Editorial

SILENCIO ELECTORAL QUE PERJUDICA

Por lo menos hasta el 29 del presente mes, ninguno de los candidatos que participan en las elecciones regionales y municipales del presente año, podrá  tener la satisfacción de darse un baño de popularidad. Nada de mítines, nada de caravanas ni cosas por el estilo. En declaraciones  brindadas a este medio de comunicación, el sub prefecto del distrito de Chimbote, Carlos Chávez Luna, ha sido enfático en recordar que hasta fecha rige el estado de emergencia que prohíbe la concentración masiva de personas  cualquiera que sea el motivo, lugar o circunstancia. En cumplimiento de esta disposición ha dicho que, al menos hasta esa fecha, su despacho no otorgará ninguna autorización para la realización de esta clase de eventos.

Por otra parte, en el hipotético caso que el gobierno ya no prorrogue por más tiempo el estado de emergencia  y que a partir del día 30 se permita la realización de concentraciones masivas, quiere decir que los candidatos  van a disponer de tan solo un mes para llevar a cabo estas  actividades proselitistas. A partir del 29 de septiembre, tres días antes del proceso electoral, entra en vigencia la prohibición de estas actividades.

Sin embargo, queda todavía un último escollo por superar. Hasta el 9 de septiembre aún rige el plazo para presentar  tachas ante las autoridades electorales, las mismas que pueden  traerse abajo cualquier otra candidatura. Lo que significa que recién a partir del 10 de septiembre se sabrá definitivamente cuántos y quiénes serán los afortunados sobrevivientes. Con ello, el espacio de tiempo para que los candidatos puedan al fin realizar sus campañas con total  tranquilidad, quedaría reducido a tan solo veinte días.

Lo cierto es que, cuando falta menos de dos meses para que la población acuda a las urnas,  hasta este momento  más del 70 por ciento del electorado no sabe con exactitud por quién va a votar. Y no es para menos, pues con una oferta electoral reducida a su mínima expresión,  a estas alturas es imposible hablar de favoritos. Así como están las cosas, cualquier puede ser el ganador.

En el caso de la provincia del Santa y la región Ancash la situación está para pensarlo dos veces.  Ante la sicosis provocada por la caída de más de la mitad de candidaturas, cifra que no sería raro que aumente en los próximos días, los pocos candidatos que todavía quedan en carrera parecen estar más concentrados en cómo financiar sus gastos de campaña que en dar a conocer  sus planes de gobierno a la población.

Por lo que se puede percibir, estos planes son los mismos que se repiten en cada elección, pues los genios encargados de su elaboración se limitan únicamente a cambiar fechas y otros detalles irrelevantes de los textos que bajan del internet.

De esta manera, es imposible negar la existencia de un silencio electoral que podría ser perjudicial en lo que a voluntad popular se refiere. Si no se sabe porqué ni por quién votar, la culpa no la tendrán quienes resulten elegidos. Así de simple.