bien puede realizarse en un plazo máximo de siete días hábiles, siempre que las cosas se hagan correctamente y no se le busque tres pies al gato. Para eso Sedachimbote cuenta con un área de asesoría jurídica y un staff de funcionarios con amplia experiencia en estos menesteres. A veces por buscar lo fácil, se cae deliberadamente en situaciones difíciles. Así no se hace gestión.