Editorial

VENDEDORES DE DIARIOS RECIBEN UNA MALA NOTICIA

Uno de los sectores laborales más numerosos y al mismo tiempo más antiguos que existen en el  país es el que agrupa a los vendedores de periódicos, revistas y loterías;  personajes que forman parte de nuestra vida cotidiana y han pasado a la historia con el cariñoso calificativo de canillitas. En el Perú, esta actividad laboral data de mediados del siglo XIX cuando comienza la edición  masiva de los primeros diarios y revistas de circulación nacional. Sin la labor de avanzada que cumplen los canillitas, estos medios de comunicación difícilmente hubieran podido llegar a manos de sus miles de lectores y lograr posicionarse en el mercado.

Pero a diferencia de otros sectores laborales que a lo largo de los años han obtenido una serie de beneficios económicos y sociales, bien ganados por supuesto, la situación de nuestros amigos canillitas se mantiene detenida en el tiempo. A pesar de todos los intentos que se han hecho para mejorar esta situación, lo cierto es que los vendedores de periódicos de Lima y provincias permanecen hasta hoy al margen de la formalización. Para ellos no existe una legislación con nombre propio que los ampare. Tampoco gozan de los derechos de seguridad social ni jubilación. Ellos viven del día a día.

Gracias a los ahorros que han podido acumular con mucho sacrificio y no pocas privaciones, muchos de ellos han conseguido instalar un kiosco de ventas a fin de brindar un mejor servicio a sus clientes y al mismo tiempo contribuir con el ornato y la limpieza de la ciudad. Hasta antes de la pandemia, todo marchaba perfectamente bien. Pero tras dos años de paralización obligada, las cosas han cambiado de la peor manera.

Sin las ganancias del día, sin obtener ningún beneficio de  parte del gobierno y sin poder acceder a ningún préstamo en especial, la mayoría de los kioscos ahora permanecen cerrados. Los pocos que han logrado sobrevivir, lo hacen a duras penas. Ante la preferencia masiva de la que ahora disfrutan las redes sociales, la venta de periódicos ha experimentado una calamitosa reducción. Las ganancias de ahora están muy lejos de ser las de antes.

En medio de este desolador panorama, los vendedores de diarios y revistas acaban de confirmar una mala noticia, esta vez proveniente de la Municipalidad Provincial del Santa. Hasta el año 2021, los dueños de kiosco han pagado al municipio la suma de 170 soles al año por concepto de comercio ambulatorio, una cifra manejable con la que se podía cumplir puntualmente. Pero a partir del 2022, la Municipalidad Provincial del Santa ha elevado esta cifra a 500 soles, casi el 300% más. Para la economía de un vendedor de periódicos, 500 soles es una cifra inalcanzable.

En declaraciones al Diario de Chimbote, la secretaria general de vendedores de periódicos, revistas y loterías de Chimbote, Cecilia Ávila Rodríguez, ha sostenido que este incremento es totalmente desproporcionado, ya que se encuentra muy por encima de todos los índices de precios e inflación. A pesar de la incontrolable alza por concepto de servicios, ninguno de ellos ha llegado al extremo de triplicarse en menos de un año como  pretende hacer la comuna provincial en el caso de los kioscos. En ese sentido, la dirigente  confía en una justa y necesaria rectificación.

En medio de las noticias de crímenes, tragedias y casos de corrupción que más de los días se leen en las primeras páginas de los diarios, el incremento de este pago municipal es la peor noticia que pueden haber recibido los vendedores de periódicos.