Editorial

::: ALGO PARA TENER MUY EN CUENTA :::

A propósito de la cuarta ola:

Conforme lo  han dado a conocer las Redes de Salud Pacífico Norte y Pacífico Sur, en el trascurso de esta última semana el número de pacientes afectados por el covid 19 en el ámbito de la provincia del Santa, se ha duplicado de 50 a 100. Las mismas fuentes señalan que este repunte es consecuencia directa de la cuarta ola de la pandemia, cuyos efectos se están sintiendo con similar intensidad en otras ciudades del país. Justamente en razón de este inquietante recrudecimiento, el gobierno central se ha visto en la obligación de disponer nuevamente el uso obligatorio de mascarilla dentro y fuera de todo espacio público.

En este contexto y en el caso específico de Chimbote, no se puede obviar  ni pasar por alto que el incremento de pacientes contagiados por el covid haya coincidido con la  proliferación de ciertos eventos públicos y privados que se han llevado a cabo en el marco de la celebración de la semana de San Pedrito. Y como bien sabemos, el más publicitado y concurrido de estos eventos ha sido la Feria de Integración Regional realizada en las instalaciones del Vivero Forestal bajo la organización de la Diócesis de Chimbote.

De la misma manera a lo sucedido durante los  últimos años, la Feria Regional se ha caracterizado por ser un mega evento exclusivamente artístico y comercial, con afán y resultados netamente lucrativos. Miles de personas han formado larguísimas colas para poder ingresar, incluso adquiriendo boletos de reventa. No en vano, el gran atractivo ha sido la presentación  de una ruidosa cartelera encabezada por conocidos  cantantes y conjuntos musicales.

Aquella versión según la cual el objetivo de la feria es promover el folklore, la artesanía y otras manifestaciones culturales de las veinte provincias de Ancash, una vez más ha vuelto a ser letra muerta. En todo caso, tales consideraciones solo siguen siendo un buen pretexto y nada más. Muy por encima de todo eso, ha prevalecido como siempre el interés exclusivamente comercial y lucrativo.

En paralelo a esta cuestionable predisposición, una vez más se ha podido advertir la reiterada falta de autoridad por parte de la Municipalidad Provincial del Santa.  En vez de priorizar el orden y la limpieza de la ciudad, nuevamente se ha permitido que miles de comerciantes ambulantes invadan las calles del centro urbano a cambio del pago de una sisa. Ni el bulevar Isla Blanca, del que se dice que ahora es el paseo de la cultura, se ha salvado de esta invasión. La comuna provincial sigue paseando al pueblo de Chimbote. La conglomeración de miles de  vendedores y compradores ha sido una verdadera explosión de desorden y desgobierno.

Lo cierto es que tanto la Feria Regional como la invasión de los ambulantes, han hecho las veces de una puerta de escape, la misma  que ha generado un desborde de concurrencia masiva muy por encima de la escasa importancia que se ha otorgado a la realización de ceremonias cívicas, culturales e incluso religiosas. No hace falta mayores elementos de juicio para llegar a la conclusión que éste ha sido un ambiente propicio para el arribo de la cuarta ola del covid. No olvidemos que similar imprudencia propició la llegada de la segunda y tercera olas de la pandemia.

Sin el ánimo de incurrir en falsas alarmas, no estaría demás considerar estas cosas ahora que se avecina la celebración de las Fiestas Patrias. Diversas empresas artísticas y diversos locales de diversión ya están anunciando la presentación de los mismos cantantes y conjuntos musicales. Desde luego, todos quisiéramos que las cosas vuelvan a ser como antes, pero la realidad se encarga de recordarnos que todavía es necesario ser prudentes. Lo sucedido durante la celebración de San Pedrito es algo que debemos tener muy en cuenta.