Editorial

::: LA CARRETA DELANTE DE LOS CABALLOS :::

Insultos y golpes bajos:

Hace una semana, conforme lo dio a conocer el Diario de Chimbote,  las familias  que habitan en la zona conocida como “las 308 hectáreas” salieron a protestar por la forma cómo la vía de Evitamiento afectará el normal desenvolvimiento de los habitantes de este lugar. Pues, tal como lo han hecho notar los habitantes, la ejecución de esta obra va a tener un impacto negativo en su vida cotidiana y los va a exponer a una serie de contratiempos que no descartan el  riesgo de graves accidentes de tránsito.

A este respecto, el principal problema al que han hecho referencia los pobladores es el virtual  aislamiento en el que van a quedar las viviendas de uno y otro lado de la vía cuando ésta empiece a  funcionar. Con un recorrido de 40 kilómetros entre Besique y Guadalupito, se ha informado que la vía tendrá un total de doce puentes peatonales. El primero de ellos estará ubicado a la altura del kilómetro 4 y el segundo a la altura del kilómetro 12, es decir a una distancia de 8 kilómetros.

El caso es que, precisamente este tramo de 8 kilómetros, atraviesa una zona densamente poblada, como son las 308 hectáreas,  y otra de gran actividad agrícola, como lo son Tangay y Lacramarca Baja. Los habitantes de estos lugares mantienen una interconexión establecida desde mucho tiempo atrás, la misma que no solamente se debe a  razones de trabajo sino también a la necesidad de acudir diariamente a centros de abasto, colegios, centros de salud, etc.

Todo indica que quienes han diseñado la vía no han tenido en consideración estos factores, razón por la cual, al menos por ahora, nadie se atreve a decir cómo harán los habitantes de uno y otro lado de la vía para mantenerse interconectados; sobre todo si se tiene en cuenta que el tránsito vehicular será pesado y de alta velocidad.

Pero si este aislamiento que amenaza a miles de familias es un problema que ya encendió las alarmas,  hay otro asunto igualmente relevante que, a no dudarlo, se presentará en un futuro no muy lejano.

Hasta este momento ni COFOPRI ni la municipalidad provincial del Santa han realizado el proceso de saneamiento físico y legal de los asentamientos humanos que se ubican en este lugar.  La entrega de títulos de propiedad, que las autoridades realizan con amplio despliegue publicitario,  es parte de este proceso pero no lo es todo. Recién se podrá hablar de saneamiento cuando los  respectivos planos de habilitación y desarrollo urbano estén inscritos en la SUNARP y cuando, a partir de ellos, se apruebe a nivel de gobierno los proyectos para el tendido de las redes de agua, desagüe y electrificación.

Para cuando eso suceda y se tenga que romper pistas y veredas para ejecutar el tendido de las  redes, recién entonces comprenderemos porque primero se ponen las medias y después los zapatos. Para todo hay un antes y un después. Razón más que suficiente tuvo al autor de aquella vieja paradoja que recomienda no poner la carreta delante de los caballos.